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—Siéntate por aquí—tomo la mano y codo de Eli y la dirijo al sillón y me siento a una poca distancia y Pold en el de enfrente
—Gracias que amable— sonríe
—Lindo vestido— dice Brid recargada en el marco de la entrada a la sala
—Ay muchas gracias— dice Eli alisándolo— me lo ah comprado una tía
— Pues tu tía tiene muy buen gusto— dice Brid y aprieta los labios
—Si, dice que resalta mi tono— contesta Eli poniendo un mechón detrás de la oreja como sabe hacer, volteo a con Brid y tiene sus ojos entornados y labios ligeramente apretados
—Seguro que resalta tu tono, bueno, yo creo que todos los colores fuertes— carraspea—estás tan pálida que parece que nunca te has bronceado— dice con suficiencia
—La verdad nunca me eh bronceado—
Pold y yo observamos la escena muy atentos, ninguno interrumpe
—Ni siquiera en el sol?— actúa sorprendida— La playa es lo mejor del estado como para no ir todos los veranos
— Yo me acabo de mudar aquí hace muy poco
—Ya lo creo, y dónde vivías?
—Noruega
—Por supuesto, ya decía yo que notaba otro acento
Notamos la obvia risita fingida de las dos
Y eh aquí el silencio más incómodo hasta que Brid vuelve a abrir la boca
—Y siempre has sido ciega?
—Bridgett!— exclamo disimulando su tono fuerte
—Qué?— se sienta al lado de Pold y este se bebe su vaso de chocolate como para evitarnos
—No, no lo eh sido siempre— contesta Eli muy firme
—y entonces que te pasó?
—Es una...
—Larga historia— le interrumpe Brid rodando sus verdes ojos— bueno, la noche apenas empieza yo creo que...
—Es una historia de la que no me apetece hablar— le interrumpe y Brid se queda con la palabra en la boca, luego me mira a mi y levanta las cejas.
En eso entra mi mamá con el teléfono
—Caden...— me levanto del sofá y no necesito preguntar qué pasa, mi mamá me tiende el teléfono y lo tomo mientras salgo de la sala hasta el pasillo, es la llamada de mi padre que es el 3 de septiembre (mi cumpleaños), en navidad, año nuevo y cada primer domingo del mes
El vive en el Reino unido, en algún lugar de Londres y nos dejó hace tanto tiempo que no tengo un recuerdo de él con mi madre siendo una pareja, a lo que se está casado con una mujer que tiene un hijo mayor que yo.
La voz de mi padre se nota diferente como si estuviera hablando algo y pensando otra cosa, se quedaba en silencio por varios momentos y tenía que hablarle para asegurarme de que seguía ahí.
—Hijo...
—mmh
—Te quiero, feliz navidad— quería preguntarle cuándo lo volvería a ver pero no lo hice, no se por que
—Yo igual, feliz navidad— termino la llamada y llevo el teléfono de casa inalámbrico a la cocina, mamá empieza a llamar a los demás para la cena y trata a el director Grant con notable gentileza extra
Mientras observo a todos comer y reír me quedo pensando en otras cosas, en mi padre, en mi camisa favorita perdida ¿cuando fue la ultima vez que la usé? ¿Un mes? y por último en Melanie, decido quitarla de mi mente lo más rápido posible y me acuerdo de Meredith, me pregunto con quién está pasando navidad, y dónde vivirá, ya que su padre no vive aquí y su hermano mayor tampoco, ¿por que vino a esta ciudad? A lo que se ella no vive con su familia desde los 14 años, ¿Quién la cuida? ¿Quién la mantiene? ¿Estudia al menos?

—... cierto Caden?
—ah emmm
Mamá se ríe un poco— este muchacho, siempre en las nubes, ¿más pastel?— le ofrece a el director Grant pero todos fuimos interrumpidos por uno grito despavorido que venía del pasillo, en eso entra Allison corriendo y gritando—¡Hay fantasmas! ¡Vi un fantasma!
—Pero que dices Alli — la toma su madre en brazos
—Había uno en la ventanilla del baño!— dice aferrada al peluche de santa— estaba afuera resbalando en la nieve de la ventana
—Leopold te dije que no la dejaras ver esa película de terror contigo — reclama su madre
—Se lo dije, además salió corriendo con tan solo escuchar la música— se defiende
—Tal vez era Santa Claus, tratando de subir a la chimenea — dice Eli y la pequeña mira a su peluche
—No lo creo, era flaco y usaba ropa negra— y creo que todos pensamos lo mismo por nuestras caras de sorpresa
•••
El señor Grant me lanza mi bate de béisbol —es lo más cercano a un arma que encontré; Ah y el gas pimienta, pero lo quiso Leopold— le lanzo una mirada burlona y se cruza de brazos con un puchero enojado—además estuviste en el equipo de fútbol, eres el atlético aquí.
Y henos aquí a Pold, su padre, el director y yo en el patio trasero con lámparas, buscando al supuesto ladronzuelo
—ladrones en navidad— dice el señor Macbride — este es un barrio muy seguro, no creo que...— un ruido en el cobertizo lo hace callar y apuntamos las lámparas hacía allí, nos acercamos un poco y tomo mi bate con fuerza.
Nos acercamos lentamente y en mi mente imagino la típica escena de un conejito saliendo del...
—¡ALTO AHÍ!— me sobresalto y el señor Grant corre, lo seguimos hasta la cerca y una figura ágil sube la cerca entonces la brinco y antes de que se lance a correr le jalo en gorro negro y se escapa a toda velocidad y en cuanto pasa por la lámpara de la calle noto esa cabellera negra y espesa tan familiar, la persigo y no tardo en pisarle los talones, entra en un callejón antes de que se resbale en la nieve y casi le caigo encima, la aprieto de la cintura y forcejeando me pega una patada que casi no me dolió pero la suelto, se levanta resbalando y hago un sonido de dolor y se frena antes de echar a correr.
—Lo...lo siento Caden— levanto la vista y me encuentro a una Meredith asustada, me levanto como si nada y abre los ojos como platos, se tapa la cara roja y cuando le quito las manos se le salen las lágrimas, no tengo idea de que hacer o decir y mi empatía surge de pronto, me acerco y la envuelvo en mis brazos, se pone tiesa y luego me abraza muy fuerte sin dejar de llorar
—Caden...— dice suavemente entre sollozos
—mmh?
—Te odio
Arrugo las cejas aunque no me puede ver
—Okey— le contesto como si fuera lo más normal, digo, una chica entra a mi casa vestida de la ladrona, la atrapo y ahora la consuelo y mientras la abrazo mi dice que me odia, pues okey.

Caos Agridulce~keymiignonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora