2. Protesta

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25 de julio de 1968 
7:57 a. m.

- Apenas empieza esto. Mañana, 26 de julio, a las 4, nos vemos en la Plaza de la Ciudadela. Vamos a ir hasta el Zócalo, esperando que no nos ataquen. Luego te doy los detalles. - dijo el joven, atándose los zapatos.

- Está bien. ¿No pasará nada? - le respondió la chica.

- Espero. Bueno, nos vemos a la salida.

- Ok. Nos vemos. Te quiero. Mantente vivo.

- Siempre lo hago.

26 de julio de 1968             
3:58 p.m.

- ¡Hasta que llegas! 

- ¡Y tú muy tempranera!

- Es un don. ¿Y ahora?

- Deja que conozcas a alguien. Él es Carlos, pacifista y de la UNAM

- Hola. Creo que sabes quien soy. - dijo el de pelo rizado.

- Hola. Sí, ahora sé. ¿Y tú qué o qué?

- Lidero esta protesta en la UNAM, ¿y ustedes? ¿Son novios?

Eso causó que ambos nos sonrojáramos ligeramente.

- No. Ella, eh, es mi mejor amiga.

- Exacto.

- Ok. Bueno, hay que movernos. ¿Traen algún cartel?

- No. Triste.

- No importa. Solo sigan a los demás. Vamos a callarlos.

Caminamos por Eje Central, y pasamos por el Hemiciclo a Juárez. En ese momento, vi las calles. Estábamos en la esquina de Madero y Palma. Vi a unos policías acercándose.

- Retírense del área y vayánse. - dijo uno de los granaderos.

- ¡A nosotros no nos corren! - le respondió Mari, lanzándole una piedra desde atrás.

- ¡Váyanse!

- ¡A ellos!

Tomamos piedras del suelo y se las empezamos a lanzar. Ellos solo se cubrían con sus "escudos", por así decirlo.

Empezó una batalla campal. Nosotros aventábamos piedras y ellos respondían con golpes y hasta disparos. Mientras atacábamos, vi que a algunos les impactaban balas. Al mismo tiempo, buscábamos un lugar para refugiarnos

- Mari, acá.

- Voy, esper... - dijo, pero la interrumpió una herida de bala en la clavícula.

- ¡Mari!

- ¡Hijos de puta! ¡Ay!

Carlos y yo la llevamos cargando en las calles cercanas.

- Carlos, ¿cuál es el hospital más cercano?

- El General Gregorio Salas. Está por acá.

Corrimos hasta allá con Mari en nuestros hombros. En una calle cercana, encontramos a un joven con una herida en el estómago.

- Por favor... a-ayuda... - suplicaba en el suelo.

- Carlos, llévatelo tú. Yo me llevo a Mari.

- Juan... - dijo la de pelo castaño. 

- No te preocupes...

5:35 p.m.

- ¿Cuál es el nombre de la paciente?

- Mariana Salazar.

- ¿Colonia?

- Narvarte Poniente.

- ¿Su nombre?

- Juan Martínez.

- ¿Y el suyo?

- Carlos Vargas.

- ¿Parentesco? 

- Amigos.

- Ok. Pueden esperar. Estará bien, no fue tanto.

- Ok.

Año DifícilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora