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Prompt:
Su cara se refleja en el espejo roto y por un momento siente como si él mismo se hubiera roto.

Personajes:
Donald
Panchito
José

Universo:
Ducktales

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El pato estaba en el suelo, arrodillado en las baldosas blancas ahora manchadas de rojo. Estaba frente a un montón de pedazos del espejo, roto por su puño lastimado, con sangre brotando de sus nudillos y cayendo al suelo, uniéndose con sus lágrimas de dolor.

Donald mantenía sus ojos fuertemente cerrados, intentando evitar que las gotas salieran de sus ojos, pero era tanto el dolor que las seguía empujando afuera. Sentía como si su corazón se hubiera roto justo como el cristal que había quebrado, su pecho le dolía, gritaba para que acabara con ese sufrimiento, pero no podía, porque tenía que mantenerse fuerte por los tres huevos que permanecían en la cama de su cuarto, envueltos en una sábana para cubrirles del frío que entraba por la ventana abierta.

Quería parar, quería dejar de llorar, levantarse e ir con sus sobrinos, ser fuerte por ellos, pero no podía, su cuerpo no reaccionaba, estaba inmóvil en el suelo de su baño con su mano llena de sangre.

La vida de Donald había dado un cambio drástico en tan poco tiempo, todo parecía haber ido muy rápido, en cuanto menos se dio cuenta su hermana ahora estaba pérdida en el espacio, probablemente muerta por la tormenta cósmica, y tan solo ayer había tenido una fuerte discusión con su tío, culpandole por haber perdido a su hermana. Scrooge también parecía afligido, al principio había intentado disculparse, pero después comenzó a gritar molesto, insistiendo en que Della había tenido la culpa por haber pensado que sería buena idea viajar al espacio cuando en la Tierra tenía a tres patitos que críar.

Tal vez tenía razón, Donald le habia advertido que era una pésima idea, pero de todas formas lo hizo. Y ahora a él le toca encargarse de tres huevos que ni siquiera son suyos ¿Cómo podría lidiar con eso cuando nunca en su vida había cuidado de unos niños? No sabia que hacer, estaba estresado y muy asustado, no podía ser fuerte en ese momento, ni por sus sobrinos ni por él mismo, no podía hacerlo él solo.

Y como si alguien hubiera escuchado sus plegarias, el timbre de la entrada de la casa empieza a sonar repetitivamente, sacando a Donald de sus pensamientos. Finalmente el pato logra levantarse, y sin importarle que su mano todavía estaba sangrando y que en sus ojos todavía habían rastros de lágrimas, sale del baño y pasa frente a la puerta de su habitación que estaba abierta, dejando ver a los huevos descansando sin preocupaciones en la cama. Les echa un vistazo para asegurarse que están bien y baja las escaleras al piso de abajo, arrastrando sus pies en cada paso que daba hasta que llega a la puerta, cuando estaba a punto de abrirla se da cuenta de su mano temblorosa y ensangrentada, sabía que no podía abrir la puerta así, por lo que solo pregunta quién era.

- Somos nosotros, compadre ¿Crees que puedas dejarnos pasar?

Donald conocía esa voz, ese acento mexicano, pero sonaba distinta, no tenía ese tono alegre y divertido, era más suave, como si no quisiera molestarlo. Estaba indeciso, miraba como su mano temblaba por el dolor y el miedo, no podía abrir la puerta así, él sabia quienes estaban detrás de la puerta y no quería preocuparles por lo que, según él, era una tontería suya.

- Donald, por favor, sabemos lo que sucedió, sabemos que, aunque no lo admitas, en estos momentos no quieres estar solo... pero no tienes porque estarlo, solo abre la puerta - esta vez era otra voz, de acento brasileño, sonaba triste y preocupada, como si entendiera el dolor que Donald pasaba.

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⏰ Última actualización: Mar 27, 2019 ⏰

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Stories of the Three Caballeros (OS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora