Capitulo 11

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Capítulo 11

Furia, decepción, tristeza, resentimiento era lo que estaba sintiendo en esos momentos. Ni siquiera había pasado una hora con el y nuevamente prefería a alguien más, en esos días consumía cocaina para que esos sentimientos se fueran, llegó hasta un peligroso barrio, paró en una esquina y un hombre se acercó, le dio unos billetes, como llegó salió, llegó hasta un parque poco concurrido para estacionar su coche, saco de su bolso lo que aquel hombre le había dado, lo miro, recordó que le había prometido a Julia que no lo haría más, tomo su teléfono, Julia estaba dando una clase en casa.

J:hola len
L: tengo una bolsa de cocaina en mis manos
J: por favor no lo hagas
L: es que me siento muy mal -sollozando-
J: tranquila! Dime dónde estás y voy ahora mismo

La pelirroja le dio la dirección

J: no hagas nada llegó en 10 minutos
L: apúrate

Colgó el teléfono

J: Señora  McFarland lamento no quedarme a comer pero tengo una emergencia.
-Descuida, espero que todo este bien
J: gracias y mil disculpas
-Ve, no pierdas más el tiempo

Guardo sus cosas rápido y salió en su motocicleta hasta donde le había indicado la pelirroja, dio una vuelta hasta que vio el lujoso coche estacionado. Se estacionó junto a ella, y tocó la ventana, vio a lena llorando apretando algo, la pelirroja se bajó de inmediato y la abrazo

L: Julia me siento tan sola
J: no está sola Lena-la abrazo protectoramente- no estás sola
L: a mis padres no les importa nada de mi
J: tranquila lena, cálmate, donde está la droga?

Lena le dio la bolsita con el polvo blanco, Julia se separó y la abrió para tirarla a una alcantarilla cerca, volvió a abrazarla, estuvieron así casi media hora hasta que lena se calmo

L: que vergüenza contigo Julia
J: no sabes lo feliz que le hace que me hayas llamado. Yo siempre estaré para ti

Lena solo la miro y la abrazo. Unos truenos retumbaron en el cielo

J: vayamos a otro sitio, parece que caerá una gran tormenta.
L: no quiero ir a mi casa.
J: vamos a mi casa. Puedes manejar?
L: creo que si
J: bueno sígueme, yo no puedo dejar mi moto aquí.
L: bien

Tardaron casi 20 minutos en llegar, como lo había predicho la lluvia caía a mares, lena se sintió culpable al ver a la pelinegra mojándose cuando ella iba de lo más cómoda, Julia le indicó donde estacionarse.
Vio a Julia entrar rápido y salir casi de inmediato con un paraguas para cubrirla.

L: Julia por mi culpa te vas a enfermar, estás empapada.
J: ven vamos a mi cuarto, me voy a bañar.

Subieron al cuarto de la pelinegra, busco su ropa y se metió a bañar, lena se quedó viendo la lluvia en la ventana, vio los instrumentos musicales que habían ahí así como los libros y cosas de Julia, pasaron 10 minutos cuando salió con una toalla y en la cabeza.

J: rayos! Está lloviendo peor
L: si...
J: quieres tomar algo?
L: un café nos haría bien a amabas -sornriendo- más a ti, no quiero que te resfríes
J: jaja bien, ponte cómoda lena, ya vuelvo.
L: no te preocupes yo te lo preparo
J: eres mi invitada len -sonrieron- ten el control de la tv, o pon algo de música, ya vuelvo
L: como quieras

Después de unos minutos Julia subió con dos tazas humeantes

J: espero que te guste
L: gracias
J: quieres hablar?
L: ok

Lena le contó lo que había pasado el día anterior con su padre y lo que había pasado esa misma mañana

L.... como siempre yo soy lo último en su lista
J: lo siento tanto len
L: a este punto ya debería estar acostumbrada pero es que hoy le creí
J: estoy segura qué hay una explicación
L: es fácil, cualquier cosa es más importante que yo, a veces quisiera morirme
J: Hey! No digas eso... con quien iré a descubrir lugares de comida por ahí -lena sonrío- tú eres mi mejor amiga lena, y yo siempre estaré para ti, hasta me mojaría en la lluvia con tal de ir donde me llames

Todo y NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora