Heart Notes [Español]

Parte VI

Heart Notes
Beomgyu x Yeonjun
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Septiembre comenzaba, por lo tanto el estreno estaba a la vuelta de la esquina. El principito se quedaba mas tarde en la compañía, ya que debía trabajar en sus asuntos.

Desde aquel día, Beomgyu y yo no habíamos vuelto a hablar sobre el tema, y eso era ¿bueno?

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Los días fríos volvían, y eso me hacía feliz. Las verdes hojas se coloreaban de un hermoso tono almendrado, me recordaba el fino cabello de Beomgyu.
El susodicho se hallaba en la sala de ensayo, pronto debutaría y ese evento debería salir perfecto, podría considerarse la primera innovación de la compañía. Por mi parte, me encontraba en uno de los asientos del teatro para supervisar la obra. Los actores eran novatos, pero hacían bien su trabajo. La interpretación de la lírica era perfecta, estaba satisfecho con los cantantes de ópera que fueron asignadas a este proyecto. Y por la parte instrumental, comenzaba a acostumbrarme a las modificaciones que el principito hizo, sonaba excelente.

—Señor Choi, pronto finalizará la jordana.- Habló el director.- Sí gusta podemos repetir alguna de las escenas.

—Esta bien, me pareció perfecto.- dije para no extender la jordana de los actores y músicos.- Pueden retirarse.

Uno de los actores se acercó a mí con el rostro sonriente, hizo una reverencia y comenzó a soltar palabras.

—Buenas noches, quería desearle éxito en el estreno, le juro que pondré todo mi empeño en esta obra.- decía el muchacho.

—Tú eres Geovani.- observé, no sabía el nombre del chico, pero si sabía el personaje que interpretaba en la obra.- ¿Cuál es tu nombre?

—Kai Kamal Huening, es un completo trabajar en este proyecto.

Ese muchacho volvió a hacer una revercia y se marchó junto el resto del elenco. Me dirigí a la sala donde el principito se hallaba ensayando. Lo vi a través de la pequeña ventana que está en la puerta del salón, se veía completamente concentrado en su trabajo.

Esperé en la recepción a Beomgyu, se estaba esforzando mucho en su trabajo, lo menos que podía hacer era esperarlo. Al cabo se una hora, el principito llegó a la recepción. Su rostro emitió una amplia sonrisa, ¿seguirá teniendo esos sentimientos por mí?, En el fondo, esperaba que fuera cierto.

—¿Estás listo?- pregunté, él asistió.

No había auto esperándonos, esperaba tomar el autobús. Siempre deteste el transporte público, pero las cosas comenzaban a cambiar. Estas sentado en el autobús me hacía pensar en historias, dignas para ser representadas en el teatro. Caminábamos con la intención de llegar a la parada de autobuses.