¿Entonces por qué?

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—Y-yo...mi intención no era ocultarlo...recién me había enterado hace unos días... —¿Cómo saber si Wolpis miente, cómo creerle?, es mi amigo...¿Puedo confiar?

—Wolpis...¿Por qué no me lo dijiste cuanto antes, por qué ocultarlo? —pregunté angustiado—, ¿Acaso no me ves...no logras ver mi desesperación por ver a Sou-kun?

—Sou, Sou, ¡Sou! —gritó—, ¡Siempre Sou!, ¿Yo no existo, qué hay de mi? —preguntó señalándose a sí mismo en el pecho—. Eve, ¿En qué piensas todo el día? En Sou —respondió—, ¿No has podido dejar de pensar en él todo el tiempo? —preguntó ya calmándose—, y-yo...no existo...

—Wolpis...vete —dije sentándome en mi lugar—, ¡Vete, vete! —podía ver sin ser tan atento la expresión y los sentimientos de Wolpis, los tiene dibujados en el rostro. Él está furioso, triste, desesperado. Se marchó azotando la puerta detrás suyo. La habitación tembló por tal brutalidad, mi piel se erizó y mis sentimientos desbordaron.

Todo en mi interior  quería salir, quería gritar...pero comencé a llorar.
Es el típico sentimiento de estar enojado, te angustias por todo y te vuelves muy sensible.
Sólo...quiero ver a Sou-kun...

¿Y ahora qué pasa?
Comencé a balancear los pies, mientras permanezco sentado en la orilla de la cama. Sólo pienso, pero no en Wolpis, ni Amatsuki, o Kain. Pienso en Sou y los problemas que aún continúan.
Sou lloró sin saber el por qué, él está confundido...el accidente de hace ocho años pudo haber afectado su memoria...

Sin darme cuenta, ya había apoyado los pies en el suelo, ejercí peso en ellos e intenté ponerme de pie. "Tengo que ver a Sou", pensé.
No había notado la silla de ruedas que permanece guardada a un costado del mueble del televisor. Apoyándome en el borde de la cama, me trasladé lentamente casi arrastrando los pies hasta dicho mueble.
Ya no me costaba tanto dar un paso, ponerme de pie no es tan problemático.

Llegué hacia el mueble y me senté en la cama mientras desdoblaba la silla de ruedas. Me senté lo más rápido que pude y fui a abrir la puerta.
El pasillo está vacío, miro a ambos lados y no hay ni un enfermero, doctor, asistentes...o Sou.
Comencé por el pasillo derecho, la recepcionista y pacientes yacían en la sala de espera, conectada a la entrada principal del hospital. Pasé silencioso para salir fuera del hospital y tomar aire libre.

—¡Eve-kun! —llamó mi atención la mujer. Me giré hacia ella con miedo a que trate de retenerme aquí adentro—, ¿Te han dejado salir? —asentí con una sonrisa nerviosa. Ella dudó viendo mi expresión y suspiró—, bien, vuelve pronto y no te alejes tanto, ¿Sí?

Una vez más, asentí y agradecí. Salí, por primera vez después de despertar del coma. Había olvidado lo libre que puede uno sentirse al salir. El aire es fresco, no hace frío, ni calor. Es perfecto.
Recordando que Kain habló de que Amatsuki y él pasaban por un parque cerca de aquí, se me ocurrió ir.
Me siento realmente bien, puedo respirar sin sentir el olor del hospital.

El parque es gigante, tiene senderos café con partes del césped que sobresalen de su lugar. Los bancos están algunos libres, y otros ocupados por parejas.
Niños jugando con sus mascotas y dueños de las mismas tirando palos para que el perro vaya a buscarlos y regrese con estos en la boca.
Me dirigí a uno de los bancos, trabé la silla de ruedas a un lado del banco, me puse de pie y me pasé de asiento.
Ya es la tarde, el atardecer es sumamente hermoso...la última vez, lo vi cuando estaba con los...chicos...

¿Es correcto haberle gritado a Wolpis? Justo ahora no quiero sentirme peor que antes...
Ya no puedo mencionar a mis tres mejores amigos sin pensar en los problemas que hay en estos momentos.
¿Tal vez Wolpis no tuvo la culpa?

—Wolpis no tiene la culpa... —miré hacia una de las parejas que, muy melosos, están en uno de los bancos—. Un hombre y una mujer son lo ideal —dije pensando en el conflicto con mi madre. Si yo no hubiera hablado sobre que me gustaba Sou con ella, ¿Qué tan diferentes hubieran sido las cosas?—. ¿Realmente quiero cambiarlo?

Ahora miré hacia otro lado, dos amigos caminan siguiendo el sendero más desgastado, aún de espaldas, puedo leer la personalidad de ambos. Uno es más bajo y alegre, el otro sólo un poco más alto y no parece tan extrovertido.
Poco a poco avanzan en el sendero, así sus cuerpos de frente se van notando.
El más bajo, vestido como adolescente...es Sou...

Volteé la vista rápidamente hacia abajo. Ahora sólo veo mis manos, temblando por el miedo a ser visto por el par, porque, sé que el más alto, es Isubokuro.
No quiero estar aquí, no quiero. Tengo que irme.
Con una mano en el pecho, comencé a sentir que me faltaba el aire, ¿Es que tengo que morir por ver a los dos juntos?
Los pasos se escuchan cada vez más cerca.
No quiero mirar, no voy a levantar la cabeza y verlos a los ojos. Estoy aterrado...
Me puse de pie lentamente e intenté pasarme a la silla de ruedas. Estaba apunto de sentarme, pero...

—Eve...tanto tiempo —escuché la voz de Isubokuro. Erré el sentarme en la silla, resbalé y caí chocándome con el banco de piedra donde estaba.

Las voces de ambos se sentían lejanas. La voz de Isubokuro era similar a cuando éramos más pequeños, pero sólo un poco más grave.
A partir de aquí, no oí nada más. ¿Habrán pasado cinco minutos, uno?
No veo, no escucho, no siento dolor físico ni siento emoción.
Siento como si estuviera debajo del agua, pero puedo respirar sin problemas.

—¿Estoy muriendo ya? —pregunté mientras burbujas salían de mi boca al abrirla. Intenté ver hacia algún lugar. Izquierda, derecha, en mis diagonales...está vacío, oscuro y un poco de luz proviniendo desde arriba, ¿Qué hay allí, debería ir?

—¿Eve? —una voz dulce, muy conocida me habló—, ¡Deja de quedarte dormido cuando estamos jugando! —estoy abriendo los ojos lentamente, ¿Volver a quedarme dormido? Sentí la respiración de esa persona muy cerca de mi rostro y desperté.

—¿Sou-kun? —aunque mis ojos se abrían lentamente, al reconocer sus ojos, y la situación en la que estamos, los abrí repentinamente como si fueran platos. Él se alejó lo más rápido posible. Totalmente ruborizado, se fue a ver la pantalla y a murmurar "no es nada, sigue durmiendo", con las mejillas totalmente rojas e infladas.

Aunque esté confundido, me gusta lo que veo. Me gusta ver a Sou, me gusta, pero aterra saber que...estoy soñando...
¿Entonces por qué sueño con esto?

Hace ocho años...
"Tú sólo debes esperar", fue lo que dijo Sakata antes de irse junto con Shima, Urata y Senra, pero, a casa no se dirigían. Fueron al salón y me dejaron aquí parado en la entrada del instituto mientras que me queda pensar en lo que está sucediendo allí arriba en el salón.
¿Con qué razón debo quedarme aquí, y para qué se llevaron la carta...? ¡La carta!

Comencé a correr escaleras arriba, pasé por varios salones y habían alumnos limpiando sus salones. De pronto, me freno por la presencia del cuarteto de chicos que me dejaron esperando abajo. Venían riéndose y con expresiones de felicidad y orgullo. ¿Qué es lo que acaba de pasar?
Iba a preguntar, pero Senra me sonrió tocándome el hombro y pasaron de mi, diciendo "dejamos la carta en el salón de Wolpis".

¡Claro, la carta es lo que entregarían!
Fui totalmente agotado al salón de Wolpis, me dirigí a su banco, y por más que buscara, la carta no se encontraba allí.
¿A caso Urata y los chicos se confundieron de banco?
Comencé a buscar por todo el salón, pero seguía sin pista alguna de ella.
"Debe ser una broma", pensé suspirando y dirigiéndome a la puerta del salón.
Ya me iba, de pasada, vi por las ventanas de mi salón y había alguien agachado a un lado de mi banco.
Al entrar, veo que es Kain, dejando algo.

—¿Kain qué haces aquí? —al preguntar, Kain huyó corriéndome a un lado, salió del salón, y por más que lo llamara, siguió corriendo—, ¿Qué le pasa? —entré a mi salón suspirando de confusión y algo molesto por el empujón de Kain.

Revisé mi banco, y sin saber qué había, me encontré una carta. Kain la dejó...

××××

A partir de acá las cosas empiezan a ser un poco confusas, para mi más que nada ahre.

Mi segundo intento [Eve×Sou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora