Polaroid

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Las pequeñas pisadas se escuchaban fuera del sótano que solía utilizar como habitación de tortura.

-Agust bebé abre la puerta.

Ahí estaba su adorable novio con su dulce voz.

Su guardaespaldas lo observó por unos segundos preguntando con la mirada si abría o no, decidió ignorar aquella dulce voz para enfocarse en el desgraciado que estaba torturando en ese momento.

-¿Qué dedo te quitamos esta vez? -tomó la pinza manchada de sangre una vez más.

-¡Agust maldito imbécil, abre la puerta! -la delicada voz de su novio se escuchó de nuevo.

La puerta fue abierta por su guardaespaldas, el cual huyó en cuanto el pelirosa entró.

El hombre que se encontraba atado desangrandose sonrió ante la pequeña bolita rosada.

-Pensé que el gran Agust D no tendría a un niño a su cuidado.

El menor lo ignoró y se colgó del cuello del rubio.

-Agust bebé mira -tomó la bolsita rosa con brillos que tenía y se la enseñó -mi nueva polaroid y lo mejor mira los lindos stickers que le pegué.

-Se ve linda -sonrió ante la respuesta de su lindo novio pero fue borrada al instante cuando sintió algo húmedo que manchaba su linda camisa celeste.

-¡Qué asco! -observó como una pequeña mancha roja adornaba su camisa.

-Lo siento Kitty.

-No importa aún estoy feliz.

-Que asco con ese niño inútil que tienes ahí, Agust -el hombre habló de nuevo está vez captando la atención del menor -nunca imaginé que fueras gobernado de esa manera.

-¿A quién le dices inútil idiota? -se acercó.

-A ti, neni... -un puño fue impactado en su rostro, la sangre comenzó a escurrir de su nariz.

-Por tú culpa ya arruine mi manicura -observó como los brillitos de sus uñas caían -Agust bebé, ¿Puedo encargarme?

-Haz todo lo que tú quieras cariño.

-Deten esto -le entregó la bolsa rosa con su polaroid.

La risa del hombre se escuchó, él definitivamente quería estar muerto.

Se sentó en el sofá a esperar un par horas a su dulce y tierno novio.

-Odio que la sangre no salga tan fácil -un puchero se formó en su rostro, recibió su bolsita y un pequeño beso.

-Lo sé -tomó la mano de su pequeño algodón de azúcar para salir.

-¡Oh! ya es demasiado tarde, no podré tomarnos las fotos que quería -observó el oscuro cielo.

-Mañana haremos todo lo que quieras -beso ahora su mano.

Sus hombres se encontraban afuera esperando por sus indicaciones.

-Encargence de lo que queda del cuerpo.

-Encargence de lo que queda del cuerpo

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Dki [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora