III

742 30 3
                                    

No sé cuánto tiempo llevo en esta celda. Se siente como semanas, pero puede que sean meses. No he vuelto a ver a ningún soldado. Ni el alfa se a dignado a darme su presencia. Cada minuto que pasa es un minuto mas en el que planean mi muerte. Y la verdad, ya no me importa si muero o no. Estoy demasiado débil como para luchar.

Mi estomago no deja de gruñir. No me han alimentado en todo el tiempo que llevo aquí. Al mover mis manos por mi cuerpo puedo sentir la presencia de mis huesos como si trataran de escapar mi piel. Si no fuera por la fuerza de ser mujer lobo, estoy segura que estaría ya muerta.

<<"Carola, no sé cuánto más aguantemos">> dijo Amanda tan débil que fue casi imposible escucharla. Me encantaría poderle darle una respuesta positiva, pero no la había. No servia de nada mentirle y darle esperanzas cuando ya las había perdido yo. Ambas sabemos la situación en la que estamos y no había forma de endulzar este infierno que vivíamos. No sé si nuestro cuerpo aguante más. Las cadenas de metal en mis tobillos no ayudan a mejorar mi situación. Es como si el metal absorbiera todas mis fuerzas. Suspiré tan fuerte que sentí como me vaciaba mi cuerpo de oxígeno.

No pude evitar sollozar al escuchar pasos en las escaleras. Era muy común escuchar pasos, ya que era normal que trajeran prisioneros. También era común escuchar gritos y llanto puesto que los soldados no tenían piedad con prisioneros rebeldes. Muchos de mis vecinos de celda morían. No entiendo por qué no estoy muerta. No hay nada que me haga diferente de ellos. Puede que, por tener manada, me quieran hacer sufrir más. Hacerme sufrir al punto que yo desearía morir.

"Los pasos se están acercando" le dije a Amanda mientras lentamente volteaba mi cabeza a la puerta de la celda. No pude evitar temblar sabiendo que mi hora había llegado.

La puerta lentamente se abrió solo para mostrar al lobo negro con su estúpida sonrisa.

"Buenos días tigre" exclamo con una sonrisa. No había notado que traía una charola de comida. Mis ojos se abrieron al notar un esquicito trozo de carne en el plato y un vaso de agua. Sentí como mi boca babeaba por probar esa carne. Contrólate Carola. Algo esta pasando para que te hayan traído de comer.

"Ven, acércate, no muerdo" dijo con su tono juguetón que siempre usaba. Es tan diferente cuando me visita en la celda a como cuando me vio en el bosque. En el bosque parecía que no tenia ni una gota de humor. En cambio, aquí siempre tiene ese tono presuntuoso y juguetón que me dan ganas de quitarle esa sonrisa a golpes. Un buen golpe no le viene mal a nadie. Me pare del suelo y me acerque, pero no llegue muy lejos sin caerme. "Diablos, estas más débil de lo que pensaba." Dijo mientras dejaba la charola y se acercaba a pararme. Al momento que su mano toco mis brazos le pegue. No importa que tan débil este, no le pediría ayuda a alguien que solo me ha traído dolor. Me gruño y no pude evitar yo también gruñir. "Si no quieres mi ayuda, bien. No comas y muérete. Solo te advierto que el Alfa te quiere ver hoy y si estas así de débil no le vas a servir y te matara." Pauso y se inclino a ponerse de rodillas para estar a la altura de mis ojos. "Te recomiendo que me dejes ayudarte para que tengas posibilidades de sobrevivir" dijo seriamente mientras se paraba y extendía sus brazos. Hubo algo en el tono de su voz que me hizo saber que no me dañaría, bueno, al menos no en estos momentos. Estire mis brazos con dolor y el me ayudo lentamente a pararme. Me guio hacia donde estaba un pedazo de madera que se suponía que era mi cama para sentarme. Trajo la charola y me la dio. "No te ofrecí cubiertos puesto que los podrías convertir en arma. Así que te dejo para que comas y te relajes antes de tu junta con el Alfa." Dijo con una sonrisa gentil y se fue. Mis ojos inmediatamente fueron a la carne. No pude evitar comérmela como salvaje. Sabia como comidas de dioses. No era mas que una simple carne, pero ¡dios mío! Sentí como mi estomago saltaba de emoción mientras devoraba mi comida. Al terminar la carne, agarre el vaso de agua y tome hasta que no quedara una gota. Esto no sirvió para que regresara todas mis fuerzas, pero si para que no estuviera mas débil.

