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3 años
9 semanas
6 días


Dejo caer una considerablemente más sobrio Minseok en su modesta casa, en una tranquila calle sin salida. Me mira fijamente con ojos legañosos, su maquillaje arruinado por las lágrimas, y murmura en voz baja.

—Gracias.
—Hombre, lo siento. —Suspiro—. Realmente lo siento, Minseok.

Se encoge de hombros.

—Lo que sea. Nos vemos el lunes.

No es lo que sea. La gente dice eso cuando la situación es demasiado difícil para ponerla en palabras. Si él todavía me considera un elemento corpóreo digno de ser registrado visualmente el lunes, voy a estar malditamente feliz.

Mientras conduzco a casa, el oscuro camino sinuoso alrededor de pastos de vacas y campos de maíz, el grabado de los fríos ojos azules de Yixing y sus palabras irritantes hacen eco en mi cabeza. "Porque te pasó a ti, ¿verdad?"

Agarro el volante con fuerza. No tiene idea de lo que me pasó.

"Yo no salgo con chicos feos."

Una nueva voz hace eco. Sin Nombre, el chico que me gustaba. ¿Amaba? gustaba. Ya no lo sé. Todo lo que sé es que me hizo daño. Pero lo llamo Sin Nombre en mi cabeza. Su verdadero nombre todavía me causa dolor físico. Respiro de manera uniforme, dentro y fuera, tratando de calmar el dolor en mi pecho. Lo he superado. Realmente lo he superado. Después de tres años, nueve semanas, y cincuenta y un días, lo he superado.

Estaciono en el camino de entrada de casa y apago mi coche. Me siento en la oscuridad, empujando los malos recuerdos y metiendo algunos nuevos. He hecho una especie de amigo. Mamá es más feliz aquí. No he visto al Sin Nombre en más de dos meses. Eso es bueno. Esas son las buenas y nuevas cosas para llenar los agujeros en las paredes de mi mente dejados atrás por las decadentes cosas malas.

Las buenas y nuevas cosas son frágiles, pero van a mantener fuera el viento frío por ahora.Me sonrío en mi espejo retrovisor. Ser todo menos feliz es peligroso cerca de mamá últimamente. Así que tengo que fingir mucho, o al menos fingir el tiempo suficiente para llegar a mi habitación.

Nuestra casa es de un solo piso, con las puertas y las paredes blancas y la decoración interna azul. Una oxidada campanilla de viento tintinea ligeramente en el patio, y el jardín no es nada más que unos pocos parches de hierba rala de color amarillo. Una parrilla rota está desplomada en la esquina junto a la manguera de escape, y una docena de rosas marchitadas tal vez rojas tal vez color mierda luchan para salir a flote desde el arbusto moribundo que separa nuestro jardín de la calle. Es feo a la luz del día, pero por la noche, con la luz que brilla a través de las cortinas, pretender que no es un basurero es mucho más fácil. Es el único lugar decente que mamá podía permitirse, pero está muy lejos de la pequeña cabaña junto al mar en la que crecí en Florida.

—¡Estoy en casa! —Empujo la puerta. Nuestro gato, Hellspawn alias Coco también conocido como sal-de-la-nevera-tú-idiota, anda con delicadeza hacia mí y se frota en mis tobillos mientras pongo mis llaves en el plato y me quito el abrigo. Mamá viene, su bata de baño fuertemente apretada a su alrededor y su rostro ansioso. Es hermosa, de una manera de cuadro antiguo, con vetas grises en el cabello y las líneas de expresión suaves. Sus ojos oscuros están claros.

—¿Te has divertido? ¿Con cuántos chicos te has besado? —pregunta.
—Setenta. Por lo menos.
—¿Cuántos tragos has tomado?
—Catorce. He soltado el volante a mitad de camino a casa y Jesús me ha llevado el resto del camino.

Lovely Vicious - LayHo (ADAPTACIÓN) (1/3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora