El Trébol Negro parte 1

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Narra Estrella

Hoy es un día muy importante

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Hoy es un día muy importante. Si, es el día en el que todos los jóvenes de 15 años obtienen sus grimorios para reforzar su poder mágico. Al fin llegaría el momento en el que por fin iba a usar magia. Me encontraba muy feliz. Nada ni nadie podría estropear este momento, excepto una minúscula y simple cosita.

Estrella: hermana Lily – dije con una risa sardónica - ¿Podría hacerle una pregunta?

Hermana Lily: claro, Estrella – ella asintió mientras sacaba una aguja de su caja de costura.

Estrella: ¿POR QUÉ DEMONIOS ESTOY USANDO UN VESTIDO? – gritaba mientras me veía en el espejo como se me veía el vestido que el padre me había regalado la semana pasada.

Hermana Lily: porque no tienes corazón para decirle que "NO" al padre – respondió dando unos últimos toques al odioso vestido – especialmente cuando te lo pidió poniendo ojos de cachorro.

Estrella: no me lo recuerde – ni con meses de terapia lo olvidaría – fue horrible.

Después de acomodarme el vestido, prosiguió en peinar mi cabello salvaje. Con un esfuerzo sobrehumano, consiguió en hacerme una cola alta de caballo que estaba sujetado con un clip en forma de trébol de color negro.

Estrella: todavía no entiendo por qué necesito vestirme así – continué quejándome por un buen rato.

Hermana Lily: hoy es un día muy especial para ti y para Yuno – comenzó a explicarme – seria bueno que ambos estén presentables.

Parpadee por unos instantes. Según sus palabras, no sería la única que tendría que vestirse formal. Por una vez quisiera ver al idiota de Yuno vestido con un traje elegante. Tan solo imaginarlo me daban ganas de reír.

Estrella: ¿Yuno también se está vistiendo para la ocasión? – dije entusiasmada esperado un "SÍ" como repuesta.

Hermana Lily: bueno... veras ...- claro que no. Ese estúpido jamás dejaría que le obligaran a hacer algo que no quiere.

Estrella: MALDITO SEAS, YUNO – di un grito al cielo con el puño levantado; luego, caí al suelo resignada.

Hermana Lily: anímate Estrella – dijo tratando de calmarme – es solo por un día.

Estrella: está bien – di un suspiro de derrota.

La hermana Lily sacó de su bolsillo un pañuelo negro que estaba bordado con el nombre de "Estrella" y me lo dio como un regalo de buena suerte.

Estrella: gracias – le dediqué una gran sonrisa.

Mas tarde, nos fuimos a reunir con mis demás hermanos de la Iglesia. Después de salir por la puerta principal, se escuchaban murmullos y jadeos por parte de ellos.

La Chica Que No Tenía MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora