capitulo 3

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Pasaron tres días, y ya era la "semana siguiente".

Mathius llamó el miércoles y le dijo que lo enviarían a buscar el domingo por la tarde, para limpiar una escena anónimamente. Jake asintió y solo fue cuestión de esperar hasta el domingo.

Estuvo yendo a comer en casa de su madre, ya que se había quedado sin dinero, solo hasta que haga el primer trabajo. Cabe decir que, cuando inicie el primer trabajo, no solo le pagarán bien, sino que, si limpia perfectamente, lo llamarán con más frecuencia. No te despiden si en la investigación policíaca descubren, por ejemplo, ADN, ellos sólo te darán una sutil advertencia a base de cinco minutos de tortura, sin muerte por suerte.

Otra vez tomaba su café de las mañanas mirando su teléfono. Hasta que Sofía le envió un mensaje nuevo.

"Buenos días. Debo contarte algo extraño."

"¿Si? ¿Qué cosa?"

"Anoche me pasó algo muy raro. Estaba durmiendo, hasta que mi hermanita me despertó desesperadamente. Me fijé la hora y eran 3:34. Ella estaba llorando mucho y hasta yo llegué a asustarme."

"¿Por qué lloraba?"

"Decía que papá y mamá habían sido reemplazados por Cegatros y que iban a matarla. Cuando me levanté, mis padres estaban en la cocina, hablando sobre el comportamiento de mi hermana. Me dijeron que ella no podía reconocerlos, y al parecer sólo me reconocía a mí."

"Sabes... Creo que oí algo así en algún lado."

"Sí, "Parasomnia" se hace llamar."

"¿Qué es "Cegatros"?"

"No lo sé. Debería investigar..."

"No te mates la cabeza con eso, ¿sí? Tranquila."

"Lo siento, es que lo sucedido fue extraño..."

"Es entendible, de todos modos."

"¿Ya conseguiste empleo?"

"Hoy mismo comienzo. Me pagarán muy bien. Con esa cantidad por semana, podría irme de este mugrero en un chasquido."

"Me alegra saber eso."

Y luego ambos siguieron con lo suyo.

La hora estaba por llegar, así que Jake comenzó a alistar unos guantes de limpieza y demás en una mochila, y luego se abrigó.

Salió de su departamento y cerró la puerta con llave. Estaba por irse de no ser porque una voz llamó su atención.

- ¡Jake! ¿Cómo estás? - La adolescente que vivía en el departamento del frente lo estaba saludando.

- Bien. ¿Y tú, Ale?

- Bien, ¿estabas a punto de irte?

- Conseguí empleo, ahora mismo tenía un cargo.

- Jaja de acuerdo, entonces sigue con lo tuyo, no te distraeré.

- Gracias.

Y salió del edificio a esperar sentado en la banca de la vereda. Hasta que un auto negro se estacionó frente a él. Salió un anciano y le hizo señales para que entrara. Entendiendo la referencia subió y el auto arrancó. El viaje fue silencioso, el conductor estaba muy callado.

Luego de un largo rato, llegaron a una carretera aislada. Estacionaron en el pequeño estacionamiento de un motel. El conductor, que por fin habló, le dijo a Jake que baje del auto. Afuera lo esperaban dos hombres más, quienes lo agarraron de los brazos y lo hicieron entrar en una de las habitaciones.

》ToxicidadWhere stories live. Discover now