• . ˚ * ━━ 𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍𝐋𝐘
❝Es amor, es real. Donde es tan dulce y celestial.❞
Kaya Avery siempre habían obedecido a sus padres y sus ideales sin cuestionarlos, lo cual había hecho que tuviera una vida aburrida. Necesita algo nuevo, a alguien que...
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【 CAPÍTULO TRES 】 RIVALIDADES DE QUIDDITCH
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LAS REUNIONES DE prefectos nunca habían sido interesantes, al menos hasta ese año. Tener a James Potter y a Lily Evans como Premios Anuales (jefes de prefectos) significaba diversión garantizada. Las pocas reuniones que habían tenido en el mes de septiembre estuvieron repletas de bromas y discusiones entre Gryffindors y Slytherins, siendo Rosier el principal aportador de quejas. Kaya mentiría si dijera que no lo disfrutaba.
—Aquí están vuestras guardias nocturnas de este curso, si tenéis algún inconveniente podéis comunicárnoslo —anunció Lily Evans en la última reunión del mes. Repartió un papel a cada uno con los horarios mensuales.
Kaya vio su nombre dos veces cada semana, un día le tocaba con Remus Lupin y otro día con Evan Rosier, su compañero de casa. Pero al final del mes tenía dos días seguidos con Lily Evans. Lo mismo ocurría con los meses siguientes, solo que en distintas semanas. Aquello le pareció extraño, pero decidió que era mejor no cuestionarlo.
—No es justo —habló Rosier en cuanto recibió su horario—. ¿Por qué tengo que estar casi todo el mes con la prefecta de Hufflepuff?
Todos sabían la verdadera razón de sus quejas: la chica con la que no quería compartir espacio era una nacida de muggles. La pobre estaba encogida en su asiento, temerosa de su compañero de guardias.
—No empieces a quejarte, Rosier. Te estás pareciendo a Quejicus —espetó Potter con malicia, recibiendo una mala mirada de Lily.
La discusión no continuó, principalmente porque ya todos estaban cansados de lo mismo todos los días. Así que se despidieron y salieron de la sala de reuniones. Kaya vio a Peter Pettigrew y a Sirius Black en la salida de la puerta, esperando a sus amigos. Remus se acercó primero a Kaya mientras caminaban por el pasillo.
—Así que compartimos guardias.
—Sí, al parecer —asintió ella con las mejillas coloradas—. Casi todo el mes.
—Oh, casi todo el mes —repitió Sirius a sus espaldas, uniéndose a la conversación. Se posicionó al otro lado de Kaya y la miró con diversión—. Qué pena que no puedas ver a Lunático en sus mejores días.
—No le hagas caso —suspiró Remus—. Es que James estaba empeñado en estar conmigo mínimo una semana.
Sirius simplemente se rió. Miró por encima del hombro de Kaya y le quitó el pergamino con los horarios. Automáticamente ella se giró para tratar alcanzarlo.
