La Zacatecana

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Entre las coloridas y coloniales calles de la ciudad de Querétaro, hay una antigua casona del siglo XVII, que actualmente alberga al Museo Casa de la Zacatecana, un atractivo turístico que además de ser conocido por sus colecciones de arte de la época virreinal, también lo es por su terrible pasado, en donde la muerte fue protagonista.

Todo comenzó con la llegada de un matrimonio que provenía de Zacatecas, habían llegado a tierras queretanas para incursionar en el negocio de las minas, ellos parecían ser felices ante la sociedad, y tal vez lo eran, pero no por mucho tiempo, pues aprovechando que el esposo trabajaba demasiado, la mujer comenzó a tener un amorío con uno de sus sirvientes.

La mujer se obsesionó tanto con su nuevo galán, que ya solo quería estar con el, por lo que lamentablemente un día, "La Zacatecana" acabó con la vida de su esposo apuñalándolo, para posteriormente enterrarlo en el patio.

La gente comenzó a rumorar que la patrona y el sirviente tenían una pecaminosa relación, además de que expresaban su preocupación por la ausencia del hombre de la casa, a lo que la mujer respondía que estaba en un viaje de negocios, sin embargo sus escusas no pararon las habladurías, por lo que un día cansada de ser juzgada, decidió matar a su amante de la misma manera que a su esposo... apuñalándolo, para de igual forma enterrarlo en el patio junto al otro cadáver.

No se sabe quien fue, ni la razón, pero al pasar de los días, la Zacatecana apareció apuñalada en la casona, donde posteriormente encontraron los cadáveres de los hombres que la amaron; cuando la verdad salió a la luz, la gente conmocionada por la brutalidad de sus actos, decidieron exponer a la Zacatecana, colgando su cadáver en el balcón de su casa.

A partir de ese momento, la casa quedó encantada por el espíritu de la Zacatecana, quien hasta la actualidad no ha podido irse a descansar, pues por las noches aún se pueden escuchar ruidos extraños y gritos de mujer, acompañados de una sombra que se asoma por el balcón.

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