The Notes || Chriserick

🍁3🍁

En toda la noche no pude descansar bién, y todo por ese par de ojos verdes.

Me la pasé toda la noche pensando en él, quería hablar con Erick, no solo enviarle notas anónimas.

Ni siquiera noté que hora era, estaba tan distraído en mis pensamientos que cuando la alarma sonó, salté de la cama como un estúpido.

Me observé en el espejo, mi cabello castaño con mechas rubias estaba hecho un desastre, mi flequillo estaba todo revuelto. Miré vagamente a través del cristal mis brazos, tenía una piel pálida que lograba resaltar más mis pocos tatuajes, unos pequeños en los brazos, otro en mi pecho y uno en mi espalda, los otros tres no eran visibles a simple vista. Me coloqué de costado para poder ver mi físico de mejor manera, más bien mi panza, mi cuerpo era un poco grande, tenía fuerza más que nada por lo grande que era ya que mi peso esa regular, no era obeso ni tampoco delgado. Debajo de mis grandes orbes avellana llevaba marcadas unas grandes y oscuras ojeras debido al sueño.

Llegué a la escuela con esas ojeras que pasaron desapercivido entre todos ya que no era la primera vez que las traía, era algo "normal" para los demás.

Estuve por quedarme dormido en varias ocasiones sobre el escritorio, y estuve, ya que Richard me movía para que no lo hiciera o la profesora me llamaba la atención lo cuál causaba que fuera el centro de atención durante esos regaños.

- Loco, ¿Por qué no dormiste bien? - preguntó Richard a lo que me encogí de hombros.

Esa pregunta tenía una respuesta: Erick.

Preparé la nota entre bostezos, el sueño me estaba ganando.

El timbre sonó, salí y me acerqué a su casillero, colocando la nota tal como los últimos dos días.

No me quedé a esperar su reacción, estaba muy cansando.

Tomé mi mochila, estaba por ír hasta la salida pero que Erick llegara corriendo hasta su casillero captó mi atención.

Lo bueno de esto era que mi clase estaba en el primer piso y la de él en el tercero, por lo tanto, siempre tardaría un poco en bajar, tiempo suficiente para colocar la nota correspondiente al día.

Leyó la nota y buscó a alguien con la mirada, hasta que se rindió, guardó la nota y agarró su mochila.

Salí del instituto y caminé hasta casa.

"Mi imsomnio tiene nombre, apellido y unos hermosos ojos verdes"