3.

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¿Pidge lo sabe?

A la mañana siguiente, Keith despertó primero. Admiró el rostro de su moreno y pronto salió de su habitacion por el desayuno, no sin antes cubrir su cuerpo con sus prendas, por obvias razones, y dejar un suave beso sobre la mejilla de un soñador Lance.
Sentía el cuerpo relajado y ligeramente tenso. Cada que daba un paso sus piernas temblaban un poco, al menos no dolía. Su cuerpo estaba en forma, no era un problema. Y el rose de la ropa era incómodo. Demasiado sensible. Hizo una mueca de disgusto, pero pronto le restó importación y continuó su travesía hacia la cocina. Ante su llegada, Hunk y Pidge le saludaron, uno rebozando energía y otro sin batería. Keith soltó un suspiro mientras se estiraba y al girar su cabeza mirando a su alrededor, pilló a la castaña mirandolo con mirada maliciosa, pícara, hacia su cuello. Con una sonrisa de maldad dejó salir sus palabras del diablo.

- ¿Los mosquitos espaciales te atacaron anoche, Keith?
- Kie.

Apenas Pidge apuntó su cuello, éste lo cubrió con sus manos rápidamente frunciendo el ceño a la vez.

"Lance, maldición".

Evitó a toda costa una expresión de sorpresa o vergüenza. Realmente había olvidado las marcas, ¿cómo diablos pudo olvidarse de las marcas?
Su cabeza echa un lío funcionó lo suficientemente rápido como para idear una escusa barata y patética para justificar su cuello, sin embargo Hunk soltó sus preocupadas palabras y preguntas antes de que se excusara.

-¿Mosquitos espaciales?, ¿Existen? Wow, eso es peligroso, ¿cómo entraron al castillo? Seguro son peligrosos x2... ¿Estas bién, Keith?, ¿te sientes mal?

Hunk recibió una mirada tranquilizadora y una pequeña sonrisa divertida y de cariño. Keith dirigió su mirada nuevamente a la castaña y soltó un suspiro para luego desviar sus ojos a un punto muerto.

- No hay mosquitos. Ayer estaba entrenando con Lance y nos pasamos de raya. Estamos bien.

Un aplauso para Keith y sus creíbles mentiras. Pidge soltó una carcajada mientras que Hunk se alteraba y miraba horrorizado a la castaña.

- Oh por dios, ¿volvieron a pelear? Amigo, eso es malo, somos un equipo, camaradas, no deberíamos pelear. Apuesto a que fue culpa de Lance, iré a hablar de inmediato con él para que se disculpe.

- jJAJAJSHJSHJAHSJAJJZS HUNK, PELEARON CON ESPADAS.
- ¿Qué?

• • •

Tan pronto como pidge dejó de carcajearse, Keith se apresuró a fundamentar su escusa con el ceño fruncido, recibiendo otra mirada y sonrisa pícara de la castaña, quién declaró que solo le gustaba molestarlo, y prosiguió a decir que ni siquiera creía que Lance y él podríar estar juntos.

- Es ridículo. ¿Tu y Lance? Pff.

Sin embargo, un segundo después sus palabras, entre cerró sus ojos y se quedó mirando un punto muerto mientras sus cejas de juntaban exageradamente, probablemente procesando la nueva información rápidamente, alzando ahora una de sus cejas y mirando con presente duda hacía Keith. Los músculos de este se tensaron por un momento. Pidge no dijo nada, en sus labios se vió nuevamente aquella sonrisa traviesa que ponía cada vez que descubría algo. Entonces se levanta de donde se encontraba sentada hace unos segundos y suelta con peresa y mirada maliciosa hacia el pelinegro.

- Bueno, tengo muchas cosas que hacer, chicos. Adiós Keith.

- ¿Qué descubriste, Pidge?
- No he descubierto nada, solo tengo... sospechas.

El pelinegro la observó de forma amenazante. Si pidge sabía algo era peligroso, pero no más que él con su cuchillo galra. La castaña solo lo ignoró, manteniendo su expresión y saliendo de la cocina silenciosamente.
Hunk no dijo nada, inocente ante lo ocurrido. Este último extendió un plato con pasta verde hacia Keith.

-¿Puedes servirme otro? Es para Lance, no creo que se levante pronto por el dolor muscular.
-¡Claro! Realmente desviaron entrenar muy duro. Me enorgullecen.
- Ahm, sí, sí. Gracias, Hunk.

El pelinegro respiró profundo mientras recibía el otro plato y se obligaba a sonreír amablemente hacia el robusto. Salió con un sabor amargo en la boca y una presión en el pecho.
Joder, casi se cagaba del susto.
Casi lo descubren, o ¿ya lo descubrieron? Pidge definitivamente sabía algo. Y la ansiedad de apoderaba de Keith.

Rápidamente se dirigió a su habitación compartirda, dejando los platos a un lado y prácticamente tirándose sobre Lance para despertarlo, preso del pánico, explicándole a un adormecido cubano lo ocurrido esta mañana.

- Keith, calmate, respira. No te entendí nada.

El paladín rojo solo obedeció la sugerencia junto a una mueva de disgusto. Tras unos segundos de ordenar sus pensamientos, abre al fin su boca, soltando la anécdota lo más resumido y entendible posible.

- Se me olvido tapar mi cuello y Pidge y Hunk me vieron. Creo que Pidge lo sabe. Lance, Pidge lo sabe tODO.

El moreno calló, mirando con los ojos entre cerrados a su pareja con una clara mueca de disgusto.

- Keith, no es tan malo. Dejame dormir.

Y así, tal cual, el moreno se volteó, dándole la espalda al pelinegro, ignorandolo completamente y sin dolor alguno. En menos de 5 segundos se escucharon los suaves ronquidos de este. Y así fue como Lance dejó a un paranoico Keith comiendo pasta verde en la silenciosa habitación lamentando su existencia.

Pidge, mientras tanto, ya había olvidado el tema y se entretenía despreocupada en su computadora. Irónico.

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Weon, reviví.


Ahmm, me sorprende actualizar tan pronto (?)

So, queria agradecerles por el recibir tan bien esta historia<3 de verdad son un amor.

me derriten, los kiero~


Cuello. [ Klance ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora