Capítulo 1

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Narra Camila:

Tenía sólo 15 años, y todo, absolutamente todo era una jodida locura.
Iba siempre de un lado a otro, siempre tratando de aparentar que me encantaba la fama, y era verdad, hasta cierto punto era increíble todas las cosas que podía hacer junto a mis amigos sólo por el hecho de ser famosos.
Se sentía como si fuera la puta ama del mundo. Amaba con toda mi alma hacer música, era lo mejor que me había pasado, era como el amor de mi vida.
Amaba esa sensación del público, gritando nuestros nombres, y pidiendo aún más.
Todo era una locura, y yo seguía al borde de ella porque siempre lo había querido.
Así fue durante ese primer año, de un lado a otro.
La mejor parte de esto, era que todo lo hacía junto a mis mejores amigos, los que habían estado ahí toda mi vida, y que habían decidido perseguir ese estúpido sueño a mi lado.
Brenda Muñoz, mi mejor amiga, mi hermana, cantaba igual que yo, me había enseñado todo lo que ahora yo sé de música, y simplemente había estado conmigo siempre.
Iker Betancourt, mi mejor amigo prácticamente desde que nacimos, el niño más guapo que conocía, y el mejor compañero de aventuras, también cantaba, y lo hacía muy bien, y Gibran Betancourt, su hermano mayor y mejor amigo de Brenda, que era más como un padre porque nos cuidaba todo el tiempo a los tres.
Otros chicos que también eran mis amigos de la infancia estaban en la banda.
Javier, John, Benjamín, Miguel, Julio y Alberto, este último era mi ex novio, y sabía bien cómo romperme el corazón.
Toda mi vida había estado lidiada con él, pero al final terminó engañándome y yo lo dejé.
Nuestro mánager decía que era mejor mantener nuestra relación, por pura publicidad, pero yo no quería nada de eso, definitivamente no podía, no después del daño que había hecho.
Brenda, Iker y su también guapo hermano, vivíamos en el mismo departamento, y era lo mejor, sin padres y con un adulto poco responsable a nuestro cargo.
Gibran siempre le decía a nuestros padres que cuidaba bien de nosotros, pero en realidad siempre estábamos de fiesta en fiesta y a veces ni dormíamos.
Ese año se había pasado tan rápido, aún recuerdo a mamá pidiéndome que hiciera las cosas bien, y ahora tenía 16, y mi vida apenas comenzaba, mi maldita vida llena de dudas, apenas comenzaba.

Hasta morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora