Después de desayunar monumentalmente, él se dirige al cuarto de gimnasia del segundo piso. Y yo, como no tengo mas que hacer porque el servicio esta limpiando por doquier, lo acompaño un rato.
La música, que no ha dejado de sonar por un parlante estacionado en la esquina del cuarto, se filtra por mis sensibles oídos. El volumen solo ayuda a que el ritmo de su rutina de ejercicios sea más llevadera y la realiza con habilidad y eficacia, con una dedicación y entrega que no hace mas que sorprenderme en subida.
Veo sus músculos tensarse cada vez que hace fuerza con la intención de terminar una serie que se ha impuesto a cumplir. Veo sus brazos de piel morena brillar bajo toda esa remera musculosa de una marca deportiva que desconozco. Veo la flexión de sus brazos y piernas durante las cientos de sentadillas que no hacen más que tentarme a abrazarlo por atrás y ¡sáquese!
¡Dios, Camila!
《Diablos, señorita.》
Voy a ignorar que dijo eso al estilo Terry Crews.
Veo como gotas de sudor danzan por todo su agitada fisonomía.
Para hacer todos esto sin dificultad tiene un estómago demasiado fuerte o está acostumbrado. O las dos cosas y no evito que por mi cabeza pasen sin previa antelación diapositivas de mí sentada sobre su duro abdomen y como este resiste sin problemas mi peso.
Esta imagen frente a mí no sólo me resulta estimulante si no incitante en todos los sentidos. Estoy muy loca.
Sólo veo y ojeo todo lo que se me antoja porque no me está prestando atención. Porque me deja hacerlo. Porque..
-¿Por qué no intentas algo? -dice al tiempo que deja una barra gigante con pesas a los extremos sobre un pie de pesas.
Desvío los ojos, alarmada. No manches, no puede haberse dado cuenta de que lo observaba de esa manera, ¿o sí? ¿Por qué más estaría aquí si no? Rayos.
-No lo creo -respondo aclarando mi garganta seca, desde mi lugar en el pequeño sillón cerca de los ventanales de cristal.
Vuelve a la pesa. No insiste. Bien, está distraído. Lo cierto es que no quiero porque no creo que lo mío es el ejercicio rudo y desgastante. Prefiero el baile. Debería de retomarlo pues han pasado casi dos años desde que dejé de asistir a esa clase de danzas latinas que tanto adoraba. Debería retomarlo sin demora por que no he hecho nada por mi misma desde hace mucho tiempo.
Termina esa serie. Levanta una pesa pequeña, viene hacia mí y la deposita sobre mis manos. Intento agarrarla, la sujeto lo que mejor que puedo un nanosegundo sólo para que se caiga de mi mano, haciendo contacto con el piso de mosaico segundado de un ruido muy estruendoso. Espero el piso no se haya partido.
-Déjalo. No importa -si no le resto importancia, va a insistir y no quiero eso-. ¿A que hora debes ir a ese programa?
Fue invitado a un programa debatico de chimentos y debe prepararse para ello.
-En la noche, aun hay tiempo de sobra Cami -dice acercándose y sentándose a mi lado.
Quiero mencionarle que yo saldré hoy por un compromiso, y entonces me veo interrumpida.
-Hablemos de ex novios.
¿Qué?
¿Ex novios? ¿A que viene eso?
¿Acaso escuché bien? ¿Quiere que le cuente de mis ex parejas? Por lo visto, sólo se trata de mí porque no dijo ex-novias. Ya me dijo una vez lo que necesito saber y con lo que respecta a su pasado con otras mujeres, no quiero saberlo.
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CUIDAME | MALUMA ©
FanfictionNo buscaba a nadie. Simplemente quería trabajar, ejercer. Laburar de aquello por lo que tanto había luchado. No hace falta que les explique en dónde entra él en todo esto. Conocerán nuestra historia. . •Obra registrada en Safe Creative. Prohibido la...