Capítulo 5

314 24 0
                                    

Narrado por Hayley

La luz se iba y volvía todo el rato mientras se escuchaba una risa siniestra. Robert y yo no parábamos de gritar:

-Robert, ¡abre la puerta!-le gritaba aterrorizada.

-¡No se abre!

-¡Ayuda!¡Tate, sácanos de aquí!¡Ayuda por favor! -decia desesperada. Queríamos salir de allí de una vez después de lo que habíamos visto el día anterior. No podía parar de pensar en que iba a venir la criatura.

De pronto, la puerta se abrió y salimos corriendo. Estaba claro, no volvería a entrar en ese sótano nunca jamás ni aunque me pagaran.

-Hey chicos, ¿qué pasa?-dijo Tate de lo más tranquilo saliendo de allí.-¿Robert se asustó?-se rió.

-No solo se asustó él. Yo también. Te dijimos que no queríamos ir ahí abajo después de lo que vimos ayer y tú nos llevaste igual.

-Oh, vamos, ese juego de las luces... Fue una broma.

-¿Fuiste tú el que hizo eso para que nos asustasemos?-preguntó Robert.

-Claro.

-Eres un enfermo ¡Fuera de mi casa!-dije empujándole hacia la puerta.

-Pero Hayley, es una broma, no fue con mala intención.

-Márchate y no vuelvas más.-le cerré la puerta dejándole con la palabra en la boca.

Puede que echarle y decirle que no volviese fue un poco precipitado, pero estaba muy alterada y asustada como para pensar.

Robert me miró serio, aún asustado y un poco nervioso:

-Ese chico no me inspiraba confianza.-cogió el amuleto que Tate me había puesto en sus manos.-Deberías de quitártelo, a lo mejor está maldito o algo.-le hice caso y me lo quité.

Salí al jardín y miré que Tate no estuviese por allí y tiré el amuleto a la basura.

Pocas horas más tarde llegó mi hermana a casa y Rob se marchó. Le había pedido que se quedase conmigo hasta que llegara Shannon, no me quería quedar sola.

Estuvimos un rato viendo la tele en silencio hasta que se levantó para hacer la cena. Cuando ya estaba lista me llamó y me senté a comer con ella:

-¿Qué tal el día?-me preguntó alegre.

-Oh, bien. ¿Y tú qué tal?

-Pues normal, ya sabes, como siempre.-dijo con un poco de cara de asco masticando la ensalada.-Oye, ¿conoces al vecino? Uno rubio que debe de tener tu edad, más o menos...-Tate se me vino a la cabeza.

-Creo que sí, ¿por qué?-dije curiosa.

-Es que cuando llegué estaba en la basura cogiendo algo y me saludó. Me preguntó si era tu hermana y bueno, me entró la curiosidad.-hice una mueca sin darle importancia. ¿Qué haría en la basura?¿Estaría cogiendo el amuleto que me había dado por la tarde?-Es guapo, ¿no te gusta?-me miró pícara.

-¿Qué? -me reí- No, claro que no.

-Te pega mucho. Deberías salir con él.

-No, está loco.-respondí recordando el momento del sótano.-Por cierto, creo que hay que llamar a un fumigador. El sótano está lleno de bichos.-dije pensando que si un fumigador iba a lo mejor podía matar a la cosa que nos encontramos.

-Mañana me informaré para llamar a uno.

Al acabar me fui a mi cuarto para intentar dormir. El lunes tenía examen y mañana me despertaría temprano para estudiar. No soy de esas que estudian mucho y sacan buenas notas, sino que estudio el día antes para no suspender. No quería suspender.

Apagué las luces y me metí en cama con los cascos. Pensé en Tate. Puede que lo haya tratado un poco mal por la tarde. A lo mejor podía ser buena idea pedirle disculpas. Rectifiqué. Él me las tiene que pedir a mí por asustarnos en el sótano.

Me desperté a las nueve y recogí mi cuarto antes de ponerme a estudiar. Bajé a desayunar:

-¿Qué te apetece comer hoy, Hayley?

-Um, cualquier cosa. Pide sushi.-dije pasándole un folleto que me había encontrado volviendo del instituto.

-Buena idea.-contestó Shannon mirándolo.

Volví a subir y abrí la libreta de química.

Estaba haciendo ejercicios cuando un ruido en mi ventana me hizo distraerme. Miré a través de ella y no vi nada. Escuché otra vez el mismo ruido, la abrí y me asomé. Vi a Tate.

-¿Qué quieres?-le dije seria.

-Hablar. ¿Puedo entrar?.-suspiré, cerré la ventana y fui a abrirle la puerta.

Le dejé pasar y subimos a mi habitación (todo esto sin que Shannon se enterase). Se sentó en la silla de mi escritorio y yo en la cama:

-A ver, habla.-le dije mientras miraba mis apuntes.-Deja de husmear.

-Vine a pedirte perdón por lo de ayer. No pretendía que te enfadaras tanto.

-Ya bueno, puede que exagerase un poco todo...-me reí levemente.

-Sí, pero lo siento. ¿Me perdonas?-dijo sentándose a mi lado en la cama.

-Te perdono.-le sonreí y él hizo lo mismo. Le miré a los ojos y eran tan oscuros como la noche. Daban un poco de miedo. No se distinguía su pupila del iris, pero a la vez eran muy bonitos y contrastaban con su piel blanca.-Ahora vete, tengo que continuar estudiando.-me levanté de golpe.

Se levantó detrás de mí e hizo lo que le dije.

Me gustaba pasar tiempo con él así que estaba deseando que volviese a aparecer por la tarde y así fue.

Sobre las siete, estaba acostada en mi cama repasando cuando de pronto noto una mano en mi pierna. Me siento asustada y lo veo.

-¿Cómo has entrado?-sonreí al verle.

-Es un secreto y toma.-abrió la mano y dentro estaba el amuleto que yo había tirado a la basura. Sí, mi hermana lo vio la tarde anterior rebuscando en la basura mi amuleto.- Si lo quieres, claro.

-¡Sí! Lo quiero.-lo cogí- Siento haberlo tirado. Yo también te debo de pedir perdón por haber exagerado tanto, de verdad.

-No pasa nada.-me miró serio.- ¿Y tú amigo?¿Hoy no está aquí?

-No, está estudiando. Lo que yo debería de estar haciendo ahora.-me reí girando hacia el libro.

Nos pasamos hasta ya llegada la noche hablando. Shannon nos hizo la cena ya que yo la había avisado de que estaba aquí.

Cuando ya era tarde le dije que se fuese. Sus padres estarían preocupados, ¿no?. Llamé a Robert:

-¡Hola!-grité divertida.

-Hola...-dijo con voz de cansancio.-Odio química. Me van a salir fórmulas hasta en la sopa.-me reí.

-Estuve con Tate.

-Hayley, está loco. ¿No viste lo que hizo ayer? A mí me daría miedo estar con él.

-Ya, ya... Tienes razón. Pero no sé, es diferente, me gusta estar con él y más cuando tengo que estudiar.-solté una carcajada.

-No te acerques demasiado a él. No me inspira confianza.

-Que sí Rob, ya sé... Me lo dices cada minuto desde ayer.

-Es que estoy viendo que te está camelando...-me hace mucha gracia cuando habla así.- y luego te hace algo malo y yo te aviso de antemano.

-No me está camelando...-miré el reloj y eran casi las doce.-Robert, te cuelgo que es muy tarde. Nos vemos mañana en el instituto.

-Ay, es cierto, ya van a ser las doce. Hasta mañana Hayley.

-Adiós.-le colgué el teléfono y me metí en cama.

No sé porqué pensaba eso. Tate es un chico agradable conmigo y misterioso. Eso me gusta, que sea misterioso. Tenemos muchas cosas en común y a lo mejor mi hermana tenía razón con eso de que "pegamos", pero Robert y sus hipótesis de que no me debo confiar con él... Me confundía. Seguir conociendo a Tate podía ser una mala idea...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 15, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Retorno a Murder HouseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora