Estaba lloviendo y la vi ahí sentada debajo de un arbusto, no había quien abriera la puerta de su casa, al parecer su casa estaba vacía los nervios inundaban por todo mi cuerpo la pena me llenaba el rostro sonrojandome con tan solo verla, pero tome la sombrilla y salí corriendo hacia ella.
-Hola, se que es una pregunta estúpida Pero... ¿Quieres cubrirte con mi sombrilla? -me miro dudosa y en seguida asintió.
-Gracias...¿Y tu eres?
-Roger Meddows Taylor ¿Y tú?
-Madelyne Collins Smith, pero puedes llamarme Maddie.
-Un gusto Maddie -estrechamos nuestras manos con una leve sonrisa.
-¿Olvidaste tus llaves?
-Si las olvide y mis padres no están en casa.
-Si quieres puedes pasar a mi casa a esperar mientras llegan.
-No llegaran hoy -me quede pensando y después hable con una gran idea.
-¿Hay alguna forma de entrar en tu casa?
-Si pero se necesitaríamos a alguien mayor.
-¿Por dónde?
-En mi cuarto siempre dejó una ventana semiabierta y tiene el tamaño de una persona, pero no eres lo suficiente alto -le Sonreí y me dirigí hacia la parte trasera de su casa, aun estaba lloviendo así que le deje mi sombrilla y ya las gotas comenzaban a adherirse en mi ropa. Brinque dos veces seguidas para alcanzar la barda y mis dedos resbalaban pero logre sostenerme, subí uno de mis pies en donde pudiera mantenerme y resbalaban un poco mis dedos por el agua pero me moví rápido para poder subir, ya estaba un poco más arriba y solo me estire un poco para poder abrir más la ventanilla y cuando la empuje me sostuve del marco de la ventana para meterme.
Logre meterme a su cuarto y por curiosidad me distraje con fotos de ella, tome algunas y me quede mirando distintas, estoy completamente seguro de que es la niña más hermosa, en ese momento escuche golpes fuertes en la puerta, era Maddie, había olvidado que estaba aun lloviendo y baje corriendo a abrirle la puerta. -¿Por que tardaste tanto? -entro casi temblando de frío.-Perdón es que no hallaba la forma de abrirte la puerta -tenia que mentirle, no podía decirle que estaba fisgoneando sus fotos.
-Me miro dudosa y después comenzó a reír.
-¿Qué? ¿De que te ríes?
-Es que realmente estas loco, no imagine que pudieras hacer algo por mi sin conocerme.
-Si te conozco
-Pero nunca nos hablamos, nunca nos dirigimos la palabra.
-Supongo que fue pena, lo admito -me miro sonriente y me abrazo
-Muchas gracias Roger, nunca nadie había hecho algo así por mí.
-No tienes que agradecer Madelyne, tienes suerte de tener un vecino como yo -le dije con un pie afuera de su casa guiñándole un ojo y solo mire como carcajeó.
-Te debo una Roger
-Hasta luego Maddie -me despedí agitando la mano y salí de su casa con dirección a la mia.
Ella era Maddie una niña que desde que llego al vecindario robo mi atención por completo, para mi suerte tiene 12 años solo son 3 años menos que yo y con mucha más suerte mía, asiste a el mismo colegio en el que voy. Apenas hace un año que se mudo aquí y yo quize hablarle pero siempre hubo un impedimento, así que este día no habían pretextos que sobrarán y me lanze a descubrir que tipo de chica era. Hoy es el mejor de mis días, quizá un día inolvidable.
No podía creer lo que había sucedido hace algunos minutos, era lo mejor que me pudo suceder.