Escape (segunda parte)

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Misako observo como su hijo desaparecía de su vista con tristeza, este había saltado por un muro que los separaba del castillo con el exterior.

Pero tenia mayores problemas ahora. Garmadon estaba algunos metros enfrente de ella tratando de recuperar su aliento. Sin dejar de ser intimidante, se acerco despacio con pasos firmes, Misako retrocedía con precaución hasta topar con una fuente en el jardín. Garmadon puso dos pesadas manos sobre sus hombros.

--Garmadon...-- Detrás de el apareció la bruja. --y...reina Misako, un gusto conocerla en persona--dijo burlándose haciendo una reverencia hacia la indefensa reina.--espera un momento, ¡¿donde esta el príncipe?! ¡te dije que los detuvieras a los dos!-- la bruja grito, sus ojos radiaban una extraña luz violeta, y un espeso humo negro empezaba a salir de sus manos, disparado hacia el bosque en busca de Lloyd.

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El príncipe corría tan rápido como podía, las ultimas palabras de su madre resonaban en su cabeza, adrenalina le corría por las venas. Sin importar que, llegaría al reino del Este y recuperaría a sus padres.

Un grito agudo resonó por el bosque, que mando escalofríos por el cuerpo de Lloyd provocando que parara en seco y alerta.

Los segundos pasaron en total silencio. Lloyd miraba por todas direcciones tratando de identificar de donde había surgido grito tan escalofriante.

Fue cuando vio una nube negra acercándose rápidamente y directo a el. Lloyd trataba de escapar de la misteriosa nube, pero lamentablemente alcanzado por esta al final.

El humo era sofocante, ardía en sus pulmones cada vez que respiraba, su visión empezaba a nublarse a la par que, perdido y desesperado buscaba la forma de salir de la asfixiante nube.

De vuelta en el jardín real, Misako sabia que su hijo estaría en problemas, así que, aprovechándose de la actitud distraída de Garmadon hacia la bruja, se escabullo de entre sus enormes brazos y fue directo a la bruja tumbando le en el piso, haciéndole perder la concentración de su hechizo.

Misako no tuvo oportunidad de hacer mas, pues ahora era retenida por Garmadon quien le sostenía de manera mas brusca y fuerte.

Lloyd tosía con fuerza con sus brazos apoyados en el suelo. El humo ceso, Lloyd podía respirar ahora, pero la oscuridad de la nube aun le tenia rodeado y sin revelar escapatoria. Fue entonces cuando una fuerte ráfaga de viento soplo la nube dejando por fin aire fresco para el mareado príncipe.

Lloyd tomaba fuertes bocanadas de aire aun tosiendo un poco. Se arrastro apenas con la poca fuerza que le quedaba hasta un pequeño lago, no muy lejos de donde casi muere asfixiado, con el propósito de quitarse el ardor del humo que le quedo en la garganta.

El príncipe apenas había tomado un sorbo de agua cuando una silueta cayó detrás de el reflejándose en el agua. Fue tan rápido el movimiento que antes de poder reaccionar estaba siendo sometido con su cabeza en el agua.

Cuando fue expulsado a la superficie la voz de un hombre hablo amenazante--¡¿quien eres?!¡¿que fue eso?!

El extraño tenia a Lloyd agarrado de su dorado cabello, al ver que no recibía respuesta alguna y el príncipe forcejeaba para liberarse, le volvió a sumergir la cabeza en el agua esta vez de manera mas brusca.--¡habla, quien eres!

Lloyd forcejeaba tratando de levantar su rostro, pero en su estado débil perdía la fuerza rápido y a su ves la esperanza de que ese lunático le dejara ir.

Una vez mas el hombre alzó la cabeza de Lloyd quien ya cansado respondió ahogando un grito--¡soy el príncipe! --el hombre, apunto de volver a ahogar a Lloyd se detuvo al escuchar tal declaración.

Callo un momento, después le volteo la cabeza, le forzó a mirarlo y dijo receloso--Mientes...-- fue cuando observo mas detenidamente, ojos verdes y brillantes que de alguna manera le trajeron memorias.

--Soy hijo del rey Garmadon --aseguro con mas firmeza. Sus ojos observaban al extraño con cierto temor. Este traía puesto una capa negra y desgastada que cubría su cabeza, pero dejaba escapar unos cuantos mechones de cabello castaño oscuro, entre ellos uno solo de color verde.

--Pruebalo --reto el hombre.

Lloyd deslizó con cuidado su abrigo y camisa revelando su hombro izquierdo. En este estaba una extraña marca de un Dragon, marca que tanto el soberano de estas tierras como decendientes de su familia solamente poseían.

El extraño no podía argumentar mas. Este era el príncipe... al que casi mataba.

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Los ojos de la bruja perdieron su extraño brillo previo y fueron reemplazados por ira contra la reina, que fue escoltada de muy mala manera a la sala donde antes se llevaba la coronación.

Misako quedo atónita por el escenario ante ella.

La sala que antes estaba llena de vida y gozo ahora era espantosamente fría. Varios cuerpos se encontraban esparcidos por el piso, probablemente quienes intentaron detener al malvado ser pero perecieron en el intento. Gente inocente, condenadas a tener expresiones de horror por siempre, que fueron petrificadas mientras trataban de darse a la fuga. La sala antes llena de color, ahora estaba oscurecida por penumbras.

--¿Le gusta la nueva decoración a su majestad?-- se burló la bruja.

Misako le volteo a ver con disgusto y pavor, ¿que criatura tan cruel era esta para hacer tan terribles actos?

--Ahora mi reina, le suplico me diga ¿a donde a huido tan cobardemente su hijo?

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