Han pasado varias semanas desde que llegue por primera vez a la “Tierra del Amanecer”. Es un lugar increíble, muchos guerreros de diferentes lugares del mundo vienen a competir en equipos para demostrar sus habilidades y superioridad estratégica. Al principio, me costaba demasiado adaptarme a trabajar en grupo, no había necesitado cooperar con nadie en lo que va de mi joven vida, claro, sacando de lado "eso". Mas aún, me daba pavor pensar que alguno de esos seres pudieran herirme de gravedad o incluso acabar con mi vida, pero luego me entere que nunca mueres realmente, sólo caes debilitado cuando tu salud es muy baja y eres transportado fuera de la arena, donde unos elfos y ángeles sanan tus heridas para que puedas volver lo antes posible. Si, así como escucharon, elfos y angeles, seres míticos que pensé jamas poder ver con mis propios ojos.
Día tras día, luche en equipos muy variados, algunos con gente amable y comprensible, en otros…con gente un poco más “enojona” a la hora de perder, pero nunca llegaba a padecer demasiado la agresividad aliada, ya que ella estaba ahí. Una de las estrellas del lugar, la increíble valquiria Freya. Su habilidad era impresionante, y sus estrategias me dejaban fascinada, sabía muy bien a quien atacar y cuando hacerlo para no debilitarse a lo tonto. Aunque si hubo varias ocasiones en que saltaba a lo loco contra tres enemigos, y ahí es cuando yo entraba en acción. Juntas éramos casi imparables, podíamos detener todo lo que nos tiraran…o al menos, casi todo. Aunque dentro de la arena, ella lucia intimidante, seria y muy ruda, fuera de ahi lucia como una mujer totalmente diferente, no creerían que tanto podía llegar a cambiar.
-Hey Ruby, vamos a tomar algo con Bruno y Franco para celebrar muestra victoria ¿Quieres venir? El gordito dijo que invita los nachos.-.
La suave y sería voz de Freya me devolvió a la realidad. Si, yo tenia la mala costumbre de perderme mucho en mis pensamientos.
-Me encantaría ir pero… tengo que guardar algo de dinero para el resto de la semana, reparar mi oz me costo mas de lo que esperaba y-.
-¡No te preocupes por eso, Ruby! ¡Yo te invito! ¡Vamos!-.
Ni siquiera me dejo terminar de meter mi excusa, que ya me estaba tomando de la mano en dirección a los otros dos. Últimamente, me sentía extraña cerca de Freya, por alguna razon mi corazón se aceleraba en demasia y mi respiración se agitaba tanto como una locomotora a máxima potencia. Estas cosas dieron inicio hace una semana, un poco mas, en mitad de una partida. El enemigo me había rodeado entre 2, no vi el ataque sorpresa por estúpida, y antes que acabaran conmigo, Freya salto a salvarme, desbilitando a ambos con su inigualable daño. Si, perdimos esa partida por mi culpa, pero a diferencia de otras veces, ella no se vio molesta en lo absoluto. Quise disculparme por eso, pero su respuesta me dejo atónita.
-“No tienes de que disculparte, Ruby, lo importante es que no te lastimaron. Se que esto es solo un juego, pero no soporto ver como te lastiman, haré todo lo posible para protegerte aquí o en la vida real, te juro que ya nunca mas volverás a sufrir dolor…"-.
No supe que responder a eso, mis mejillas se ruborizaron y mi corazón se acelero con nunca. Y para colmo, no fui la única, las mejillas de la valquiriana también se enrojecieron a causa de mi reacción, y busco tapar sus ojos con su casco. Fue un momento extraño, algo incomodo… pero que me hizo sentir muy feliz.
Desde entonces, estar cerca de ella me hace recordar ese momento, y me cuesta interactuar juntas, aun mas de lo normal. Pero decirle que no a esta invitación, la haría sentir mal, no tenia otra opción que aceptar. El sol comenzaba a ponerse en el horizonte, dejando que poco a poco, la oscuridad de la noche tomara lugar en este cálido viernes. Había mas gente de lo habitual en las calles, claro, muchos salen de fiestas o aprovechan el inicio de fin de semana. Eso fue algo que en parte, nos beneficio, había ofertas y promociones en varios bares. Llegamos a uno llamado “La cantina del Capitán Bane” ¿Quién hubiera imaginado que el capitán de los mares tendría su propio bar? Y no solo eso, uno de lujo, con adornados de piratas y tema marítimo por doquier. Era un lugar muy concurrido, la gente entraba y salia a montones, no imaginaba como podríamos conseguir mesa aquí. Para nuestra fortuna, Franco, el vikingo, consiguió unas reservaciones hace unos dias (además de ser un amigo cercano de Bane je). El vikingo y Bruno se adelantaron a nuestra mesa, risas y chistes malos salían de sus bocas una y otra vez. Freya y yo íbamos detrás de ellos,ella algo seria… o era idea mía. Y ahora que lo pensaba, ella tampoco andaba muy charlatana esta noche, estaba muy diferente a lo que solía ser. Tenía la enorme necesidad de preguntarle que le ocurria, pero mi estúpida timidez me lo impedía. Ambas tomamos asiento, quedando una junto a la otra, con los chicos frente nuestro.El mesero se acerco en cuestión de segundos para tomar nuestro pedido. Como era de esperarse, Franco y Bruno querían emborracharse hasta la medula, pero Freya parecia tener otros planes, y solo pidió una bebida con poco alcohol. Por mi parte, solo pedí un pequeño helado, no tenia intención de hacerle gastar mucho. La noche transcurrió con normalidad, bebida tras bebida, se podía ir notando como el alcohol hacia efecto en esos dos tontos. Franco era un gran fanático de Freya, hasta podría decirse que la amaba en secreto, pero ella no tenia ningún interés en él. Sus acosos se volvían un poco incómodos, por mi parte nunca trate muy a fondo con otro hombre, pero parece que la valquiria tenia todo bajo control.O eso creía, su mirada se notaba levemente perdida, no me había percatado de que ya había tomado mas de 10 vasos. Ella sujeto su cabeza un poco, y trato de incorporarse, aunque su cuerpo le fallaba y me vi obligada a sostenerla. Decidí que lo mejor seria escoltarla hasta el baño, para evitar cualquier tipo de “accidente”, no soy conocedora a los efectos secundarios de la bebida, pero mejor prevenir que lamentar.
Ambas nos separamos de los chicos, escabullendonos entre la multitud hasta la puerta del baño. Apenas ingresamos, una elfa salio apresurada del cubículo del baño, dejándonas a solas. Mejor para mi, no me gustaria que haya gente de chismosa cuando alguien tiene el estomago revuelto. Pero no, no sucedió lo que yo imaginaba. Incorporando su posición lo mas erguida posible, Freya se detuvo de pie frente a mi, fácilmente lograba sacarme una cabeza y eso lucía intimidante. Camino hacia a mi sin escrúpulo alguno, haciéndome entrar de espaldas a uno de los cubículos del lugar, y haciendome caer sentada en el retrete. Ella llevó su dedo índice a su boca e hizo una seña.
-Shhh… podrían oirnos…-. Su voz sonaba torpe pero provocativa, y para mi desgracia, las provocaciones no terminaban ahí. Freya poso sus manos detrás de su espalda, usando sus dedos para quien sabe que cosa,y retiro su pesada pechera, dejando solo una ligera tela tapando su figura. Mi corazón empezó a latir rápidamente, me faltaba el aire y mis manos sudaban, no podía terminar de creer lo que estaba viendo, pero aun así, permaneci en silencio, solo observando. La hermosa mujer de cabellos dorados dejo ese pesado metal en el suelo, y posando sus manos en su cadera, dejo caer su falda hasta el suelo, permitiéndome ver en toda su plenitud esos atractivos muslos bien formados. Trate de entrar en razón por solo un momento ¿Acaso Freya, una mujer, estaba provocando a otra mujer, osea yo? Esto debía ser ilegal, o a lo mínimo, extraño, yo no me consideraba una lesbiana , ni muchos menos, me había interesado otra persona. Claro, agregando el hecho de que tampoco conocí muchas personas en mi vida. Mientras mi cabeza seguía metido en suyo, no me percate de que la erótica valquiria se acerco hasta mi, haciendo que me levante a la fuerza y, en un brusco giro, me coloco de espaldas contra el cubículo. El golpe fue rudo, me aturdio por unos segundos, pero antes siquiera de que fuera capaz de reaccionar, una de sus manos golpeo la puerta junto a mi cabeza, haciéndome cerrar los ojos del impacto. Al volver a abrirlos, quede petrificada por lo que veía. Frente a mi, a solo unos centímetros, se encontraba la hermosa valquiria, reposando su cabeza contra la mía. Podía sentir su respiración en mi avergonzada cara, sus rápidos latidos e incluso, la calida pero perversa mirada con la que me desnudaba mentalmente. Sus impulsos a causa de la bebida y quien sabe que otra cosa,terminaron por hacer que sus labios se apegaran con rudeza a mi cuello, degustandome el mismo. Nunca había sido tratada de esa manera, nadie había tocado mi cuerpo a ese nivel. El calor subía por todo mi ser, y cada vez que esa vizcosa lengua me atacaba, una ligera descarga eléctrica recorría todos mis huesos.Su boca era hambrienta, deseaba mas, mi cuerpo también deseaba mas de ese calor tan reciente pero exquisito. Sin previo aviso, su lengua salio de su boca, buscando saborear más abajo de mi cuello. Sentía como esta se movía, como tocaba cada parte de mi timido cuerpo. Mi cuerpo se estremecia una y otra vez, pero se sentia muy placentero todo esto, me estaba llevando a la locura el constante de una lengua femenina¿Acaso ahora soy una lesbiana? La verdad y por primera vez en mi vida, no me detuve a pensarlo mucho, y deje que su boca siguiera devorandome. Pero Freya no estaba satisfecha con solo eso, acerco su mano a mi pecho y con total rudeza, abrió mis prendas, dejando lucir mi pequeño sostén blanco. No es mi culpa que sea pequeño, ellas no quieren crecer. La vergüenza ataco sin piedad mi cabeza, estaba paralizada, y parece que no fui la única. La valquiria se detuvo a contemplar mi busto unos instantes, hasta que acerco su mano a él.La pena ya era demasiada en mi, así que la detuve, no me sentía lista para semejante paso. Freya solo me miro en silencio y sonrio. Sonrió tiernamente como ella solía hacer conmigo aun cuando me equivocaba en el campo de batalla. No pude resistirme a esa expresión, y deje salir una sonrisa temerosa, dándole a entender que podía continuar. No dudo ni un segundo, su boca ataco lujuriosa mi pequeño busto, buscando lamer los puntos mas sensibles. Mi temperatura estaba a tope, ardía de calor y esa electrificante sensación era mas potente que nunca. Su lengua era un arma devastadora, cada vez que se rodaba sobre mis senos, sentía que me estaba derritiendo y eso que solo lo hacia por sobre mi ropa interior, si se atrevia a quitarmela, iba a explotar. Me costaba aguantar mis quejidos, por lo que ella solo me tapó la boca con su palma. Sus movimientos eran mas bruscos segundo a segundo, incluso llegaba a morderme la piel o mas aun, morder mi empapado cuello. Oíamos que gente entraba y salia del baño, pero eso no la detenía ni un poco. Mi cuerpo estaba explotando de placer, nunca había sentido esta sensación tan refrescante.Una sensación de calor atacaba mi zona mas intima, todo esto era nuevo para mi. Freya sintió mi aroma femenino y relamio su boca con una lujuriosa y oscura expresión. Pero al momento de acercar su mano a mi zona púbica, alguien golpeo nuestro cubículo, haciéndonos saltar a ambas y gritar al omiso no
-¡OCUPADO!-
Para segundos después, callarnos con nuestras manos. Que tontas fuimos, al gritar ambas, delatamos que eramos mas de una mujer en ese baño. Al cabo de unos minutos, ambas salimos muy avergonzadas con nuestras miradas bajas, las voces rumoreando entre las mujeres de ahi no se hicieron esperar. Ya era hora de irnos a casa. Franco y Bruno bebieron a mas no poder, sobre todo el futbolista. Sus penas amorosas con Lolita, la elfa, lo hacían sentir muy mal.
Caminamos los 4 hasta llegar al punto de separación. Bruno y Franco vivían cerca el uno del otro,así que fueron por su lado. Yo debía irme con Freya, ella me daba alojamiento hasta que mejore mi situación. Toda la caminata estuvo inundada de un silencio incomodo, al menos así fue hasta llegar a su casa. Al momento de abrir la puerta, ella se detuvo, con la mirada baja.
-Lo lamento Ruby…la bebida me hizo actuar sin pensar, no quería incomodarte ni nada, si estas molesta o algo… me disculpo- .
El silencio volvió a tomar lugar,no esperaba una disculpa por algo así, pensé que Freya disfrutaba todo esto, como se trataba de ella, mi mejor amiga, no había problema alguno, pero parece que no fue así. Una culpa invadió mi corazón, no quería perder a una amiga tan valiosa como ella Por algo como esto.
-No te preocupes Freya, esta todo bien, no me asustaste ni nada…de hecho, hasta lo disfrute mucho-.
Al decir esto ultimo, ambas quedamos en otro silencio incomodo. Un fuerte rubor rojo cubrió la cara de la valquiria al igual que la mía. ¿Por qué carajo dije algo así? Que idiota que soy, seguro pensara que soy una depravada o algo así. No pude pensar mucho, el sonido de la puerta abriéndose me devolvió a la realidad. Antes de ingresar, Freya tomo una bocanada de aire, y volteo su mirada hacia mi, acompañada de su ya hermosa sonrisa
-Bueno, si tanto te gusto… Podemos seguirlo cuando tu quieras, Ruby.-
Espetó en un tono sumamente seductivo, e ingreso en la propiedad. Me quede paralizada, mis piernas no respondían, pero esto solo me hizo pensar una única cosa. Una única infantil cosa. Si Freya quiere continuar haciendo eso … ¿Signfica que sentia algo por mi? Digo, las personas que hacen estas cosas, se gustan entre si. Gustar. ¿Yo... Le gusto a Freya?
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Dulce Suave
FanfictieRuby es una joven niña huérfana con un pasado muy oscuro. Harta de la soledad y del sufrimiento que esto significa, comienza a replantearse si ponerle fin o no a todo, o eso pensaba hasta que conoce una joven y justiciera valquiria, quien le ofrece...