This Isn't A Love Story... Or Is It?

El Castigo

-Buenos días - La voz de la señora Lee me despertó, claramente seguía en la misma habitación y tenía la misma "nueva vida" -
-Buenos días - Me senté en la cama -
-Es hora de que se levante, señorita Neul - Me extendió un vaso lleno de agua - Tome todo esto, por favor - Tomé el vaso en mis manos y lo acerqué a mi boca, bebí todo el líquido y le devolví el vaso a la señora Lee -
-Gracias - Quité las sábanas de mis piernas y me dirigí al baño -
-Dese una ducha y salga a desayunar, que tenga un buen día, señorita Neul - Se levantó de su silla y salió de mi cuarto a pasos apresurados -
-Buen día - Tomé mi toalla y me metí al baño -
El agua estaba caliente, lo suficiente para disfrutar de un buen baño, después de unos minutos salí con la toalla enrollada a la altura de mis pechos y me cambié rápidamente, el uniforme era lindo, una falda a cuadros azul marino con blanco, una camisa de botones blanca y un saco azul marino, zapatos blancos, me hice una pequeña coleta dejando mi demás cabello suelto y coloqué el moño de la escuela. Finalmente salí de mi cuarto, topándome con una chica.
-Buenos días, señorita Neul - La chica lucia cansada pero aún así sonreía -
-Bueno días... - Ví su nombre en la camisa que llevaba puesta - Yoong - Le sonreí, vi más abajo su uniforme y parecía estar embarazada - Déjame ayudarte con eso - En ese momento llegó mi madre, lucia un poco molesta -
-Neul, ya es tarde - Cruzó sus brazos y frunció el ceño -
-Esta bien madre - Solté el paño de limpieza que tenía en las manos - Adiós, Yoong, que tengas un buen día - Le sonreí y me acerqué a su oído - Resolveré esto - Toqué su vientre sin que mi madre se diera cuenta -
-Gracias - Me sonrió - Buen día - Siguió con su trabajo de limpieza -
Mientras bajábamos las escaleras, mi madre me iba dando el sermón del siglo, por supuesto que le estaba prestando atención, una vez llegamos a la cocina tomé el suficiente valor para hablarle.
-Te he dicho que ese no es tu trabajo - Alzó la voz, claramente estaba enojada - Cuantas veces más tengo que... - La interrumpí -
-Esta embarazada - Susurré -
-¿Que? - Me miró confundida -
-Yoong. No has visto su vientre, deben de darle un descanso, por eso la iba a ayudar - Me senté en la barra al mismo tiempo que veía a mi madre con el rabillo del ojo. Yoong bajó las escaleras y mi madre enfocó su vista en su vientre, se llevó la mano a la boca por la impresión -
-No lo había notado, Dios, que me está pasando - Me dio un beso en la mejilla y fue con Yoong en cuanto la vio - Desayuna, el señor Lee está esperando - Gritó mientras se iba corriendo hacia Yoong -
-Si, madre - Delante de mi había un plato con fruta y yogurt -
Comí despacio, hasta que vi la hora en mi celular.
-¿6:30? - Agarré mi mochila y me despedí de Jin apresuradamente - Demonios - Salí de casa apurada como nunca antes -
En cuanto salí de casa vi un auto rojo muy lindo, un señor estaba parado afuera del carro y cuando me vio me hizo una señal de que me acercara.
-Señorita Neul, cuanto tiempo - Abrió la puerta de el copiloto -
-Buenos días, señor Lee - Sonreí y me adentre en el auto - Lindo auto - Toqué el tablero -
-Es de usted - Abrí los ojos como platos -
-¿Mío? - Lo miré con una sonrisa -
El señor Lee asintió levemente con una sonrisa y arrancó. Vaya que era una vida de lujo.
En cuestión de minutos llegamos a la escuela, el señor Lee me dio las llaves del convertible y lo despedí de un abrazo. En cuanto el señor Lee se fue, un chico apareció detrás de mi.
-Buenos días - Colocó su mano en mi hombro, indicando que volteará para verlo -
-Buenos... - Volteé a verlo - días - Me quedé atónita al sentirlo tan cerca - Ji-Jimin - Me acerqué hacia él y toqué su mejilla con la palma de mi mano -
-Te extrañé - Me abrazó -
Cerré los ojos al sentir el contacto de sus brazos rodeándome completamente.
-¿Estas bien? - Alzó mi mentón mientras aún lo tenía abrazado -
-Si - Respondí sonriente -
-Vamos al salón de clases - Tomé su brazo y lo pegué a mi cuerpo, recargando mi mejilla en su hombro -
Mientras más caminábamos más susurros y especulaciones acerca de mi regreso se escuchaban en la boca de todos los alumnos.
-Mira, ya regresó
-Mis chances con Jimin se acabaron
-Quería que no regresara
-Son una linda pareja
Y muchas otras cosas, algunas lindas, otras peores.
Llegamos al salón, este estaba completamente lleno. Había personas por todos lados pero solo una me llamó la atención.
-Ya regresaste, princesa - Un chico azabache se acercó a mi - Me tenías preocupado, bastante - Llevó una de sus manos a su pelo y lo jaló hacia atrás, peinándolo y haciéndolo ver más guapo de lo que ya era aunque irradiaba una aura egocéntrica -
-Hola, Jungkook - Me pegué más a Jimin y miré a Jungkook - Solo fueron tres días, bueno casi tres días - Sonreí -
-Como sea, tenemos práctica - Miró a Jimin y después a mi - En el gimnasio, a las 5 - Se fue con su bandada de amigos -
-¿Ya no se llevan? - Volteé a ver a Jimin -
-Tuvimos una pelea, no quiero que se vuelva a repetir, pero si sucede, no tardaré en responder - Su semblante cambió a uno más frío -
-¿Me podrías decir en donde queda mi asiento? Por favor - Hice un puchero -
-Te llevaré - Sonrió -
Claramente Jimin y Jungkook eran dos polos completamente opuestos, por no decir que solo se parecían en su belleza, ni eso, eran dos personas muy diferentes.
-Gracias - Me senté -
Jimin se sentó a un lado mío, y estuvimos platicando un buen rato.
-La clase comenzó - El profesor llegó -
Las clases terminaron a las 12, lo que significaba que tenía tiempo para practicar, fui al baño de mujeres con mi mochila y saqué un cambio que la señora Lee había metido la noche anterior.
Salí ya cambiada y me encontré con Jungkook.
-Vaya, vaya - Sonrió - Que tenemos aquí, a la pequeña Neul - Frotó sus manos -
-Ya basta, Jungkook - Rodé mis ojos y seguí mi camino -
-Sabes que esa ropa es muy provocativa, a Jimin no le gustará - Volteé y lo miré fijamente -
-Déjame en paz - Seguí mi camino -
-¿Si no qué? - Se interpuso en mi camino -
-Yo misma me encargaré de hacerte polvo, no te acerques - Me siguió de todo modos -
Llegamos al gimnasio, Jimin ya estaba ahí, estaba calentando. Antes de que pudiera acercarme a él, Jungkook me susurró.
-Que no se te olvide mi foto - Lo miré confusa, ¿Que foto? - Se puntual - Me entregó un papel hecho bola el cual tenía algo escrito -
Rápidamente lo guardé en mi mochila y fui con Jimin.
-Jungkook es extraño - Comencé a calentar -
-Si sucede algo fuera de lo normal, dímelo - Lo miré, estaba preocupado -
-¿Que vamos a practicar? - Suspiré pesado -
-Voleibol - Jimin empezó a saltar en su lugar mientras veía a Jungkook - Solo falta Wooyoung, siempre tarde - Rodó los ojos -
-¿Wooyoung? - Empecé a saltar junto con él -
Se escuchó como las puertas del gimnasio se abrieron, un chico con el cabello morado y bien peinado entró.
-Empecemos - La red ya estaba colocada y los balones estaban en una bolsa que Wooyoung cargaba, me miró y se sorprendió -
-Hola - Lo saludé educadamente -
-Despertaste - Sonrió, era lindo - Extrañaba no verte por aquí - Se acercó más -
Era realmente alto, un poco más que Jimin y Jungkook.
-Neul, ven - Jimin interrumpió el contacto visual que teníamos Wooyoung y yo -
-Si - Me aleje de Wooyoung -
-Quédate conmigo - ¿Posesivo? Si, lo era y bastante -
-Solo es un amigo - Jimin me dio un beso en la mejilla -
-No quiero volver a perderte - Estábamos a pocos centímetros -
-Jimin - Antes de que pudiera besarme, Jimin se apartó enojado -
-¿Que quieres, Jungkook? - Se acercó rápidamente a el azabache y lo empujó -
-Alguien está muy enojado - Jimin le dio un puñetazo en el ojo, haciendo que Jungkook cayera al suelo -
-Cállate - Jungkook se paró rápidamente y antes de que pudiera pegarle, Wooyoung se interpuso entre los dos -
-Basta - Gritó - Cálmense o están fuera de la liga, idiotas - Wooyoung gritó aún más fuerte -
Ambos contrincantes bufaron y se fueron enojados a sus respectivas esquinas.
-No tenias porque hacer eso - Miré a Jimin un poco enojada -
-Neul... - Fui corriendo con Jungkook para ayudarlo con la herida que ahora sangraba -
Jimin pateó una pelota de voleibol y enojado se arrodilló sin darme la cara.
-Jungkook - Salí del gimnasio detrás de él -
-¿Estas feliz? - Pensó que yo era Jimin -
Me paré en seco y cuando volvía hacia el gimnasio sentí unos brazos que me envolvieron.
-Jungkook, Dios - Me volteé a verlo - Mírate, Jungkook - Exclamé alzando los brazos - Vamos a curarte ese ojo, tonto - Lo tomé del brazo y lo jalé -
Fuimos a la enfermería, esperé hasta que terminaran de ponerle alcohol y una pomada para lo hinchado.
-Te ves horrible - Me reí -
-Tu ya eres fea - Salimos de la enfermería -
-Oye - Lo golpee en el brazo -
-Eso dolió - Se quejó -
-Que exagerado eres - Lo empujé suavemente e hizo como que se caía -
-Tú lo eres más - Me cruce de brazos -
-¿Porque se pelearon tú y Jimin? - Paramos de caminar enfrente del salón -
-Es - Abrió la puerta del salón - ...muy complicado - Se adentro a este y tomó asiento en su lugar -
Desde el punto en que yo lo miraba parecía una persona triste y marchita, aún así su aura de rebeldía lo persuadía un poco, Jungkook no estaba bien.
Regresé al gimnasio, y al abrir la puerta me encontré con Jimin, ya estaba vestido con su ropa casual y al verme se acercó.
-Estas castigada - Tomó mi brazo y mi mochila -
-¿Castigada? - Caminé a su lado -
-En mi casa, después de la escuela paso por ti, ponte algo cómodo, la práctica se suspendió, volveremos hasta la próxima semana - Me arrastró hasta el baño de mujeres - Te esperaré aquí - Cruzó su brazos a la altura de su pecho -
Entré al baño y salí del cubículo con mi uniforme un poco arrugado pero aún presentable. Jimin se volvió un poco frío y manipulador, lo cual me hacía tenerle miedo.
Lavé mis manos y salí del baño con mi mochila colgada en un solo hombro.
-Cuélgatela de ambos - Jimin iba detrás de mi, y paró su caminar - Así no te lastimarás con facilidad - Colgó la otra asa de la mochila en mi hombro descubierto.
No dije una sola palabra, en estas ocasiones era mejor quedarse callada.
Llegamos al salón en completo silencio, Jungkook había recuperado su rudeza y ahora sonreía con sus amigos, me senté y Jimin a un lado mío. El profesor no había asistido y la hora era libre, me hice un ovillo en mi asiento.
Extrañaba a Taehyung.
El timbre sonó indicando la hora de salida, me apresuré para no ver a Jimin y mucho menos a Jungkook, pero fallé, Jungkook estaba esperándome en la puerta de el baño de mujeres, él sabía que siempre iba ahí después de salir de clases.
-Mierda - Susurré -
-¿Mierda, dices? - Agaché la cara mirando el piso -
-Jungkook... - Me acorraló contra una pared de textura rugosa - Estoy cas-castigada - Se separó y abrió los ojos como platos -
-¿Que? Mataré a ese bastardo - Se apartó de mi y me fui corriendo hacia el baño de mujeres con una lagrima resbalando por mi mejilla -
Llamé a Jimin y le dije que tuviera cuidado. Salí de la escuela a paso veloz y cuando estuve en el portón de salida visualicé a Jungkook corriendo hacia mi. Rápidamente busqué la llave de el convertible y me adentré a él sin ver a Jungkook, encendí el motor y arranqué, llegué a casa con la respiración agitada. No había nadie en casa y avisé a mi madre y hermano que no iba a estar en casa por un proyecto de historia.
Me cambié rápidamente y en cuanto salí vi el auto de Jimin aparcándose enfrente de mi casa, hizo sonar el claxon y corrí como mis tacones me lo permitieron, salió del auto y me abrió la puerta, vi que nos dirigíamos a su casa cuando estacionó el auto.
-Pasa - Abrió la puerta y miré el interior -
Era casi igual a mi casa, solo que el estilo cambiaba.
Tomó mi mano y subimos a su cuarto.
-Arrodíllate ahí - Apuntó un taburete de madera -
Vi como arremangaba sus mangas y desabrochaba su cinturón al mismo tiempo que lo doblaba por la mitad. Alzó mi falda.
-Quítatela - Demandó -
Desabroché la falda y la retiré de mi cuerpo.
-No te olvides de las bragas - Con bastante pena retiré por igual mis bragas y antes de que las guardara, Jimin me las arrebató y las olió aspirando todo mi aroma -
-Desnúdate - Susurró en mi oído -
Cuando terminé de despojarme de toda mi ropa, volví a hincarme en el taburete.
-Ves - Frotó su mano en mi entrepierna la cual ya escurría por él - Eres obediente cuando quieres, pequeña - Escuché que azotó el cinturón en la cama - Esta prohibido quejarse - Esta vez azotó mi piel desnuda -
Estaba a punto de gritar por el dolor que me había causado el cinturón y volvió a golpearme antes de pensar en quejarme o no. Así siguió hasta que estuvo completamente satisfecho con el color rojizo de mi piel.
Seguía hincada en el taburete cuando escuché el cierre de su pantalón bajar, ahí sentí más miedo.
-Voltéate - Sin apartar las rodillas del piso giré mi cuerpo y vi un miembro palpitante, erecto -
No dije nada, solo lo miré, Jimin camino unos cuantos pasos hacia atrás y de un cajón sacó una cajita blanca, me la entregó.
-Es para ti - Abrí la caja y vi una cosa rosa fucsia, la vi con detenimiento y después me enteré de que se trataba, un vibrador a control remoto - ¿Quieres que te ayude a colocarlo? -
Me tumbé en el piso y abrí mis piernas, Jimin sonrió y abrió con dos de sus dedos mi intimidad, introdujo poco a poco el juguete sacándome un que otro suspiro.
-Ahora, quiero que lo lamas como si fuera el mejor helado del mundo - Me arrodillé enfrente de su miembro - Puedes gemir lo que quieras - En cuanto tomé el miembro de la base sentí como el vibrador se movía dentro de mi, provocando que me retorciera -
Comencé a lamer el miembro de Jimin, y a introducirlo en mi boca al mismo tiempo que ocultaba mis gemidos causados por el placer que me brindaba el vibrador. Jimin gemía cada vez que rodeaba la punta con mi lengua, sintiendo su sabor inundar mi boca, ya estaba a punto de correrme, cuando Jimin se vino en mi boca. Mi gemido fue ahogado por el chorro de semen que llegó hasta mi garganta, lo quise escupir pero Jimin me lo impidió, diciéndome que me lo tragara todo.
Estaba tan excitada que no medí mis actos y me senté encima de Jimin, el cual ya había jalado una silla para estar más cómodo. Viendo como sonreía con picardía, decidí aventurarme en su cuello, tocando su espalda y oliendo la loción cara que se impregnó en su piel. Él por su parte, acariciaba mi cintura, provocando un fuego que crecía y crecía. Nuestros sexos se rozaban, deseosos por el contacto profundo que podían experimentar. Las manos de Jimin bajaban y subían, incluso aplastaban mi trasero, hasta que una se dirigió a mis pechos, tomando el izquierdo y pellizcando el pezón de este, una corriente eléctrica recorría mi espalda una y otra vez, agradecí que no los lamiera, aún no gemía, necesitaba más.
-Avancemos un poco - Entendí a que se refería, así que sin pensarlo más, subí mi cintura y el introdujo su miembro viril en mi intimidad -
No pude evitar soltar un gemido y cerrar los ojos al bajar por la longitud de su miembro, atascándomelo por completo.
-¿Cómo se siente el paraíso prohibido? - Jimin me besó, pero no duró mucho hasta que gemí por los movimientos - Suficiente - Sonrió robándome un beso -
Al mismo tiempo que yo me ayudaba a profundizar la penetración tomando a Jimin por el cuello, él me sentaba se nuevo en su miembro con la fuerza que imponía en mi cintura, me levantaba y bajaba, en un vaivén que me tenía más que deleitada. Estaba embriagada en los labios de Jimin que no me di cuenta de que el tiempo pasó extrañamente rápido, la primera ronda había acabado, nos corrimos uno después del otro, empapando la silla con la mezcla de nuestras semillas.
Jimin me cargó y depositó en la cama, quedando yo debajo de él, aún con los brazos en su cuello.
-Te daré tan duro, que mañana no podrás ni caminar y te lamentarás por no hacerme caso - Entró de una sola estocada en mi -
-¡Jimin! - Lo llamé al sentir como me penetraba rápido, salvajemente -
Daba gracias a Dios que su cama no rechinaba, porque si fuera así ya nos hubieran tocado la puerta los vecinos. Mis gemidos fueron incrementado de nada a casi gritar.
Ya estaba cansada, no quería continuar. Poco a poco fui cerrando los ojos, acurrucándome en la cama de Jimin. Sentí como la cama se hundía a mi lado, indicando que Jimin también estaba cansado.
-Buenas noches, princesa - Entre sexo y más sexo, la tarde se fue como Taehyung, para nunca más regresar -