One shots de Hamilton

"Te amo"

John se ató el cabello con cuidado mientras se miraba al espejo, su barba estaba como le gustaba a su esposo y su ropa era formal. Tomo un ramo de flores y una carta para ir a sorprenderlo. Salió de su casa y empezó a caminar por las calles, siguió aquel camino que ya se sabía de memoria por todas las veces que había ido con su pequeño y llego el punto en que ir a ese lugar era una cosa perenne. Miro con melancolía y nostalgia la escuela en la que se habían vuelto novios, el edificio estaba mondo y olía a petricor siempre que se acercaba a él.

Siguió su recorrido con ataraxia, veía las casas de colores y a varias parejas caminando, eso lo hizo apurar el paso, pero se detuvo al estar frente a un parque, un parque que conocía a la perfección y en el que había conocido a su compañero.

-------- Hace 12 años --------

El rubio estaba sentado en una banca mientras dibujaba las nubes, estas estaban adquiriendo un color arrebol digno de un dibujo, eso lo hizo pensar en lo lindo que sería dibujar el alba desde esa misma banca. A su lado se sentó un pelirrojo y al lado de este una castaña le dijo algo que el no escucho, de hecho, no podía escuchar nada, después de todo era sordo. La chica lo miro y le sonrió y por cortesía le devolvió la sonrisa, después se dio la vuelta y se fue dejándolo con el chico pelirrojo, así que se dio el lujo de escanearlo rápidamente, cabello ruloso y pelirrojo agarrado en una coleta baja, ojos azules-violetas y perdidos, pecas por toda su cara, tez blanca (casi pálida) y ropa normal. Volvió la vista a su cuaderno sin darle más importancia. Pasaron los minutos y John miro al chico a su lado para ver si seguía ahí, efectivamente seguía ahí sentado, no se había movido y parecía que no parpadeaba, dejo de verlo, pero volvió a mirarlo al sentir su mano en la suya, ese tacto se le hacía tan familiar, igual al del chico azabache de sus sueños, sueños de una vida pasada. Suspiro frustrado.

- ¿Podrías mover tu mano? - John era sordo, pero podía hablar con total fluidez. El pecoso lo volteo a mirar y después de unos segundos quito su mano. Dijo algo que el rubio no escucho, por obvias razones. -Disculpa, soy sordo. - lo dijo para que el otro no se esforzara, pero para su sorpresa el chico tanteo su cuaderno hasta agarrar el lápiz y escribir con rapidez.

" Lo siento, pensé que era alguien más"

John hizo una mueca enojado, ¿acaso ese niño estaba ciego o era una estúpida excusa mal hecha? Que dice ¡Obviamente era una excusa tonta! - Aja, claro y mis ojos están aquí arriba. - El menor se sorprendió y con su mano intento tantear el rostro de John, después, volvió a escribir.

" Lamento eso, soy ciego y por eso pensé que era mi amiga."

En ese momento John se sintió una basura, había juzgado sin saber la discapacidad del contrario. Se quedó paralizado sin saber exactamente que hacer o decir. Miro su hoja con la letra del menor, ya la había visto antes, pero... ¿Dónde? Salió de sus pensamientos al ver al otro escribir, un poco amontonado con su frase anterior pero no podía decirle nada. Se dio cuenta de que encajaba mucho el lápiz, supuso que era para poder escribir sin problemas.

" Soy Alexander Hamilton Faucette ¿Y tú?"

-Soy John Laurens. - Hamilton solo se limitó a asentir. No se volvieron a dirigir la palabra después de eso, pero ambos disfrutaron el silencio. Y sin saberlo, dos almas perdidas se volvían a encontrar.*

-------- Presente --------

John sonrió ante ese recuerdo. Había pensado que el comportamiento de aquel niño era bonhomía, pero la verdad es que nunca había conocido a alguien con tanta elocuencia. El desenlace de su historia había tenido muchas cosas inefables y eso la hacía especial. Siguió caminando haciendo pequeños ademanes de saludos a las personas que él conocía y respetaba, de vez en cuando recibía pequeñas miradas de compasión, pensaban que sería muy duro ir a ver a su esposo después de todo lo que ocurrió, pero ninguno sabe que su amor es inmarcesible y sempiterno.