—La conch* de la lora, hace un re calor...—Se quejaba él argentino quien estaba sentado en el sillón junto al chileno y él brasilero viendo la televisión. A ninguno de los tres se les ocurría que hacer, y seguramente de no aguantar más se iban a duchar los tres juntos, ya que había una sola ducha, y ninguno iba a querer esperar. Él argentino agarro una bolsa y saco unas papas, las abrió y empezó a comer, mientras, Chile se levanto todo sudado del sillón y se dirigió al lavamanos. Cuando él argentino vio al chileno, escupió las papitas y se le ocurrió una idea.
—Eu, vamos a la playa—Ofreció este, los otros dos no tardaron en acceder al ofertón de Argentina, ya que les pareció una buena idea. Los otros dos no tardaron en ir a buscar sus cosas para ir a prepararse y buscar sus cosas, que volvieron en 10 minutos. Ya de vuelta, él argentino agarro la llave de la casa y salieron a rumbo a la playa más cercana que tenían, ya que los otros dos sabían que a este le fastidiaba caminar mucho. Unos minutos después, ya cuando llegaron, colocaron la sombrilla y las mantas en el suelo.
Lo primero que hizo el argentino, es tirarse al agua con remera y todo, se estaba muriendo literal. Ahí se quedo por unos varios minutos, hasta que cuando los otros dos terminaron de acomodar las cosas, se echaron junto al argentino, mientras la gente los miraba raro, pero no les importaba nada. Lo único malo, es que dejaron las cosas solas, y alguien podía llegar a robarles. Por lo que él argentino y él brasilero optaron por sacar al chileno para que vaya a cuidar. Este se quejó, pero tuvo que ir igual, así que después uno saldría y viceversa.
Después de bastante tiempo, los tres estaban bastantes refrescados, pero, esa traquilidad iba a irse bastante pronto, ya que se empezó a sentir unas pequeñas gotitas aterrizando en las pieles de estos, dándose cuenta de lo que iba a suceder. Se levantaron, y con deprisa empezaron a juntar las cosas, pero obviamente la lluvia les gano, y está vino con toda fuerza. Él argentino estaba maldiciendo todo, ¿por qué el clima debía ser tan cambiante?. Se apuraron y salieron corriendo debajo de una para del colectivo para que no les llegue la lluvia, además que fue lo primero que tuvieron cerca, pero eso no es todo, a él argentino por apurado se le cayó las llaves en una tapa de alcantarilla. Este se puso de nervios y empezó a llorar, no se podía esperar algo peor.
Él brasilero se lo quedo mirando, y hizo una expresión de tristeza. Agarro su mochila, y empezó a buscar algo hasta que saco un buzo y se lo dio a Argentina, este quedo mirándolo. —Yo... no quiero aceptarlo... no hace falta—Dijo este, temblando y desviando su mirada un poco rojo. Brasil hizo una mueca y le obligo a ponerse el buzo, al final termino aceptando y dejo de temblar y se acurruco al pecho del brasilero con una sonrisa ladeada. —Yapo, yo también tengo frío~—Dijo acercándose al brasilero y abrazándolo, mientras que él argentino se puso celoso y desvió la mirada. —KSDCJDKFJK ya weon, era mentira, ¿nos vamos?—Se separó y agarro su mochila y la sombrilla, por lo menos ya había dejado de llover. Los dos aceptaron y fueron directo a la casa del brasilero, más tarde él argentino debería conseguir unas nuevas llaves para su casa.
—Uꜱᴀɴᴅᴏ ʀᴏᴘᴀ ᴅᴇʟ ᴏᴛʀᴏ
