🍁 parte única.

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Estridente música que se oía en todas partes; en los lavabos, la cocina y hasta afuera del salón. Era imposible huir de ella, aunque casi nadie tenía en mente hacerlo, pues la idea era escucharla y cantarla hasta de olvidarse de cualquier contrariedad o hasta que la garganta doliera —y aún así seguir gritando—.

Lo único que ahuyentaba a la oscuridad eran las fugaces luces de colores ubicadas en el techo, principalmente haces rojizos, azules, amarillos y blancos que iban de lado a lado, iluminando por segundos a las personas que bailaban en el centro de la pista, a las que estaban en un costado charlando o comiendo y al DJ, que daba saltitos al ritmo de la música mientras su manos bailaban en sus equipos, presionando teclas y graduando los niveles del sonido.

El griterío, la música, los cuerpos bailoteando y rozándose entre ellos y el olor a comida chatarra y alcohol mezclados en el aire hacían de ese lugar el sitio perfecto para las personas amantes de las fiestas y un martirio para quienes detestaban aquellos lugares. Si bien en esa última clasificación se encontraba un reducido grupo de personas, estas encontraban la manera de tolerarlo y pasarlo bien.

Tal era el caso de Bakugō Katsuki, un joven de ojos escarlata, cabello rubio cenizo en puntas y una personalidad explosiva, el cual desde el inicio rechazó la oferta de asistir a la juerga, dado que no le apetecía relacionarse con esos «salvajes sin cerebro». No fue hasta que se hastió de las deprecaciones de su pareja, Kirishima Eijirō, un chico pelirrojo con dientes puntiagudos, que accedió a ir.

Tan sólo haber entrado hizo que quisiera irse, arrepintiéndose de haber aceptado. Fue hacia una de las mesas, se sentó y se negó rotundamente a levantarse cuando su grupo de amigos lo invitaron a bailar. Se limitó a estar las primeras horas de la noche pellizcando aperitivos, observando de mala manera a todos los demás invitados y quejándose entre dientes.

El mal humor de Katsuki incrementó cuando vio llegar a dos de las personas que más detestaba a fiesta, Todoroki Shōto e Izuku Midoriya. Este último tuvo el descaro de acercarse a Bakugō y saludarlo con una ancha sonrisa, manifestando lo extrañado y dichoso que estaba porque el rubio se hubiera presentado a la fiesta. Por consiguiente, el mayor le gritó que no se metiera a sus asuntos y se alejara de él, cosa que Izuku hizo —ya que no quería ser herido por el rubio—.

Party hard | KiriBaku - BakuShima.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora