Cap. 2: Su Luz

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Miraba por la ventana de aquel autobus aunque sin ver nada realmente, estaba absorta en sus propios pensamientos, recordando los acontecimientos ocurridos ese día en el primer día de práctica del club. Había algo que aún no la dejaba tranquila.

Primero estaba Kagami Taiga, un estudiante de primer año del cual, si sus calculos no fallaban —algo de lo que ella estaba 100% segura que no lo hacían— todos sus números estaban muy por arriba de lo normal. Algo muy extraño tratandose de un chico de su edad, por lo que ella solo podía justificar como "Talento Natural". Sin embargo, eso es lo que más la extrañaba, a los únicos a quienes conocía con ese talento son a los muy nombrados "Generación de los Milagros", no entendía realmente, ¿Cómo podía haber alguien con ese talento aparte de la Generación Milagrosa?

Luego estaba Kuroko Tetsuya, que es quien más la desconsertaba en ese momento. Kuroko decía venir de Teiko y además también que había pertenecido a la Generación Milagrosa. Ella no quería dudar de él, aunque sus bajos números decían otra cosa. Ella no pudo saber con exactitud los números físicos de Kuroko debido a que no tuvo la opotunidad de verlo sin su camisa pero aún así, pudo ver lo suficiente como para saber por donde se encontraban.

Los brazos de Kuroko eran algo delgados para ser un jugador que práctica el baloncesto desde tan corta edad, en especial después de haber ído a una escuela secundaria tan estricta con los deportes. Otra cosa que no tenía a su favor era la altura, era a lo mucho dos centimetros más alto que ella y eso que ella no era tan alta que se diga, y tampoco podía evitar mencionar lo increiblemente delgado que se encontraba. Y luego de todo eso, las facciones de su rostro eran muy finas. Casi como las de esas muñecas terroríficas que vendían y que parecían que te estaban viendo todo el tiempo. Por algo siempre las usaban en las películas de terror.

Todo esto le parecía muy extraño, también estaba el hecho de que en el momento que le tocó ser revisado sin su camisa, Kuroko había desaparecido 'misteriosamente'. Para ella no había razón por la que Kuroko no quisiera ser visto sin su camisa.

A menos que...

Frunció el ceño y levemente mordió la uña de su dedo pulgar.

Eso no podía ser posible, ¿o sí?.

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Kuroko apenas se había sentado en aquella mesa a beber su tan amado batido de vainilla en su tienda favorita, mientras miraba como siempre a su alrededor observando a cada persona del lugar, cuando su atención fue robada por una cabellera rojiza algo oscura.

Ella lo conocía, era el mismo chico que también había llamado su atención ese día en la práctica del club.

Ella con solo verlo podía ver mucho potencial en él, aunque en realidad no estaba segura de como sería su personalidad. Esperaba no fuera un idiota.

Le daba algo de gracia como él tenía gran dificultad para observar su camino debido a la gran montaña de hamburgesas que traía en una bandeja. Realmente no le extrañaría que todas esas hamburgesas sean para él solo, ella ya conocía a alguien que era capaz de comerse toda esa cantidad o más, pero claro está que no de comida.

Kuroko se sorprendió un poco al ver como el chico tomó asiento frente a ella, aunque supuso que él ni siquiera se había dado cuenta de su presencia aún.

Decidió esperar a que él mismo se diera cuenta de ella, pero como era de esperarse, él no tenía la intención de hacerlo. No tuvo más opción que iniciar ella misma la conversación.

— Hola — Dijo simplemente sin ninguna expresión en el rostro y lo suficientemente alto como para que él la escuchara.

Kagami practicamente pegó un brinco y miro a todos lados buscando la fuente de la voz y casi se ahoga con la hamburgursa que en ese momento se estaba comiendo al notar la presencia de alguien más en la mesa.

Princesa Fantasma ((KnB))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora