Konosuba: CONSTANTES TROPIEZOS Y UNA PROFUNDA CAÍDA

Constantes Tropiezos Y Una Profunda Caída

(Para entender algunas partes, solo una pequeña parte del inicio sin relevancia para lo que trata este one-shot de verdad, tendrían que haber leído el fanfic que escribí, pero no es obligatorio, todo está explicado en este mismo One-Shot.)

- Oye Megumin, ¿en serio tengo que hacer esto?

- Si, tienes que hacerlo.

- Ah...

Suspiré por la cortante respuesta de Megumin, así que solo seguí caminando detrás de ella.

Por otro lado, ella está muy alegre y emocionada, el único momento en el que la vi poner una mala cara fue cuando hice esa pregunta.

Supongo que no tengo escapatoria, bueno de todos modos ya estamos aquí no voy a hacer un largo viaje por nada.

*Tch* Debí haber escapado antes.

No, en primero lugar no debí de haber apostado algo así en juego de ajedrez, pero... ¡tenía tanta confianza, pensé que ganaría como siempre!

Venir al pueblo de Magos Carmesí para pedir la mano de Megumin fue lo que aposté, en una situación normal me hubiera negado y evitado ese peligroso destino, pero lo que Megumin puso en juego... definitivamente tenía que aceptar, tenía que arriesgarme. Si yo ganaba, ella aceptaría que yo siguiera frecuentando el local de las señoritas súcubos.

Eso era algo que no podía hacer ya que después de iniciar una relación amorosa con Megumin, y que de alguna manera la convenciera de compartir la misma cama, unos días más tarde me di cuenta del gran error que había cometido, ya no podría contratar los sueños de las súcubos sin que Megumin no lo notara, quise suicidarme en ese instante, aunque de nada serviría porque sería resucitado por Aqua. Pero después de que Megumin propusiera todo eso y apostarlo en un juego de ajedrez no pude negarme, era un todo o nada, era una luz al final del túnel o la oscuridad alcanzándome por completo.

Y para mí fue nada, una profunda oscuridad abrazando mi joven corazón.

Mis adoradas súcubos, he perdido, las he perdido.

Ahora lo que tengo hacer es pedir la mano de Megumin, tengo que comprometerme con ella, la mejor apuesta de mi vida... si claro.

Bueno, regresando al presente, ahora Megumin y yo estamos en el pueblo de Magos Carmesí a unas cuantas calles de su casa, vinimos con la ayuda de Yunyun, ella regreso a Axel al mismo instante que nos trajo, ella parecía algo nerviosas y desconfiada. ¿Megumin le habrá dicho algo? Bueno no importa.

Mientras caminábamos por las calles dirigiéndonos a la casa de Megumin, no puede evitar hacer la misma pregunta de antes, tenía que seguir intentándolo.

- Megumin, en serio ¿es necesario que lo haga?

- Si, tu perdiste, ahora tienes que hacerlo.

Ella parecía más molesta de lo que denotaba su tono de voz además de ese leve sentimiento de tristeza, sé que es algo insensible que siga insistiendo con esa pregunta, digo, suena como si no quisiera casarme con ella y no es así, es sucederá en el futuro, muy en el futuro.

- No, pongas esa cara me haces sentir el peor hombre del mundo, no es que no quiera casarme contigo. No, de hecho, es cierto no quiero, no aún... *kuh* por favor no me mires así... ¡a lo que me refiero es que estoy seguro que tu madre está de acuerdo con que nos casemos, así que no hay necesidad de hacer todo esto!

Es cierto, Yuiyui la madre de Megumin muchas veces... todas las veces que pudo nos hizo dormir a mí y Megumin en el mismo cuarto y en la misma cama esperando que algo sucediera, yo también esperaba que algo sucediera, pero nada paso al final. El punto es que Yuiyui estará feliz si voy y le pido la mano de su hija, prácticamente me entregará a su hija en bandeja de plata.