Nuclear bomb.

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— Viviana, tienes que calmarte. Recuerda que no nos deben ver, nos están buscando desde que mataron a nuestros padres y si sigues moviéndote nos van a encontrar y nos van a degollar la cabeza. — la chica de ojos preciosos y piel clara cuyo nombre es Estefanía le habló a su hermana gemela que no paraba de moverse. Ellas se encontraban debajo de un auto escondiéndose de los guardias que aparecían ahí.

La razón por las que las buscaban era para meterlas en una habitación dejarlas ahí hasta que se les dé la gana de procrear, prácticamente ellas se convertirían en vientres rentables para diferentes parejas.

Después de que mataran a sus padres frente a ellas algo cambió en sus corazones, las dos se volvieron más unidas y solo se han dedicado a escapar del los guardias.

— Estefi, escúchame, no podemos quedarnos aquí debajo de este auto para siempre. — al ser gemelas las dos desarrollaron la misma personalidad, las dos astutas e inteligentes. Físicamente de diferente tenían los ojos y algunos rasgos como los labios o algunos lunares. Pero aun así no dejaban de aprovechar su habilidad para poder hurtar cosas para comer cuando no tenían que.

— ¿Qué crees que no lo sé? — ambas susurraban para evitar ser escuchadas.

— Mierda, Estefanía tú lentilla se salió— su hermana tenía heterocromia, al momento de nacer los doctores dijeron que era algo normal, solo que Viviana no salió así. Fue algo que sucedió con su genética por la radiación que había mientras estaban en el vientre de su madre. Estefanía usaba sus lentillas del color de los ojos de su hermana para poder pasar desapercibidas, uno de sus ojos es color miel y el otro es azul cielo.

— No te preocupes, ahora vámonos — Estefanía tomó la mano de su hermana y se subieron a un caballo cercano. Cabalgaron algunos minutos hasta a llegar a un edificio. — ¿Qué es este lugar? ¿Acaso no habían desaparecido los edificios?

— Así parecía, vamos a ver. — se bajaron del caballo y en ese momento vieron como un montón de personas llegaban y se situaban alrededor del edificio, ambas se escondieron detrás de una pared para ver lo que sucedía. — ¿Son los sanos?

— No puede ser, nuestros padres ya los hacían perdidos. — de repente una escotilla que había en el suelo se abrió y luego las bocinas que había por toda la cuidad sonaron.

— Habitantes saludables, les habla su gobernante el señor Min. Espero que les agrade el cómo vamos mejorando con nuestra ciudad. Ahora van a entrar en esa escotilla, ahí encontrarán todo lo necesario para que puedan vivir. Mañana hablaré con uno de ustedes hay algo importante que decirles. — las bocinas dejaron de sonar así que todos bajaron.

— Oye, vamos. Metámonos ahí, hay comida y cosas... vamos. — habló Viviana tomando la mano de su hermana para caminar.

— No, oye. No conocemos a ninguno de ellos y si no nos aceptan. Recuerda que ellos son los refinados los que tenían dinero anteriormente, ellos no son como nosotras. — Estefanía trataba de convencer a su hermana.

— Mira. Solo será una noche y luego vemos como nos escapamos de aquí, pero ahora hay que entrar ahí. — su hermana no tuvo tiempo para responder, corrieron lo más rápido posible y se metieron a la fila. Siendo las últimas en entrar.

— Aún no sé cómo me trajiste hasta aquí. — ambas miraban alrededor de ellas, el lugar es demasiado inmenso hasta sobraba espacio, uno de los guardias les dio una tarjeta.

— Esta será su llave para su departamento, descansen. Aquí pueden quitarse las máscaras grandes y permanecer con las pequeñas. — ambas negaron con la cabeza.

— Ahora no, estoy muy cómoda como para quitármela, lo haré dentro de la habitación. — las hermanas entraron corriendo al departamento subterráneo pusieron seguro a la puerta y se dedicaron a apreciar el lugar. — Y tú no querías entrar, mira todo esto. — Viviana se sentó en uno de los muebles que había ahí y encendió un televisor.

— Vaya, los adinerados si lo tienen todo. — ellas se sorprendían al ver el televisor y varias cosas que sabían que existían pero nunca se les dio la oportunidad de conocerlo, ambas provenían de la clase social baja. Le tenían tanto odio a los de la clase alta, ellos fueron los que decidieron quitarles la cabeza a sus padres sin pudor alguno. Ellos les quitaron su hogar, sus estudios, su comida, sus amistades. Ahora solo estaban ambas y eso es lo que importaba.

— Tendremos que camuflarnos bien Viviana, tendremos que buscar una manera para hacernos ver sanas. — Viviana se levantó y se acercó a su hermana le quitó la máscara para proseguir a quitar la única lentilla que tenía.

— Yo pienso, que nosotras estamos bien Estefanía.

— No, Vivi. — Estefanía hizo que su hermana quedara de espaldas al espejo haciéndole ver la cantidad de brotes que tenía su espalda, ellas se odiaban por nacer así. — No estamos bien, si se dan cuenta de los brotes que tenemos nos van a sacar de aquí o posiblemente nos maten por tratar de quedarnos aquí. — Viviana se dio media vuelta viendo directamente a los ojos de su hermana.

— Yo no pedí nacer así. — ambas tenían ya lágrimas en sus ojos, habían pasado por tanto.

— Nadie lo pidió, ahora vamos a darnos una ducha y ver si comemos algo. — ambas se levantaron y se dirigieron a buscar los baños.

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— Ya JiMin tranquilo, todo va a estar bien — su amigo TaeHyung siempre ha estado ahí para él desde que eran pequeñitos.

— TaeHyung, no tengo mucha confianza con esas personas. ¿Qué tal si nos quieren para algo? — TaeHyung rió y abrazó a su amigo por la cintura.

— Calma chimchim, todo va a estar bien. Ahora ya estamos aquí y no hay nada que podamos hacer, solo nos queda vivir esta época. — JiMin asintió y se dejó abrazar por su amigo.

— Oye, vi como estabas con JungKook, ¿te gusta? — JiMin vio cómo las mejillas de TaeHyung se hacían dos tomatitos que dan ganas de besar y apretarlos.

— No sé de qué estás hablando JiMin, mejor dime tú, no dejabas de ver a Min YoonGi. — TaeHyung sonrió triunfante.

— Yo tampoco sé de qué estás hablando, es un chico al que apenas veo, y digo apenas por qué no pude ver nada de su rostro ya que tenía esa máscara tan gigante. Apenas y pude grabar su voz en mi cabeza. — JiMin se sonrojó de sobremanera; había hablado demasiado.

— Jajaja, ay mi JiMin. Ojalá y sea un buen tipo. — JiMin esperaba que ese chico y las demás personas sean buenas con todos.

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Las gemelas.

(Hi, espero les vaya gustando la trama de la historia, todavía faltan bastantes temas que plantear. El amor va a surgir más adelante. Nos leemos luego bye❤️)

Annia 🌷