Cap. 10: De alta

2.3K 181 58
                                    


.
.
.

— ¡Tets-chan! dí ah~ — La pelirosa decía emocionada mientras sostenía una cuchara cerca de la peliceleste.

— ¡Kurokochi! ¡El avioncito! — El rubio movió otra cuchara juguetonamente con una enorme sonrisa en su rostro.

Kuroko arrugó su entrecejo con disgusto. Tener que pasar más de una hora con esos dos juntos, en una pequeña habitación de la que ella no podía escapar, no había sido nada bonito.

Momoi y Kise se habían propuesto hacerla comer su "almuerzo" (entre comillas por que ya era de noche) cuando se percataron de su plato de Oyako Don casi entero.

¿Dónde estaba Riko-sempai cuando la necesitaba? ¡O Midorima-kun por lo menos!. Nigou no era de mucha ayuda en esos momentos.

La puerta se abrió y todos se quedaron quietos ante la repentina visita. El doctor levantó una ceja ante la vista y Kuroko suspiró aliviada.

— Hola, Midorima-san — Saludó Kuroko.

Kise y Momoi rieron nerviosamente.

— ¡Estamos alimentando a Kurokochi! — Informó el rubio aún sosteniendo la cuchara con Oyako don.

— ¡Así es! ¡Así es! — Afirmó Momoi con un frenético movimiento de cabeza de arriba hacia abajo.

El hombre adulto rió suavemente.

— Es bueno que se preocupen por la salud de su amiga — El peliverde les dedicó una amigable sonrisa hasta que un agudo ladrido captó su atención.

— Eh... —

.
.
.

— Muy bien, tu presión está estable — El doctor le sonrió con su habitual amabilidad quitando el dispositivo del brazo de la peliceleste. Kuroko se sintió aliviada por que pronto podría irse, no soportaría estar ahí una hora más.

— ¡Yei! ¡Tets-chan ya está bien! — Celebró la pelirosa chocando sus manos con las del rubio modelo también emocionado. Nigou ladró felíz en las piernas de la chica.

— ¿Ya no te duele la cabeza, Kuroko-chan? ¿Cómo te sientes? —

— El dolor de cabeza desapareció cuando desperté, me siento mejor — Contestó Kuroko. A pesar de que quería irse cuanto antes, era cierto que se sentía mucho mejor, no quería tener que regresar otro día por algo tan tonto.

— Esta bien, confío en que no me mientes — El doctor anotó algunas cosas en su portafolio rápidamente. — Recuerda que debes comer mejor de ahora en adelante, especialmente alimentos que contengan mucho hierro como carnes y espinacas. Te recetaré algunas pastilla y espero que las tomes a su debido tiempo, ¿entendido? — Kuroko asintió y el hombre peliverde terminó de escribir, despegó el papel del resto y se lo tendió a la muchacha quien lo tomó entre sus manos. Si ella fuera más expresiva, actualmente tendría una cara de no entender nada de nada.

— Esta bien, Midorima-san, muchas gracias por toda su atención — La peliceleste le dedicó una pequeña sonrisa en agradecimiento.

— No es nada — El doctor le sonrió y empezó a caminar en dirección a la puerta. — Mila vendrá en un momento a quitarte el suero y le avisaré a tu entrenadora que dentro de poco ya podrás irte — Llegó a la puerta y se detuvo frente a ella. — Ah, y la próxima vez, pidan permiso — El señor Midorima sonrió, claramente refiriendose al cachorro de ojos azules.

Los chicos de la habitación rieron nerviosamente y Nigou ladró inocentemente agitando su cola de lado a lado.

— Le prometemos que no volverá a suceder — Aseguró Kise rascandose la cabeza nerviosamente.

Princesa Fantasma ((KnB))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora