Hello, una enorme disculpa por la tardanza. No ha sido mi intención tardar tanto.
El siguiente capítulo ya está en corrección así que no debo demorar demasiado...espero.
¡Gracias por leer!
Este capítulo ha sido beteado por María Aguilera. Gracias hermosa, muchas gracias por usar tu magia en mis ff.
Próximamente estaré trayendo otra historia, sólo quiero darle forma para que al final no me de bloque mental y la deje tirada.
Les recuerdo que los personajes de Harry Potter no me pertenece, solo los estoy prestando para crear está historia por lo que podría diferir en cuestión de personalidades.
Enjoy♥
No voy a mentir sobre mi naturaleza reservada. Podría incluso atreverme a decir que soy una mojigata consumada. El sexo opuesto no había sido algo que ocupara un rango primario en la escala de cambios a mi persona. Hasta ahora. Conocerlo ha despertado algo en mí, dejando de lado toda aquella represión impuesta. Aun cuando lo intente, aun cuando quiera resistirme, la tentación de sus manos está invitándome y yo estoy cayendo.
Deseo fervientemente sentir sus caricias. Deseo, como los mil infiernos, arder al calor de sus manos, derretirme en las sensaciones cósmicas que me provoca su roce.
Anhelo sus besos lentos y sensuales que van despertando, a su paso, a la mujer pasional que reside en mí, para culminar de la manera más primitiva y salvaje.
Quiero lo que su cuerpo puede lograr.
Estoy volviéndome loca. Estoy desesperada. Lo necesito; necesito su cuerpo encima del mío. Necesito sentirlo, y ya no puedo ni quiero esperar más.
Estoy usando toda mi angelical apariencia para atraerlo con mi inocencia fingida. Estoy sonriendo sutilmente, seduciéndolo, y simplemente no parece caer en cuenta de lo que quiero darle a entender. Estoy furiosa porque está alejándose. ¿Tan frágil me considera? ¿Cree que no soy una chica que podría soportar unas cuantas noches de aventura?
Vamos a tentar un poco su paciencia.
La clase está a punto de comenzar y sé muy bien cuál es mi canción a ensayar.
Mi pareja de baile es, esta vez, un lindo chico de ojos marrones y mirada caliente.
Vamos a jugar.
Nos posicionamos. Él, detrás de mí. Me toma de la cintura y me pega a su cuerpo. La música comienza a sonar y nosotros, a movernos. Advierto que conoce de sobra el ritmo tan misterioso y erótico de la canción. Empezamos a bailar , oscilando las caderas al son de la música. Recuesto la nuca en su hombro mientras seguimos moviéndonos lentos y sensuales.
Hay tanta sensualidad y seducción en el baile, que nuestros compañeros han dejado de practicar para mirarnos bailar. Este chico está jugando con la muerte, pues sus manos están descendiendo en medio del nacimiento de mi busto, deslizándolas suave y sensual por mi vientre hasta llegar a mi pelvis. No se acerca ni un poco a mi intimidad y, sin embargo, comienzo a arder. No por mi pareja, sino por el hombre que ahora mantiene sus puños apretados. Le dedico una sonrisa torcida y me dejó consumir por la música.
Es casi obscena la forma en la que estamos bailando.
Mi mujer pasional comienza a aparecer: el sonrojo de vergüenza es reemplazada por uno de excitación. Me siento poderosa. El chico de ojos marrones está excitado. Sus manos son precisas y sus caricias, sutiles. Está jugando con la sensualidad de la propia música.
Y, entonces, me vuelvo y nuestros rostros quedan pegados. La confusión brilla en sus ojos. Roza mis labios, me toma del cabello y arquea mi cuello, depositando un beso en mi blanca piel.
Nuestros compañeros parecen incomodarse por la actuación que estamos dando. Todos excepto él, quien tiene una mirada indescifrable.
Soy una mujer privada de los placeres más ocultos, soy una chica en busca del éxtasis de lo prohibido.
Vamos, acepta mi invitación. No sigas controlándote. No te necesito racional, te necesito fuerte, furioso y duro.
Te necesito caliente y dominante.
Vamos, date cuenta que te estoy seduciendo. Que mis sonrojos no son más que por los pensamientos pecaminosos que cruzan por mi mente cuando te ven. Vamos, cariño, ven a mí, cruza esa línea que te has impuesto y llévame al paraíso orgásmico a donde tus manos me ha guiado.
Deja de luchar. Ríndete. Te quiero a mis pies, te quiero fiero, te quiero romper.
No soy una chica tímida, ni mucho menos virginal, pero eso lo sabes de sobra. Sólo soy una mujer que ha encontrado la psique de su propia pasión, de su propio erotismo.
Quiero lo que Eros me ha dado, quiero quebrar tu voluntad al punto de tener tu boca sobre mi intimidad. Quiero y necesito el vaivén de sensaciones que sólo tu sexo me puede dar. Bien podría estar con este dulce hombre de ojos marrones, pero... él no es tú. Y yo te deseo a ti.
Vamos, déjame ser esa obsesión para ti. Déjame ser esa mujer..., déjame mostrarte lo que mis labios pueden causar, lo que mis manos pueden desatar, lo que mi fragilidad puede quebrar.
La música está a punto de terminar. Este chico y yo hemos dado el espectáculo de la noche, dejando a algunos visiblemente afectados. Y, cómo no, la música es una invitación al pecado, a la adoración del cuerpo, a explorar tus más ocultos placeres sin siquiera ponerte a pensar en las consecuencias. Es la culminación del acto más antiguo y placentero; es el conocimiento de tu propio ser, de la sensualidad que puedes desprender con un sólo movimiento, de los infiernos que puedes abrir con sólo batir las pestañas y girar tu cuerpo en un movimiento grácil que te invita a comer de la manzana prohibida.
Ya he comido de ella y me ha gustado. Requiero terminar lo empezado.
Él es prohibido por miles de motivos: su sola presencia significa problemas, su sola voz significa peligro, pero... yo lo deseo.
Ok, ya he editado el bendito capítulo y no se porque Wattpad no me deja publicarlo tal cual. Espero que ahora sí haya quedado.
¡Gracias por leer babys!
Sweet♥
Espero haya sido de su agrado.
Nos estamos leyendo♥
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Erotic
FanfictionSus manos recorrieron mi cuerpo, no estaba seduciendome, sólo estábamos bailando, pero lo que él no sabía es que yo, estaba quebrando toda sus reglas...