Me suelo mover entre las masas, pasar desapercibido. Camino entre contaminación visual y ambiental. La cabeza me quiere explotar. Sé que cada persona es un mundo y entre mundos quiero habitar, colonizar cada sentido y sentirme parte de esa subjetividad. Salirme de este cuerpo en el que ando y averiguar nuevas formas de entendimiento y de percepción, navegar entre ideas diferentes y experimentar con realidades alternas. Cada viaje me aventura, me encuentra y me vuelve observador de actitudes. Gente que ríe, se mueve, llora en silencio, gente que utiliza el celular solo para averiguar cualquier cosa inútil en las redes sociales para matar el rato, gente que duerme, gente que escucha música, gente que mira, que se enoja, que tiene hambre, que tiene sed, que está rota por dentro, que extraña, que odia, gente que tiene sueños, que tiene miedos. Una realidad llena de mundos que interactúan entre sí y que se vuelven uno solo. Complejidades van y complejidades vienen.
Recorridos largos me enfrentan conmigo mismo porque reflexiono ¿A dónde voy? ¿Quién soy? ¿Qué hago bien? ¿Qué hago mal? y eso me hace darme cuenta de lo débiles que podemos ser ante una sociedad extraña y aterradora que absorbe cada latido, cada palpitar de millones volviéndose un solo ritmo. Los miedos me consumen, me subordinan y se vuelven una intrínseca realidad paralizándome. Mis sentidos alucinan todo el tiempo y se vuelve costumbre sentirme solo.
Entre esas realidades busco conectar de alguna forma con la gente, que no le interesa en lo más remoto en que pienso, si no que hago, que acción ejecuto. No se preguntan por qué. No existe un entendimiento claro, un camino mutuo entre tantas manifestaciones reunidas en la vida. Todo esto ocurre mientras viajo en el autobús rumbo a mi destino, a mi encuentro con mi familiar. El viaje no es largo, pero si toma tiempo, para pensar, para analizar, tiempo muerto, tiempo en donde no existen rutinas controladoras. Ese tiempo es una pausa, es una coyuntura, te vuelve humano de nuevo. Bien dicen que es más enriquecedor el viaje que el destino.
YOU ARE READING
Recorriendo mis estados de ánimo
PoetryCualquier camino que lleva a encontrarse con uno mismo puede sanar vacíos.