"Amanda, es hora de un plan" dije firmemente mientras caminaba de un lado al otro en el cuarto.

<<"Podemos tratar de huir al momento que abran la celda">> Amanda dijo esperanzada.

"Eso no servirá. Estoy segura que el lugar esta rodeado por soldados... Aparte, el que abrirá la puerta es el Alfa, será difícil escapar de él."

Mis ojos examinaron todo el cuarto buscando algo que sirviera como arma. Al ver la charola donde venia mi comida no pude evitar sonreír. Sostuve ese trozo de plástico en mis manos. "Tal vez sirva para golpearlo y poder huir" dije y sentí como Amanda asentía y sonreía.

Han pasado horas desde que esperamos escondidas junto a la puerta por el Alfa. Mi corazón late a mil por hora sabiendo que este plan va a salir mal. Es mejor morir luchando que morir sin haber luchado.

<<Ya vienen>> dijo Amanda. Cada segundo que pasaba los pasos se escuchaba más cerca. Mi mente se distrajo de los pasos al momento que olfatee el olor mas maravilloso del mundo. El olor a madera, vainilla y lluvia llenaron mis sentidos. << ¡NECESITO SABER DE DONDE VIENE ESTE OLOR!>> Grito Amanda mientras trataba de tomar control. La pude haber parado, pero yo también estaba hipnotizada por ese olor. Sentí como ese olor se acercaba cada vez mas rápido. La puerta de la celda se abrió tan rápido que no tuve tiempo para reaccionar. El dueño del olor entro al cuarto. Se veía como un Dios. Mi lobo no pudo evitar sollozar por él. Era perfecto. Se notaba su ansia al buscar a alguien. Parte de mi tenia miedo de que nos encontrara, otra parte deseaba que nos viera. Y así fue. Sus ojos se conectaron con los míos mientras se acercaba a mí. Mi corazón latía tan rápido que pensé que iba a explotar. Mi cuerpo deseaba tocarlo. Sus ojos cambiaban entre azul y negro. Se notaba como su lobo estaba luchando por control. "¡Que me esta pasando!" Me regañe. Se acerco a mi lentamente y desconecto nuestras miradas para ver la charola que tenia pegada al pecho. Me levanto una ceja mientras me sonreia y  me quitaba la charola de mis brazos. Pude haber peleado por la charola, pero había algo en sus ojos que me hacían sentir segura y protegida. El me seguia sonriendo mientras me miraba. Su sonrisa era perfecta. No habia ningun defecto en este hombre. Verlo era una bendicion. Al rodear mi cintura con sus brazos una fuente de electricidad viajo por mi cuerpo. Nada en el mundo se podía comparar con estar en sus brazos musculosos. Al abrazarlo mi cuerpo se lleno de éxtasis y no pude evitar suspirar. Me acerco mas hacia el y sentí su respiración en mi oído. Lentamente y gentilmente me murmuro 

"Eres mía, mi alma gemela"

________________________________________________________________________

Hola! 

Recuerdan al guardia con el unico que ha hablado Carola haha, bueno este es el. Al menos asi es como yo me lo imagino. Son libres de imaginarse a este lobo como cualquier otra persona. 

Si les gusto dejen comentarios:)

Si les gusto dejen comentarios:)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora