Sinopsis: :)
Alejandra POV:
(Mama de los chicos y hermana mayor de Markus)
El castillo de mi familia esta solo...mi querido hermano, que por cierto no sabe que estoy aquí, ha salido.
Antes de venir he disfrutado con un pequeño juego que le he hecho a dos chicos de camino aquí, ni siquiera me moleste en verles el rostro, de plano deben de estarse preguntando en donde están los miserables y por que los traje a este país.
Lo cierto es que se siente bien estar en casa de nuevo. He recorrido el lugar de punta a punta y me he servido un trago del Bourbon favorito de mi difunto padre en son de bienvenida, a mi por supuesto.
Recorro mi vieja habitación, camino de lado a lado sin nada verdaderamente importante que hacer, pienso que debería limpiarla y arreglarla un poco, entonces se me viene a la mente una pequeña idea.
Una bienvenida a mi hermanito a su infierno conmigo, algo que sin duda lo hará enojar.
Abro de un empujón la puerta de su habitación, la observo por encima y la noto tan limpia y ordenada como acostumbra, antes de ir a su escritorio, donde acostumbra guardar sus cosas mas valiosas, se me viene otra loca idea.
Llamo a los dos chicos con los que jugué en la mañana que se encontraban en la sala de estar, yo tengo el don de controlar a las personas y que ellos hagan lo que desee, les ordeno que hagan un desastre mientras que yo me siento en su silla, me pongo lo más cómoda posible, estiro las piernas hasta montar los pies por enésima de su escritorio, los dos chicos a una velocidad moderada tiraban todo al suelo, todo lo que se les topaba a su paso. Libros, papeles, ropa, sabanas, más libros, más papeles y por ultimo un gran estante en el fondo de la habitación.
Busco entre los cajones hasta que encontré su agenda de viaje, la abrí y la empecé a leer.
-bla,bla,bla......y mas bla,bla,bla-repito una y otra vez, asta que voy hasta la ultima pagina donde me detengo a leer.
'estoy cansado de vivir en las sombras por los actos de mi familia, odio la idea de que cuando nos movemos a otro lugar la gente nos mira como raros, quiero que ellos sean personas normales, se que no somos normales pero espero que les den un lugar y que con solo verlos no les teman, deseo y espero tantas cosas pero será mejor terminar esto de una vez por todas'
-con que quieres que sean personas normales...-me rei de manera irónica- ellos son mis hijos y no los podras esconder siempre de mi, ¡Nuestra familia no es normal mi querido Markus!
Me levanto y salgo de la habitación destrozada con mis nuevos "guardaespaldas" y vuelvo a la sala donde me sirvo otro trago de Ron esperando a que mi dichoso hermano aparezca por esa puerta.
Espero que mi pequeña broma no le resulte demasiado pesada.
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Al tiempo que mi hermano se digno a aparecer en casa , entro por la gran puerta para luego cerrarla con llave haciendo que esta creara un fuerte chirrido y al notar mi presencia quedo inmóvil.
-Hermanito...-le llame para romper la tensión en el ambiente- que alegría verte de nuevo- agregue, El permanecio en el mismo sitio, no se movió en ningún momento.
-¿que haces aquí?-pregunto con un interés claramente falso.
-¿por que no me preguntas como me ha ido? ¿Cómo estoy?-camine por la estancia alrededor de el, mientras sus ojos observaban cada movimiento que daba.-nuestra querida madre nos enseño buenos modales-
-tu visita no es nada buena hermana- espeta el repentinamente creando que yo frunciera el ceño para volverle a sonreír socarronamente, como adoraba molestarlo.
-ven aquí pequeño-le sonreí mas amplia mente mostrándole mis dientes blancos- ven aquí y dame un abrazo-abrí mis brazos cariñosamente animándolo a acercarse a mi.
La expresión de su cara lo delataba, no deseaba ir a abrazarme así que mantuvo sus distancias con migo en forma de defensa, el sabia que en cualquier momento podía hacer algo imprudente.
-vuelvo a preguntar-su voz era amarga como la ultima vez que me hablo-¿Qué haces aquí?-
-tanto tiempo y estas perdiendo tus modales-negué con la cabeza y mi sonrisa volvió en mi rostro.El se empezaba a alterar, sabia que mis visitas no eran totalmente de las agradables.
-¿Cómo entraste?-me pregunto desconfiado mientras con la mirada observaba a mis guardaespaldas.
-Ahh... hermanito-le palmee en el brazo, a lo que el da un paso atrás apenas lo toque- en esta casa no me falta tener llaves para entrar...es tan mía como tuya ¿recuerdas?-le dije con mi sonrisa de siempre-además dejaste la puerta de atrás abierta, deberías de ser mas cuidadosos, personas indeseables pudrirán entrar-dije sonriendo esta vez cínicamente.
-¿personas tan indeseables como tu?-me respondió frunciendo el ceño
-no seas un amargado Markus-le conteste tirándome al sillón victoriano de la sala principal para tener mejor vista del panorama.
- se que no te gustan las reuniones familiares Alejandra, di por una vez por todas cual es el motivo que estés de vuelta?- dijo bruscamente mientras se cruzaba de brazos, lo que causaba una impresión de autoridad en el.
-mis hijos-respondí cortante y fría, ya me había cansado de tanto juego.
-nunca-me respondió enojado-Revivir el trauma que he tratado de esconder todo este tiempo, Para que tus enemigos, sedientos de venganza, que están justo frente a sus ojos no los toquen como tu, entonces tu respuesta no esta aquí por que no volveré jamás y para irritarte más, mañana en la tarde este castillo ya no será propiedad de la Familia Evan, la he vendido y no podras hacer nada, el dinero ya se transfirió, esta vez tenias la oportunidad de encontrarlos pero llegaste tarde y jamás los volverás a ver-termino girándose en sus talones para subir a su cuarto.
Este es el Epilogo de esta historia, espero que les haya gustado por que cuando yo lo escribí me imagine a los hermanos Salvatorre solo que a mi manera.
Adios.
Se aceptan comentarios y sugerencias.
De valentina-salvatorre

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The Evans ©
FantasyThe Evans Una familia de cuatro hermanos, ellos tienen habilidades muy poderosas y por eso los persiguen muchas cosas, en especial sus padres que los andan buscando pero no por que son sus hijos sino por que son poderosos, ellos no vinieron a Virgin...