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Después de un par de días, finalmente Taehyung había tomado todo el valor suficiente como para ir de nuevo a la casa Manoban

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Después de un par de días, finalmente Taehyung había tomado todo el valor suficiente como para ir de nuevo a la casa Manoban. Esa noche se vistió y se arregló como siempre, no exageradamente elegante, al fin y al cabo iba como pintor y amigo, no como cliente, idea que (aunque en su momento le habría podido gustar) luego de la situación con Hattie ni siquiera se le pasaba por la cabeza.

Esa noche era exactamente igual a las demás, las chicas iban de un lado a otro del salón con sus vestidos elegantes y maquillajes sofisticados, les ofrecían bebidas a los hombres son traje que iban a desestresarse y disfrutar de una bella velada acompañados de mujeres hermosas.

Caminó tranquilamente por el salón principal hasta encontrar la mesa de la esquina, junto al pianista, donde siempre se sentaba para no llamar la atención.

Madame Manoban estaba sentada en su mecedora con la pipa entre los dedos de una mano y el vaso de whisky con hielo en la otra. La desagradable mujer lo observó con una ceja levantada, juzgándolo con la mirada, para finalmente mirar hacia otro lado, aceptando con resignación su presencia.

-¿Por qué viniste?- escuchó la voz irritante de la hija de Hattie, la niña de doce años lo observaba desde la parte de debajo del piano, tumbada en el suelo usando únicamente una bata roída y sucia de un tono celeste desteñido.

Los hombres del lugar sabían que la niña estaba ahí, la observaban con socarronería, notando cómo la ropa interior de la niña se podía ver desde el otro extremo del piano.

-Levántate de ahí niña, por favor- exclamó Taehyung, incomodándose ante la situación. La niña obedeció a regañadientes, haciéndole la misma pregunta de, esta vez, observándolo de pie frente a él.

-Siempre vengo aquí Lalice- respondió con simpleza, no estaba dispuesto a abrirse emocionalmente con una niña de su edad.

-Tenías días sin venir, te echaba de menos- confesó con una sonrisa inocente que a Taehyung no le causó ni cosquillas, no podía sentir nada más que fastidio y lástima por aquella niña. -¿Por qué no viniste?

-No podía venir- dijo con rapidez, intentando acallar a la niña, en un intento fallido por hacer que se aburriera y lo dejara en paz.

-Madame dice que eres un marica- dijo de sopetón. El hombre observó a la niña y a la anciana, quien observaba la escena con una sonrisa burlona en el rostro. Le preguntó a la niña si de verdad Manoban había dicho aquello y por qué: -Sí, sí, lo digo. Dijo que eras un marica y que no tenías huevos para estar con una mujer- admitió con una sonrisa también burlona, no porque comprendiera el significado de sus palabras, sino por la mueca que se dibujaba en el rostro del chico. -¿Por qué no estás con una mujer?

-Joder, por dios- se tapó el rostro con las dos manos. –No estoy con una mujer porque no quiero, no porque no puedo, madre mía, vieja maldit...

-Cuidado con la manera en la que te refieres a la madame muchacho- lo cortó el pianista.

A Million Men || TaeLiceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora