¿Por qué tienes que ser tú? [Rubelangel] En edición

Capitulo 6

Narra Mangel

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-¡Mangel!-Ahí está él, corriendo junto al tren. No pude evitar sonreír. Vino por mí, eso significa que si soy importante para él. Pequeñas lágrimas empaparon mi rostro, me sentía bien al verlo correr, pero de la nada se detuvo. El andén se acabó y con ello una cara de tristeza apareció en el rostro de rubius, uno que solo fui capaz de responder con uno lleno de lágrimas.

Me quería baja, y abrazarlo fuerte hasta que se quedara sin oxígeno, porque después de todo si le importo, pero ya no podía bajarme. ¿De verdad vino por mí porque me ama? ¿O solo porque no quiere perder a su mejor amigo? Cuando le bese pude notar asco en su rostro, no me dijo nada, solo se quedó mirándome. Si le gustara o algo no me hubiera dejado ir tan fácilmente de su departamento. ¿Venir por mí? Ni de coña. No sabe llegar a mi casa, aunque ha venido un par de veces. Imaginarlo caminar por las calles sin entender nada y perdido, me hace gracia.

-Idiota-Susurré ante la idea que vendría por mí.-Me haces feliz....a veces.-Mire mis mano y estas temblaban. Joder, parezco colegiala. Todo lo que traté sobre él me asusta a unos niveles ni medios normales. Quiero que todo vuelva hacer como antes, pero tenía que llegar yo y confesarle todo. Esto es mi culpa.

Apoye la cabeza en el asiento y de apoco mis ojo se fueron cerrando, aunque había dormido bastante bien, me sentía cansado y desecho...

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-Mangel, Mangel-Oía mi nombre una y otra vez. Cuando abrí los ojos, estaba rubius a mi lado dándome la mano. ¿Qué clase de broma absurda es está?

-¿Rubiuh que haceh aquí?-No puede ser real ¿Cómo llego aquí?

-Vine por ti.

-¿Por qué? No lo entiendo.-No me ama, ¿Qué hace aquí?

-Mangel.

-Tú no me quiereh, No me hagah sufrir máh-Tome una pausa y le mire. Su cara era de total calma y paz-Rubiuh...

-¡Mangel!-Tomo mi cara poniendo su mano sobre mi mejilla, me miraba con ternura y sus ojos brillaban, se veía perfecto. Es perfecto.-Yo nunca dije que no te amara, ¿O sí?

-Pero...-Imposible.

-Te amo miguel.

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Abrí los ojos, mire a mi lado y no había nada, estaba solo.

-Fue un sueño joder. ¡Rubiuh, para de una puta vez tío! Esto no me ayuda en nada, ¿Por qué es tan perfecto?

Mire por la ventana y había llegado a la estación. Ni le había avisado a mi madre que la visitaría, esto será una sorpresa para ella, sé que le encantará. Me baje del tren y metí mi mano al bolsillo, iba a tomar el autobús hasta que me di cuenta que ya no me quedaba dinero.

-¡Me cago en todo ya!-Mire la calle exhausto y decidí caminar. No me quedaba de otra, igual no era tan lejos. Camine más o menos unas 2 horas hasta que llegue a casa. Definitivamente en mis recuerdos no era un trayecto tan extenso.

Estaba frente a al portón de la casa y no sabía que le diría a mis padres, que explicación soltaría ni que cara pondrían al verme con los ojos levemente rojos. Tomé valor y golpee el portón, no pasaron ni 2 minutos cuando mi madre sonriente abrió la puerta.

-¡Miguel!-Exclamó eufórica.

-Hola mama.-Dije tímido. Noté como de apoco los ojos se le aguaban y sollozaba. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que la vi.