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Los recuerdos llegan a mi mente como balas.
La angustia se aferra a mi corazón.
Me duele.

No es un dolor lento.
Es una muy rápido que te hace estar inquieto, buscas sonreír demasiado y encontrar algo que te haga reír para olvidarlo, o algo que te distraiga.

“¿Quieres pelear aquí, enfrente de la niña?”
Esa me recuerda a la primera noche.
En la que salí despavorida llorando de la casa mientras llamaba a la policía. Tomando la mano de mi hermano.

“Tu mama esta loca~”
Me recuerda a la segunda noche.
En la que ella canturreaba eso mientras mi madre la agarraba para que no nos atacará, o tratara de atacar a nuestras mascotas. Yo amenazaba con pegarle con un bate si se movía

Y el recuerdo de la tercera noche, es mi propia casa, aquí, donde vivo. Veo las paredes, veo el sofá, veo la sala. Todo me recuerda a esa noche. Creí olvidarlo, pero no, no puedo hacerlo.

Me duele.

Enserio,
Necesito respirar
Pido a Dios que me de un poco aire pero, ni siquiera tengo el propio para hablar.

Perdí.
Perdí contra mi mente de nuevo.
Perdí contra mis miedos.
Perdí contra mis recuerdos.
Perdí contra mi pasado.

He perdido.
Me he perdido.
No encuentro la salida de este circulo vicioso.

Mis manos están atadas.
Mis ojos cubiertos por un listón.
Tan delgado como para ver la oscuridad.
Tan grueso como para evitar ver lo demás.

Me duele.
No quiero recordar.
No quiero pensar.
No quiero.
No quiero.
No quiero.
No quiero.
No quiero.

Ayuda.

¿ a l l y 5 x n ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora