II

6.7K 665 1K
                                    

Aquella noche la cena fue solitaria. Cuando Asahi bajó al comedor del hotel no vio a ninguno de sus amigos, solo era el tercer día y ya estaban saltándose las restricciones. Como fuera a él poco le importaba pues así podía estar más concentrado en lo que estaba por venir. Que no era fácil.
 
Al terminar de comer fue directamente a su habitación. Al entrar vio la luz apagada y un bulto respirando en la segunda cama. Ese bulto era su chico. De normal Noya se quedaba despierto hasta tarde pero ya estaba entre las sábanas.

«Sigue enfadado», pensó con dolor. Pero dejó la autolástima y se cargó de valor.

Despacio caminó entre la penumbra de la habitación hasta la cama y se tumbó de lado junto a su cuerpo.

Ojala le hubiera despertado antes de lo que pensaba hacer. Ojala porque así Asahi hubiera notado que aquel no era Nishinoya.

Esa misma tarde Hinata y Noya habían estado paseando por el malecón compartiendo un helado e intimidades. Resultaba que ambos tenian proble.as a su manera y Hinata andaba algo quemado por lo celoso que se estaba volviendo Kageyama. Hinata parecía tan ofendido que no quería ni dormir con Kageyama así que le pidió cambiarle la habitación. « Solo esta noche, hasta que me aclare. Si no te molesta». ¿Molestarle? Él tampoco tenía ganas de dormir con Asahi ni aún cuando eran camas separadas.

Así era, Asahi de calle que no conocía esa parte de la historia porque de haberlo sabido no se hubiera girado como lo hizo ni le hubiera hecho la cucharilla a Hinata.

Y allí estaba el grandullón tembloroso como un flan pero decidido a no perder a su chico, dándole una arrimadita al polluelo pelirrojo. De modo, Asahi que empezó a frotar su entrepierna contra sus nalgas. Su cuerpo era tan pequeño y menudo, tan delgado y suave que no tardó nada en ponerse duro.  Movió una mano hasta su cadera y lo atrajo antes de acercarse y oler su pelo.

La tela del pijama era muy fina ya que era verano y se sentía muy bien en su punta aún así no del todo de modo que se bajó el pantalón y se masturbó unos segundos antes de volver a acercarla. Debía ponerse un poco más intenso si quería despertarle.

Así que coló un dedo por el elástico del pantalón y lo bajó con ropa interior y todo. No necesitaba luz para excitarse solo de imaginar su trasero redondito esperando. Llevó una mano a su entrepierna y comenzó a sobarle. Noya tenía el pene bastante más pequeño que él pero eso nunca le había molestado. Al revés, la diferencia de tamaño era algo que también le excitaba a él, aunque nunca encontró una forma no siniestra de decirle a Noya que le ponía su cuerpito. Mientras pensaba en eso, restregó la punta entre las nalgas, ahora sin tela por medio, y al momento Lo vio remolonear. Estaba despertando. Se puso nervioso pues ahora sí comenzaría la verdadera acción.

Hinata despertó suavemente notando la hombría caliente que se frotaba contra él y esa mano traviesa que jugaba en su entrepierna. En los primeros segundos entre la vigilia y el sueño lo sintió agradable, casi se le había pasado el enfado con Kageyama.

«¿Quiere jugar ahora?», pensó excitado aunque con sueño. Tan tonto su Kageyama… Espera, ¡eso no podía ser! Él no estaba en su habitación.

Se había enfadado con Tobio y la había cambiado con Noya, pero entonces… La verga que se restregaba contra sus nalgas no era la de Kageyama, era de «¿¡Asahi!?».

Entró en alerta total, quiso girarse, gritar y dar advertencia pero entonces, justo en ese instante, Asahi le cubrió la boca impidiéndoselo totalmente.

Era uno de tantos consejos que le habían dado: “Si Noya es masoca le pondrá mucho que no le dejes ni hablar” y así había hecho. Le oyó forcejear pero creía que era parte del juego.

Estiu 2 [AsaNoya] 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora