El día era gris y triste, parecía que en cualquier momento se largaría a llover. Un día como cualquier otro para cualquiera, pero no no para ella.
Estaba desayunando un mate con facturas en la soledad de la cocina de su casa mientras miraba por la ventana hacia el patio, más precisamente a sus rosas.
A paso lento se dirigió al patio y tomo una rosa blanca entre sus manos y la guardó en el bolsillo de su campera. Se encaminó al portón, lo abrió y comenzó su camino al cementerio.
Poca gente transitaba aquellas frías calles argentinas, cada una metida en sus pensamientos y caminando con prisa, apurada por llegar a su destino antes de que comience la lluvia, si es que comenzaba.
Al llegar al cementerio, se encaminó hacia una tumba y con algunas lágrimas en su rostro la observó, recordando aquellos momentos felices que había pasado con su tío. Secó sus lágrimas y se arrodilló quedándose frente a la lápida. La flor había abandonado su bolsillo y ahora se encontraba siendo depositada al pie de esta.
-ojala pudiera olvidar esa época de mierda- Dijo a la nada.
-ojala nunca la olvides- le respondió una voz similar a la de su tío.
-¿que?-dijo mientras levantaba su vista y veía a su tio- ¿tío? ¿sos vos?- interrogó.
- Si, nena- Dijo sonriendo.
-pero... ¿por qué querés que no me olvide de eso? No son buenos recuerdos- habló.
-porque nadie tiene que olvidarse, hay que recordar para que no vuelva a pasar- y se desvaneció lentamente.
La joven lloraba, nunca más pensaba olvidar lo que hizo toda esa gente que debería protegerla. Con una pequeña sonrisa en su cara, se levantó y volvió a casa.
>>>>Piku<<<<
El 24 de marzo se conmemora en Argentina a todos los muertos y desaparecidos en la última dictadura militar, es por eso que escribo está historia.
Espero que les haya gustado y ojala nadie pase por eso de nuevo.
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Los escritos de Daniel
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