"Oda errante"

42 1 0
                                    

Cuanto y como me pudiste querer

cuando el sol aprendió a brillar

y la luna a cantar sin oscuridad

ahí mi camino quise emprender,

con una estrella dejé mi mitad.


Azabache caprichoso en mentir

con una dosis de labia fina

a fuego llevas en la retina

el elegante arte de seducir,

dejando en vez de rosas espinas.


El reloj que paró tus malas artes

de un metal duro fue creado

de arena triste se ha llenado 

desintegrado en pequeñas partes

no asimila en duro pasado


Y hoy debo levantarme y marchar,

sombra enemiga del astro rey,

quiero que por mi alma recéis,

más no hay nada ahora que hablar,

todo es odio no me culpéis.


Me dijo: tranquila, que no muerdo

y yo me lancé a sus brazos a ciegas,

ni un reproche, menos una pega.

Adiós a mi lado izquierdo,

calvario que sus alas despliega. 





Lo que la luna esconde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora