Capítulo 5

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Capítulo cinco

El día de la festividad había llegado, toda la manada tenía un aire festivo que desconocía pero resultaba ser muy agradable, el traje ceremonial era precioso. Un vestido color beige cubierto de tul blanco con flores añadidas a mano por la falda y las mangas, me quedaba perfecto y eso que es la primera vez que lo veía. Deje mi cabello negro suelto sin más que una pequeña tiara de flores que venía con el vestido, me sentía extraña usando aquellas prendas era casi nostálgico ¿Por qué? Es casi como si esta no fuera la primera vez que lo usaba cuando realmente lo es. De momento elimine aquellos pensamientos, Elián me estaba esperando y no quería demorar mucho más, quizás sea por la presión inconsciente de querer corresponderle o algo por el estilo pero comienza a resultarme casi necesario tener que estar a su lado. Al salir me tope de lleno con él que usaba un traje ceremonial que constaba de unos pantalones holgados negros y una camisa blanca con escote en v, no había cosa que le quede mal a este chico, su sonrisa se iluminó en cuanto me vió y por instante imágenes extrañas cruzaron por mi mente, como un recuerdo pero más vago.

-Luces hermosa-dijo tomando mi mano entre las suyas.

-Gracias, tú también.

-¿Lusco hermoso verdad?-dijo divertido.

-No sé si tanto-respondí usando el mismo tono de broma- pero te ves muy bien.

Ambos reímos ante aquello, el sonido de su risa volvía a remover cosas dentro de mí, que nuevamente deje pasar sin querer pensar mucho en ello.

Al salir de la casa pude apreciar mucho mejor todo el esfuerzo de los encargados de armar esta fiesta, cada rincón estaba pensado y decorado con flores blancas preciosas, todos vestían ropa de distintas tonalidades de blanco de forma que brillaban en medio de la oscuridad de la noche. El campo de entrenamiento fue utilizado para colocar mesas en donde cada quien iba ubicándose, nuestra mesa estaba casi en el centro lo cual era un poco raro, constaba de cuatro lugares donde pronto Milos y Eros tomaron el suyo, uno a cada lado nuestro.

La cena estuvo genial, por primera vez desde que llegué todos nos encontramos relajados conversando y riendo con normalidad, muy pocas veces me había divertido tanto anteriormente por lo que estos momentos son los que procuro disfrutar y guardar en mi memoria.

La medianoche llegó y con ello toda la atención de la manada puesta en nosotros dos, Elián como alfa inició con la recitación de una especie de poema que sus ancestros habían escrito a la Diosa, mientras tomaba mi mano.

-Hoy ante todos los miembros de mi familia-comenzó a decir, con cierto entusiasmo- puedo anunciar con alegría que he encontrado a la luna de mi corazón y de esta familia.

El rostro de todos era un poema, no me atrevía a verle a los ojos, el miembro más antiguo de la manada pronto se puso de pie alzando nuestras manos unidas en alto para que pudiera apreciarse y dijo.

-Rahzel, luna de la manada y pareja del alfa toma la guía de la Diosa, para forjar un camino próspero para tu nueva familia-su voz era grave y retumbaba en mis oídos una y otra vez. Esto ya lo había escuchado antes ¿Dónde?

Elián para dar fin a este pequeño acto beso mi frente con dulzura y los aplausos estallaron, todos parecían estar más que felices tras esta pequeña demostración.

Elián para dar fin a este pequeño acto beso mi frente con dulzura y los aplausos estallaron, todos parecían estar más que felices tras esta pequeña demostración

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Los Lobos de la PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora