La despedida.

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A pesar de no tener autorización, JongDae tomó la iniciativa de aceptar el trabajo de negocios que tantos problemas habían traído en su grupo de amigos cercanos. 

Pero, ¿qué podía hacer? El dinero mueve al mundo, el mundo se mueve por dinero, podía tener todo lo que quisiese si le aumentaban el sueldo por salir del país cada cierto tiempo, ¿quién lo podía imaginar? Si ganaba unos buenos miles de wons podía pagarle una buena universidad a HaNeul cuando se graduara, podía hacer una renovación de votos millonaria con MinSeok y compraría la casa de los sueños de su hermosa Princesa YunDae. 

Haría de su familia la más feliz del universo, nada nunca les faltaría, y sus dos hijas podrían presumir del orgullo que les causaría tener un padre exitoso y adinerado. 

Sin embargo, en su camino a la gloria financiera, se había dado cuenta de que una frase en su drama favorito tenía toda la razón del mundo. 

Pinocchio, que buenos recuerdos, la veía sin faltas cada vez que la pasaban, incluso podía asegurar que la había visto más de treinta y dos veces. Todas esas miradas profundas al drama le otorgaron el saberse de memoria todos los diálogos, y en esos días de desesperación recordaba constantemente uno de los más dolorosos, uno que la protagonista había tenido con su madre. 

❝— Para conseguir tus sueños debes renunciar a otra cosa. 

— ¿A qué renunciaste para seguir tu sueño?

— A ti.❞  

Su sueño era brillar en su empresa, su sueño era hacer a su familia exitosa, pero tendría que renunciar a los pequeños placeres de la vida para ello. Los viajes de negocio irían aumentando constantemente, así que no tendría tiempo suficiente para salir a tomarse una cerveza con sus amigos, ni para llevar a sus hijas a la escuela, ni para ayudarlas a hacer la tarea, ni para tomarse el trabajo de escuchar los llantos de Chanyeol y darle consejos, ni para competir contra JunMyeon para ver quién podía comprar los trajes más elegantes, ni para cocinar pasteles con YunDae, ni para admirar los dibujos de HaNeul, ni para salir de compras con LuHan y YiXing, ni para quejarse durante horas con JongIn sobre los partidos del baseball americano, ni siquiera para tomar la mano de MinSeok.

Eso era, esa era la respuesta. 

Si decidía tomar la decisión de ir a todos los viajes que le ofrecieran cumpliría su sueño, y terminaría preguntándose asimismo "¿a qué renunciaste para cumplir tu sueño?" y esa única respuesta le helaba la sangre por completo: terminaría renunciando a MinSeok, sería el testigo y el culpable de que un amor que podía con cualquier barrera muriese por la distancia.

¿Cómo podía renunciar a MinSeok?

* ' ☆ ' * ' ☆ ' * ' ☆ ' * ' ☆'*

Un 3 de julio fue cuando sucedió.

Estaban todos en el aeropuerto, JongDae se iría por cuatro largos y agotadores meses a la tan lejana Canadá.

MinSeok había ido completamente de negro, como si se tratara de un funeral. Incluso cuando sus amigos le aconsejaron durante seis horas que usara ropa azul para verse melancólico, optó por no hacerle caso a ninguna de esas palabras y vestirse de negro, JongDae estaba muriendo para él, esa era la indirecta. 

— No te sientas triste, te voy a llamar a cada momento que tenga libre, lo prometo— repetía el menor constantemente.

— No quiero que me llames, incluso no me importa si dejas de hablarme por siempre, lo único que quiero es que te quedes, quiero que estés aquí con nosotros, te necesitamos y tu te vas a ir como si nada— parecía exageración, pero MinSeok realmente se estaba tomando enserio la partida de su marido. 

Parents [ChanBaek fanfic] [Wattys2019]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora