El mejor cliente [Mikellino]

Capítulo 1: "Javier López"

Un azabache trabajando, como todos los días de su semana, estaba estresado por muchas cosas la verdad.

Ser el hijo del jefe no es nada fácil y menos cuando es algo que no te gusta.

Javier López con 27 años de edad, trabajando en la empresa más famosa de toda España "Electrónica arriver".

Además de ser también hijo, del jefe de esta famosa empresa, no era nada fácil para él, primero él es una marioneta de sus padres, no puede hacer nada que se le plazca, segundo, pronto jederará la empresa siento un futuro jefe y con ello muchos cargos en sus hombros comenzarán a estresardo, más de que que ya está, tercero no pudo estudiar lo que quería, pues como es una marioneta, sólo debió seguir con el cargo.

Pero de igual forma el azabache es feliz, tiene buenos amigos.

Aún que aveces sean algo idiotas, pero los tiene y lo agradece.

Ahora mismo él chico de ojos celestes, se encuentras en su oficina designada hace unos dos años atrás, aburrida y fría como siempre.

.- Uff, que coñaso -. Comenzó a jugar con su lápiz, sin nada más que hacer .- aburrido de toda esta mierda y ni siquiera me dan tiempo libre -. Maldijo todo lo que podía, hasta ya estar cansado de lo que hacía, pero un ruido le interrumpió, dándose cuenta que su mejor amigo Timba, le estaba llamando.

.-¡¡Trollinoooo!! -.

Gritó como si no hubiese un mañana, diciéndole su apodo.

.-¿qué mierda quieres? -.

.- amigo querido, amigo del alma, ¡¿por qué coño me tratas haci?! -.

.- pues me molestas cada rato del día y nunca me dejas en ¡paz! -.

Quiso cortar la llamada, pero antes de eso, Timba le dijo algo que al parecer quiso saber más de hayá.

.-¡No cortes! Sólo voy a decirte esto, antes de que salgas pasaré a buscarte y no quiero ninguna queja -.

El azabache alzó la ceja derecha y sonrió, pero aún estaba algo enojado, no por nada le decían "vinagrito".

.- ¿A si?, ¿por qué? -.

.- Pronto lo sabrás-.

.- Bien pero adiós-.

.- espera no cortes hijo de pu....-.

Y cortó, la verdad no quería ir con Timba, pero su curiosidad le ganaba, preguntas y preguntas pasaron por su mente por ejemplo: ¿qué hará?, ¿me venderá al mercado negro?, ¿dónde me llevará?.

Aún que rió con venderle al mercado negro, era su mejor amigo y sabía que Timba no haría eso, a no ser....

.- Ya me dió miedo -. Rió, pero luego observó la hora 7:12 p.m, sólo faltaba 18 minutos y salía de esa maldita oficina.

Pero como el tenía la peor suerte que una ardilla con retraso, los minutos pasaban lentos, como un infinito, sin poder acabarse.

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