A la mañana siguiente desperté bañada en sudor, con gran desesperación aparté a patadas las cobijas que me estaban asfixiando y corrí a abrir por completo las ventanas.
El sol apenas comenzaba a abrirse paso en un cielo precioso y, tal como Idara había pronosticado, mi madre irrumpió en mi habitación casi en el momento exacto en que el primer rayo de sol golpeó mi ventana.
- ¡fantástico! Estas despierta. Vístete rápido, desayunaremos en unos minutos – dijo mientras se apresuraba a arreglar mi cama – si vamos a explorar este lugar debemos comenzar pronto – dictaminó, acomodando las cobijas pulcramente dobladas en un cajón del armario para después salir tan rápido como había entrado.
Me quité el camisón y lo dejé de nuevo sobre la cama ya hecha.
Al abrir el ropero me encontré con una gran variedad de ropa, con cientos de diseños en todos los colores y tallas. Escogí usar unos pantaloncillos cortos color marrón con una blusa blanca de lino y botines, también encontré un amplio sombrero floreado con el que protegerme del sol.
Abajo en el comedor ya estaban todos reunidos tomando el abundante desayuno que mi madre había preparado. Mi abuela miraba con expresión de asco el pan francés que para su gusto estaba demasiado blando, mi abuelo tenía la cara casi hundida en su plato de avena a causa del sueño, Idara apenas picoteaba unos trozos de fruta y mi madre comía refinadamente usando los cubiertos para las salchichas y dando minúsculos mordiscos a su tostada.
Me senté frente a mi madre y traté de comer un poco de cereal, aunque casi no tenía apetito y pasé gran parte del tiempo divirtiéndome en sumergir las hojuelas en la leche hasta que se ablandaban.
El ambiente estaba tenso y el silencio solo era interrumpido por el sonido de los mordiscos, nadie parecía tener ánimos para iniciar una conversación, por lo que todos se esforzaban en devorar sus alimentos ansiosos de librarse del incómodo momento.
Cuando la mayor parte de la comida desapareció tuvimos la aprobación de mi madre (la cual era necesaria para evitar una discusión) para levantarnos de la mesa.
Salimos de la casa provistos cada quien con una cesta que contenía un termo con agua y algunos refrigerios. Caminamos por el límite del bosque en la dirección de las manecillas del reloj, cada cierto tiempo nos topábamos con algunos vecinos que mi madre y mi abuela saludaban calurosamente, eso no obligaba a detenernos durante varios minutos, pero no era nada comparado con lo sucedió al llegar a la parte norte de esa pequeña comunidad, donde se extendía un amplio prado repleto de árboles frutales junto a los que se encontraban repartidas mesas plegables que en conjunto formaban parte de algo similar a un mercado ambulante. Tan solo llegar al primer puesto mi madre y mi abuela se enzarzaron en una interminable conversación con una señora de pómulos prominentes y largo cabello repleto de joyas. Después de esperar pacientemente durante al menos un cuarto de hora, Idara, mi abuelo y yo acordamos separarnos y reunirnos en casa a la hora de comer. Satisfecho, mi abuelo compró una jugosa manzana y se recostó bajo la refrescante sombra de un árbol.
Idara y yo recorrimos todos los puestos del mercado sin seguir ningún orden, pronto me di cuenta de que no solo se vendía fruta en aquellos improvisados puestos, también había algunas mesas con prendas de ropa en exhibición, todas ellas eran extremadamente raras e inclusive antiguas, como un largo vestido blanco del cual caían pliegues y holanes que le conferían el aspecto de una cascada de tela vaporosa, un gracioso trajecito verde que yo solo podía imaginar puesto en un duende, o una amplia falda con bordados coloridos y listones cosidos a la orilla. La mayor parte de las prendas estaban raídas o carcomidas por las polillas, pero de igual forma se vendían. En algunos otros puestos había exóticos perfumes con fragancias intensas que hacían cosquillear la nariz, al igual que todo tipo de cosméticos, algunos tan primitivos que en su composición aún contenían peligrosas cantidades de arsénico y otros químicos.
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Una parada por el bosque
Mystery / ThrillerDespierto con un dolor punzante en la cabeza y la sensación de haber dormido durante un largo tiempo, miro a mi alrededor, estoy tumbada en un claro de un extraño bosque. El clima es caprichoso y cambia constantemente. Las personas actúan con mucha...