Capitulo 7

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   Justo estaba a punto de llamar a James, pero en aquel momento cuando bajé la mirada, ahí lo vi, parado con un ramo de rosas, claveles y margaritas, mis flores favoritas, y junto a él un par de caballos pintos, al parecer puros.

   Como lo podrán haber notado sé mucho de caballos, eso se debe a que son mis animales favoritos además de los delfines, me parecen las criaturas más bellas, majestuosas y leales de todo el mundo, y al parecer él, no se como, James lo supo. Eso me impactó.

   La imagen parecía sacada de una película, él estaba ahí, la verdad se notaban los nervios desde lejos ,al parecer no había notado mi presencia, aunque es obvio ya que estoy a más o menos 10 metros de distancia de él, pero mientras más me iba acercando a él podía ver lo arreglado que se puso para esta "cita". Cuando ya estaba acercandome a James, él se volteó y nuestras miradas quedaron clavadas una de la otra, estuvimos así unos cuantos segundos hasta que él dijo unas palabras, las cuales no escuché bien ya que estaba profundamente imnotizada por su perfume.

   Justo cuando estaba emergida en su aroma y su belleza escuché que me preguntó si estaba bien, normalmente yo no soy así pero él me pone así, lo odio, lo odio por ponerme así, lo odio por hacer que me sienta de esta manera, pero lo amo porque me hace feliz, por abrirme los ojos a la felicidad que se encuentra en el amor.

   Cuando menos lo noté estaba en los brazos de James inmensamente emergida en un muy bonito abrazo con él.

   Mientras me separaba lentamente, le respondí que todo estaba bien, sólo me agarró de sorpresa esta hermosa velada que hizo para mi.

   Nos fuimos a cabalgar ya que estaba oscureciendo, la ciudad de noche y a caballo es mil veces más hermosa, de vez en cuando nos parábamos a comer helado o comprar chocolates, eso era una de las tantas cosas que teníamos en común, el chocolate era una de las uniones más grandes entre él y yo.

   Paramos los caballos en una linda colina a los pies de un árbol para comernos todo lo que nos habíamos comprado.

   Al terminar la hermosa velada, recordé que ese mismo fin de semana me iría a España por un año.

   Me sentí horrible y James lo notó, me preguntó si me pasaba algo y yo le dije que nada, haciendo un intento de risa.

   Él se acercó a mi poco a poco, yo no me podía mover, estaba en un estado de shock, cuando nuestros labios estaban a milímetros, nos miramos a los ojos y antes de fundirnos en un momento mágico y feliz como el de las películas de cuentos de hadas con finales felices, le dije que me tenía que ir, le dije que tenía algo que arreglar y cosas que hacer. Él me miró con una cara de confusión y me preguntó que qué haría a estas horas de la noche y en ese momento, lo único que hice en ese instante fue pararme, agradecerle e irme.

   Él, muy confundido por mi manera de actuar, me miró a los ojos intentando averiguar si le estaba ocultando algo, pero no lo pudo averiguar antes de que me marchara prácticamente corriendo. Fui a mi casa con lágrimas en los ojos y con el corazón en la garganta.

   Al llegar no pude ni abrir la puerta ya que mis manos temblaban y no podía introducir las llaves en la cerradura. Cuando al fin logré abrir la puerta entré temblando sin poder respirar, yo quería decirle lo que sentía, pero no pude. Tuve miedo a lastimarlo y a lastimarme.

   Cuando me calmé le avisé a Bianca para que  alistara sus cosas para que el fin de semana la pasáramos buscando temprano a su casa.


  Lastimosamente Felix no podrá venir con nosotras, no nos dijo la razón y es algo que me entristece demasiado ya que estaremos mucho tiempo sin vernos. Pero bueno, nos veremos en un año... Eso espero...

Por ahora amigos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora