EXTRA 2

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            -Puja, vamos, yo se que tu puedes, cariño- me decía el idiota de mi esposo, el no sabia lo que me estaba pidiendo, yo quería matarlo- vamos, amor, puja, tu eres una mujer fuerte.

         -Te voy a matar por esto, Alexander, tu no sabes lo que me estas pidiendo, no eres tu el que esta pasando por este maldito martirio- el muy imbécil solo se rio y ni siquiera se digna a ayudarme con las cosas- ¿Podrias por lo menos ayudarme con los malditos muebles? Has algo de provecho que esta también es tu casa.

      -Calmate que enojarte no le hace bien al bebe- lo mire como si le hubiesen salido horribles espinillas en la cara.. cosa que es imposible, intente todo para verle aunque sea una y nada.

         -¿De que bebe estas hablando?- este idiota es de que lo vuelvan a encerrar en un manicomio.

        -Hablo de mi, amor, yo aun soy un bebe- si sigue hablando de esa manera le ira mal- soy tu bebe.

No le conteste y continue empujando uno de los muebles que irían en la sala de estar, era mas bien un armario que estaba bien pesado, por cierto, y el muy hijo de su mama me dejo moviendo dicho mueble por mi misma, yo quería tener todo listo para que cuando mi padre y mis hermanos vinieran a visitarnos no se ofrecieran a ayudar en nada, pero el idiota con el que me case no ayuda en nada y eso me hace querer matarlo, pero lo amo y si lo mato mi hermana me mata a mi por matar a su mejor amigo... aunque no creo que mis hermanos tarden en matarlo por mi, me liberaría de ser asesinada por mi hermana mayor.

Termine de acomodar el mueble que estaba moviendo cerca de la pared no muy lejos de la chimenea de nuestra nueva casa donde se supone pondré el televisor, repito, matare a este idiota si no me ayuda. Lia dice que me he vuelto muy perfeccionista desde el dia de mi boda, y tiene razón, pero es que quiero que todo sea totalmente perfecto entre Alex y yo, quiero que nuestra vida juntos sea comoda, que seamos esa pareja que se ama a pesar de cualquier cosa, quiero que nuestra relación se base en algo mas que un simple matrimonio... que seamos amigos y confidentes al mismo tiempo, eso es lo que yo siempre he deseado.

      -Bienvenidos a mi nueva casa- les dije a mis hermanas Lia y Jane las que habían venido a visitarme- siéntanse comodas.

    -Gracias... tu casa esta.... linda, pero le hace falta un poco de pintura con color..

     -Ni se te ocurra, cuñada, muy claro fui con tu hermana con que no dejaría que pintara la casa de colores claros, todo neutro o nada- dijo Alex saliendo de donde esta el gimnasio... bueno, donde lo esta instalando.

      -Si, digamos que yo tampoco estaré muy cómoda con colores claros- le dije rascándome un brazo.

El timbre comenzó a sonar y fui a abrir antes de que Lia comenzara a protestar por la falta de colores y por el apollo que le daba a mi ahora esposo con ello, ella tiene que entenderme que no es lo mismo que ella con Jony, nosotros no somos tan coloridos, mi actitud siempre fue seria y ella lo sabe, si es cierto que soy un poco alegre, pero yo siempre fui la mas razonable de todos, la que siempre conseguia lo que quería con trabajo arduo... y haciéndole caritas a mi padre y a mis hermanos, pero lo conseguia.

Al abrir la puerta me encontré con una pequeña cabellera castaña con una caja en la mano, tome la caja y mire a mi sobrina mirarme con el ceño fruncido, no le gusta que hagan las cosas por ella, lo hemos aprendido a la mala, se enoja si la ayudan sin que ella quiera, siempre tenemos que esperar a que ella nos pida que la ayudamos y eso es mientras ella crece, estoy segura que cuando este mas grande no dejara que nadie le ayude con nada... es igual que su madre.

     -Hola, Alexa- dije con una sonrisa inocente- ¿necesitas ayuda?

      -Tia, no me gusta que me ayudes, yo puedo sola- dijo haciendo un lindo pucherito, es tan adorable.

POR CULPA DEL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora