Narra Camila:
Aún estaba un poco indecisa, Brenda me convenció para que les contara a los hermanos Betancourt.
No quería hacerlo en un principio, pero tarde o temprano terminarían dándose cuenta, además, jamás nos habíamos guardado secretos entre nosotros.
Iker llegó a la misma conclusión que Brenda, ya lo sabía todo, se había dado cuenta.
Gibran en cambio se sentía feliz, porque finalmente me había atrevido a aceptarlo.
Él mismo se encargó de buscar un buen bar, pues al ser un día entre semana, no sabíamos exactamente en dónde habría un buen evento o algo por el estilo.
Estaba lista en mi habitación, esperando el momento en que me llamaran, para salir y conocer mi destino al fin.
Una parte de mí tenía miedo, como siempre, toda mi vida había sido así.
En un momento me dije a mí misma, que ya era la hora de dejar de actuar como una niña inmadura, ojalá y llegara a hacerme caso.-Camila, es hora-llamó Iker a mi puerta.
-Ya voy-grité y tomé mi bolso.No iba tan arreglada como debía, realmente no sabía cómo vestirme para conquistar a otra chica que probablemente sería heterosexual, y no se fijaría en mí en lo absoluto.
Mis inseguridades comenzaron a invadirme, hasta ese momento en que llegué junto a Iker.
-Todo estará bien cariño, y si no lo están, yo seguiré aquí.
-No sé qué hice bien para merecer a alguien como tú-respondí con un abrazo.
-Nacer 4 días antes de mí, y que nuestras madres sean amigas. Lo único gracioso, es que sus planes de boda entre nosotros están arruinados definitivamente-en ese momento comenzamos a reír muy fuerte.
-¿Nunca te fijaste en mí de esa manera?-pregunté, no era necesaria la pregunta. Pero por un momento me entró esa curiosidad, y esas ganas de saber, qué habría pasado si me hubiera enamorado de mi mejor amigo.
-Eres hermosa cariño, pero no eres mi tipo. Tú no eres un chico-me quedé boquiabierta en ese momento. Ya lo sospechaba, pero no esperaba que terminara confesándolo, y mucho menos en esa circunstancia.
-¿Eres gay?-estaba muy sorprendida.
-De pies a cabeza, no entiendo cómo no te has dado cuenta, y yo de ti en cambio siempre lo supe-se hizo el digno, lo cual a mí me provocó demasiada risa.
-Siempre lo sospeché, pero tenía miedo de preguntar, y que terminaras enojandote conmigo.
-Eso nunca va a pasar Camila, eres mi hermana, y jamás te dejaré sola.Salimos del apartamento, y nos introducimos en la camioneta que usábamos siempre.
Gibran como siempre, iba al volante, Iker ésta vez quiso ir de copiloto, y Brenda junto a mí en la parte de atrás.
La verdad, estaba muy nerviosa, no sabía cómo iba a resultar toda esa locura, quizá terminara siendo un maldito desastre.-Es una fiesta como cualquier otra, no pasará nada Camila-Brenda como siempre, trataba de darme ánimos.
-Resultará heterosexual la chica que me guste-comencé a reír.
-Cariño, a cualquier chica volverías gay con tu belleza-dijo Iker, pero no sabía si tenía razón. Esperaba que sí.
-De acuerdo chicos, recuerden no beber tanto, necesitamos estar bien para mañana-anunció Gibran, portándose como todo un hermano mayor.
-Tenemos una cita hasta la tarde, no creo que sea problema-dije segura de mis palabras.
-Aún así, debemos estar frescos ¿ok?
-Ni hablar-dijo Brenda resignada.Finalmente llegamos, era un antro enorme, y a pesar de ser martes, estaba lleno. Aún no bajaba del auto, y los nervios me estaban colapsando de nuevo.
No podía evitar sentirme así, tenía un presentimiento, pero ni siquiera sabía si era bueno o malo.
Entramos, y por el simple hecho de ser conocidos, nos dejaron entrar sin problemas.
Nos acercamos a la barra, y Gibran ordenó botana y una botella de whisky.
Él tenía 19 años, prácticamente era un adulto, aunque se portara muy poco responsable a veces.
A pesar de necesitar un trago en ese momento, para ligerar los nervios, supose que lo mejor era mantenerme sobria, si quería causar una buena impresión en la chica que llegara a atraerme.-Y bien Camila, ¿cuándo buscarás esa chica que te follarás esta noche?-preguntó Brenda, yo reaccioné a la defensiva ante su pregunta.
-No haré eso, sólo quiero conocer una, y quizá besarla y ya-dije repasando el plan que me había creado mentalmente en el camino.
-Ya después de unos cuantos besos te darán muchas ganas, creeme. Así que ya veremos cómo termina esto-respondió Gibran entre risas.Iker en cambio se había mantenido callado, lo cual agradecía mucho, su silencio siempre era reconfortante.
-Está bien, iré a buscar a una chica ahora mismo-afirmé decida frente a la cara de asombro de todos.Comencé a caminar, sin saber exactamente por dónde buscar, sin saber exactamente lo que estaba buscando. Una parte de mí, deseaba encontrarse con Jane en algún sitio del bar, besarla, pedirle perdón por mi cobardía, y que por una maldita vez en mi vida, fuera realmente mía.
La había querido bastante, pero no había servido de nada definitivamente.
Ahora sólo quería una chica, que al menos se pareciera un poco con ella.
Alta, labios rosas, ojos cafés enormes, tez blanca. Pero no, era injusto, como el hecho de buscar a alguien para tratar de olvidarla, y para terminar de descubrir mi orientación sexual.
Estaba decidida a irme de vuelta a mi sitio, hasta ese preciso momento en que la vi; alta, blanca como la nieve, con una sonrisa maravillosa, y unos ojos que penetraban en lo más profundo de mi alma, eran hermosos, los más hermosos que había visto en toda mi vida.
No podía dejar de verla, ni un sólo mísero segundo. Estaba embobada con su belleza, con su risa, su sonrisa, su presencia, todo, absolutamente todo.
Pero el miedo entró de nuevo, y no podía acercarme.
Hasta el momento en el que pensé en el pretexto perfecto.
Comencé a caminar, ignorando las miradas curiosas de aquellos que lograban reconocerme, sólo caminé, hasta donde estaba ella con un grupo de no más de 5 chicos.-Hola, ¿cómo te llamas?-patético, me estaba viendo como una idiota en ese momento. Pero realmente no sabía cómo reaccionar, estaba muy nerviosa.
-Lauren-respondió con una sonrisa que terminó por conquistarme completamente.
-Eres hermosa-susurré, y todos ahí comenzaron a reír, estaba haciendo el ridículo.
-Gracias chica. Dime qué necesitas.
-Mi amigo me mandó para que te pidiera tu número de teléfono, le pareces muy hermosa y quiere conocerte-respondí con lo primero que se me ocurrió, lo cual no era definitivamente creíble
-¿Tu amigo o tú?-preguntó curiosa, y comenzó a acercarse lentamente.
-Yo en realidad-me armé de valor finalmente.
-Soy Lauren Jauregui, y con gusto te daré mi teléfono Camila-no podía creer que me haya reconocido.
-Pero, podemos ir a otro lado, más tranquilo, ¿si?-pregunté esperanzada.
-Con gusto, vámonos de aquí-concluyó.

ESTÁS LEYENDO
Hasta morir
FanfictionCamila Cabello, una chica que salta a la fama siendo líder de una extrovertida banda de pop a la edad de 15, no sabía que su vida daría un giro inesperado cuando, tratando de descubrir su sexualidad, conoce a Lauren Jauregui, la chica de sus sueños.