Acto 1 // Parte 4

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El día y la tarde pasaron, ya por la noche el pequeño de cabellos dorados estaba dentro de su cama tiritando y no solo por el frío, si no por el miedo del negocio que debía encargarse de cerrar.

Harry era estricto, era rudo y malvado según su punto de vista. Si no lograba aquel trato otorgando un buen servicio a los clientes, su tío Harry se enojaría con el y, eso era peor que la muerte.

Entre algunas lagrimas el de tez clara logró cerrar los ojos y caer en un profundo y pacífico sueño babeando con levedad.

. . .

El alba se asomaba por la ventana y un ruido estruendoso se oyó por toda la habitación del menor.

— ¡Henrick~! — Cantó el de cabellos rizados entrando a la habitación golpeando la puerta contra la pared. — Henrick, querido, ¡Despierta! Ya es hora de levantarse para trabajar. He conseguido tantas cosas que te quedarían divinas de seguro. Anhe...

Fue interrumpido por el menor quien mientras bostezaba trataba de hablar.

— Tengo hambre... — comentó Henrick quien se paraba de la cama algo irritado por la forma de despertarlo de Harry.

— Tengo hambre... — Emuló el comportamiento ajeno. — Estoy hablándote Henrick. Párate derecho y mírame a los ojos. ¡Ahora!

Circunspecto, Henrick se paró como era debido observando aquellos dulces ojos verdes que pertenecían al diablo mismo.

— Mientras sirvo la comida, tú, querido, vas a probarte todo lo que compré. Lo amaré, dudo que te guste pero eso banal. — Río con levedad. Estaba de buen humor, no podía imaginar la cantidad de dinero que ganaría gracias a Henrick, a su cuerpo, a todo él.

Salió por un momento y volvió con varios trajes dentro de un plástico los cuales dejó en el tocador ajeno. Le hizo seña de que ahí estaban y, que se los probara si o sí.

Salió del cuarto y fue a la cocina empezando a servir el pan tostado junto con una tortilla de huevo y un vaso con jugo de naranja.

Tras varios minutos de espera ya Henrick había logrado probarse los 4 trajes.

El primero era negro con amarillo. Cubría su abdomen y barriga con una malla color negroy lazos color amarillo. Unas medias del mismo color con lazos amarillos al igual que en la prenda de arriba. Los calzoncillos eran de un color amarillo tostado que hacía que los moños fueran más llamativos. Tras mirarse al espejo, se sintió asqueado, muy asqueado.

El segundo era igual que el primero solo que, con moños color blanco y el calzoncillo color gris.

El tercero era una camisa color blanca medio transparente, sus hombros estaban al aire y una pequeña tira rodeaba su cuello.

La cuarta era igual pero negra. Ninguna tenía pantalón o short, parecían vestidos.

Su figura era casi perfecta, según Harry había sido tallada por los mismísimos arcángeles. Se sentía mal consigo mismo más no podía evitar pensar que todo lo hacía por un buen propósito como el salvar a su padre y sacarle de prisión, cosa que luego de 6 años no ha logrado cosa que le hacía sentir miserable.

Viéndose al espejo vestido con la última prenda soltó unas cuantas lagrimas las cuales limpió con rapidez tras oír el grito de Harry diciendo su nombre, corrió hacia la puerta mas de detuvo, grito que ya iba y con rapidez se cambió con una ropa más casual y salió de su cuarto hacia la cocina.

—Hoy será el primer día de toda tu vida querido. —

~[[ Frutos del Pasado ]]~ #Freddold // #GoldredWhere stories live. Discover now