Desde nuestro ultimo encuentro, las cosas han estado extrañas entre Freya y yo. Se estarán preguntando como acabo todo la ultima vez, bueno, después de “eso” ambas nos dirigimos a tomar un baño. Ella, como siempre, pensó primero en mi y me permitió entrar a disfrutar el agua por mi cuenta. Encantada acepté, sin imaginarme las maquiavélicas ideas que pasaban por su cabeza. El agua recorría mi aun agitado y cálido cuerpo, hacia tiempo no disfrutaba tanto una refrescante ducha, pero la paz no duro demasiado. Un sonido me hizo saltar de mis cabales, volteando mi vista fuera de la ducha. Una gran silueta se hacia presente en el enorme cristal que había por puerta, imagine que la valquiria estaba trayendo alguna toalla o algo para secarme, pero cual grande fue mi sorpresa al verla abrir la gran puerta de cristal y contemplar, frente a mi, su erótica figura femenina solo tapada por un corto toallon que apenas y llegaba por debajo de sus caderas. No quise mirar demasiado para no quedar como una degenerada o algo peor aunque claro, habíamos tenido relaciones muy... De mayores hace poco tiemño, mi cabeza funciona de formas que ni yo comprendo. Efectivamente, se acerco para dejarme una toalla para mi sin decir nada, solo liberando su adorable y cálida sonrisa, y volvió a cerrar la puerta. Juraría que escuche un sonido como una risa al momento que cerro, pero debió haber sido mi imaginación. De ahí en mas, la noche transcurrió de forma normal, pude ducharme a gusto y al terminar,salí con calma e ingreso ella. Al momento de dormir, Freya insistió que me quedara con su cama y ella dormiría en el sofá, pero me negué rotundamente, no me gustaría que la poca comodidad del sofá le hiciera mal, yo era mucho mas pequeña que ella, me era mas fácil descansar en él sin sentir nada de dolor. A la mañana siguiente, solo me vestí y salimos juntas a la arena, después de disfrutar un jugoso desayuno de huevos con chuletas, claro. Dios mio, que deliciosa es la carne cuando le agregas condimentos, mucho mejor que freírla en una monótona fogata en el frío de la noche. Ese día, combatir juntas estuvo bastante… dificil. Por alguna razón, Freya estaba ”evadiéndome”, quiero decir… cada vez que lograba acercarme a ayudarla, que podía protegerla de alguna emboscada, ya no me sonreía o si quiera miraba, solo decía “gracias” en un tono muy bajo, apenas audible. Se sentía raro combatir así, me dejaba hundirme mucho en mi cabeza y no lograba concentrarme ¿Acaso la moleste? ¿Hice algo que no le gustaba? ¿Ella esperaba algo de mi que no logre cumplir? Estas y más preguntas bombardeaban mi cabeza una y otra vez sin cesar.Fui debilitada en mas de una ocasión y como era de esperarse, perdimos. Al terminar la arena de hoy, fui directo a hablar con la valquiria, no era mi fuerte acercarme a dialogar estos temas, pero su extraña actitud me taladraba la cabeza de malos pensamientos. Me duche mas rápido que nunca, me apresure a vestirme y fui a esperarla pacientemente fuera de la arena de batallas, solo había un lugar por donde salir, era imposible que se fuera sin que yo la vea. Como era costumbre en su persona, salio del lugar caminando a solas, con su mirada perdida en quien sabe que pensamientos. No titubee ni por un momento, me dirigi hasta ella y me propuse a cortarle el camino. Su altura era por demás, mayor a la mia, sacándome casi una cabeza de altura, no lo sé. Su mirada no quería encontrarse con la mia, esto ya me había terminado por saturar, iba a tener respuestas y las iba a tener ahora.
- ¡Freya, deja de ignorarme! - le grité - ¿Porque me estas evadiendo? No eres tu, la Freya que conozco es una persona muy amabe, me ayudo y cuido en estos dificiles tiempos cuando nadie mas lo hacia, me brindaste comodidades, alimento, hasta un hogar cálido para dormir fuera de la penumbra nocturna ¿Y ahora sin mas, solo me evitas?- .
La valquiria ni siquiera volteo a verme, solo sostuvo su brazo derecho con su mano. Di unos pasos mas al frente, quedando a tan solo a unos centímetros de ella.
- ¿Al menos vas a dignarte a verme a los ojos? ¿Qué hice mal? ¿Acaso ya te aburriste de mi? Si es así… lo siento, intente ser una buena amiga pero… jamas había tenido una persona con la cual entablar una amistad, no sé como comportarme y creo que algo hizo que te alejaras de mi- .
Trague saliva con esto ultimo, Freya se alejaba mas y mas en lo que transcurrían los dias. No sólo eso, su actitud estaba completamente diferente, y yo no quería que el resto de personas comenzarán a evitarla solo por mi culpa. Baje la mirada al suelo, soltando un leve suspiro de derrota.
- Parece ser que tampoco vas a responderme nada de esto, así que solo haré lo que me dicta mi cabeza… me iré lejos, buscaré un nuevo lugar donde vivir, alejado de ti y de todos los que conoces, y de esta forma, ya no volverás a saber nada más de mi, te devolveré tu pacifica vida…-.
Unas pequeñas lágrimas brotaron de mis ojos y se deslizaron por el contorno de mis mejillas, el aire empezó a faltarme al ritmo que mi corazón se aceleraba. Me gire sobre mis talones, con el corazón en la garganta, me había ilusionado demasiado rápido con esto de tener “una amiga”. Por favor ¿Quién querría de amiga a una loca como yo? Soy de esas personas que nació para no tener a nadie, que todo aquello que ame y quiera, tarde o temprano lo perderá. La soledad es lo único que de verdad puedo llamar mío. Mis pies comenzaron a moverse, paso a paso, alejándome de la valquiria, debería haber estado mas preocupada sobre donde viviria, que iba a comer o cosas así, pero me quede inmersa en todo este asunto. Tan poco tiempo habia pasado, y ella ya era tan importante para mi, que locos que son los sentimientos. Camine hasta llegar a la esquina de la manzana aun con la mirada al suelo y mi cabeza muy sumida en mis pensamientos, tan así que no me percaté de lo que sucedía a mi alrededor. Sin que siquiera fuese capaz de pensar, una fuerza muy superior a la mia me detuvo en seco, para despues jalarme hacia atras sin que pueda resistirme. En mi estado emocional actual, no estaba de humor para soportar ninguna broma de nadie. Pero no paso ni un segundo, que un enorme bus paso a toda velocidad a solo unos centímetros de mi rostro. Quede totalmente helada, si no me hubieran frenado, esa enorme mole de metal me habría arroyado sin ningún problema. Quise voltearme sobre mi misma para ver quien fue mi salvador, pero eso no fue posible. Unos largos y fuertes brazos me tomaron por sorpresa, estrujandome entre ellos sin ejercer demasiada fuerza, una cálida respiración sonaba cerca de mis oídos, y un incesante latido de corazón palpitaba contra mi espalda. Gire mi cabeza levemente a un lado y allí estaba, con una que otra lágrima en sus redondas mejillas, la imponente Freya, ahora en un estado de sensibilidad emocional que me era irreconocible. Sus brazos me apretaron aun mas fuerte, y las lágrimas caían a montones de sus cristalizados ojos.
- F-Freya…- dije por lo bajo.
- Ruby… oh Ruby, que alegría ver que estas bien… ngh- .
La voz de la valquiria sonaba quebrada, estaba a nada de estallar en llanto, sus manos temblaban al igual que sus fuertes piernas, la escena era desgarradora incluso para un corazón como el mio.
- Ruby… Ruby… Ruby… - repetía una y otra vez, llorando con mas intensidad cada vez que una palabra salia de sus labios.
- Ruby per… perdóname, perdóname por favor, no quería que pensaras esas cosas de mi-. Su voz sonaba muy mal, la conmocion apenas le permitian hablar con claridad,sus brazos se cerraron con toda su fuerza, dolía un poco pero no preste atención a eso, no era momento para ser delicada.
- Ruby oh Ruby… yo solo me siento muy extraña, nunca me había sentido asi… tenia miedo-. su garganta trago un poco de saliva, intentando aguantar tantas lágrimas- Nunca me sentí tan alegre como lo soy contigo, mi corazón se acelera cada vez que estoy cerca de ti, mis manos tiemblan e incluso sudan, quiero golpear y derribar a cualquier idiota que se acerca siquiera a decirte “hola”, quiero pasar todo el día contigo, me haces sentir…completa, contigo no me siento como con el resto de mis amigas, siento una gran alegría al verte sonreír después de un sencillo desayuno, y a la vez siento un terrible temor de que no te guste mi comida y te fuerces a simular que sabe bien, cosas tan insignificantes como estas y mas no me dejan en paz…-
Un silencio invadió el lugar, aunque no duro, fue interrumpido por un auto que avanzo a gran velocidad por la desolada acera. Logre zafarme de esos poderosos brazos, y pude girarme sobre mis talones, quedando de frente a la imponente pero quebrada valquiria. Pose mi palma sobre su mejilla izquierda, secando algunas lágrimas con mi pulgar.
- Freya…yo… me siento exactamente igual, nunca imagine que tener una amiga podía sentirse tan bien…-. Unas tenues gotas quemaban en mis mejillas, mi corazón estaba saturado de tantas emociones chocando entre si.
- ¿De… verdad, Ruby? ¿Te sientes como yo? – La expresión en el rostro de la valquiria cambio estrepitosamente a uno feliz, llena de vida. – Pero lo que hace doler mi corazón, es otra cosa, Ruby-. Sus lindo rostro se puso serio, fijando sus ojos en el mio.
- ¿Ah? Entonces… ¿Qué es, Freya?- mi pregunta sonó muy infantil, ingenua si quieren. No estaba preparada para lo que ella iba a contestarme.
- Ruby… creo que estoy comenzando a sentir algo muy fuerte por ti, y no, no es amistad…es mucho mas que eso.-
La piel se me heló, mi corazón latía veloz como locomotora, incluso mi cuerpo comenzó a temblar.
- ¿Entonces…eso significa qué..?- Pregunte ingenuamente una vez más.
- Significa, Ruby…que creo que me gustas. Me gustas de gustar, chiquita… me arriesgo a decir…que mi corazón se esta lanzando a por ti…-.
Mi cabeza se frenó en seco. Yo dije que sentía exactamente lo mismo que ella. Ella dijo que esta “gustando de mi”. Eso quiere decir, que ambas nos gustamos, lo que significaría que … ¿Ambas somos…lesbianas...?
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Dulce Suave
FanfictionRuby es una joven niña huérfana con un pasado muy oscuro. Harta de la soledad y del sufrimiento que esto significa, comienza a replantearse si ponerle fin o no a todo, o eso pensaba hasta que conoce una joven y justiciera valquiria, quien le ofrece...