XXIII (2)

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Narrador Omnisciente

Habían transcurrido las horas. Las chicas habían regresado del colegio, listas para disfrutar su fin de semana.

Está tarde Jade saldrá con Ricardo. El castaño no comentó nada acerca de su salida. Únicamente le pidió que esperara en el orfanato alrededor de las 16:30 hrs.

La rubia optó por una prenda superior color carmín holgada de hombros descubiertos, pantalón de mezclilla, botines, además de una chaqueta de mezclilla.

–Bueno, deséame suerte–. Dijo Jade algo tensa

–No te preocupes, todo saldrá bien–. Sonrió Breanna sentada en su cama terminando un trabajo pendiente. –Solo diviértete–

La rubia asintió. –Volveré más tarde–. Tomó el pórtico de la puerta para después salir del orfanato

Narra Jade

Esperé por cinco minutos hasta que ví a lo lejos a Ricardo con una camisa color negra, pantalón de mezclilla y tenis del mismo color que su prenda superior.

–Lamento si llegué tarde–.

–No te preocupes–. Sonreí

–Bien, vamos–

–¿A dónde exactamente?–. Dije curiosa

–Ya verás–. Tiró de mi mano llevándome hacia la parada de taxis

[...]

A medida que recorríamos la ciudad. Ricardo decidió bajar en "Central Park", recorríamos el zoológico y una parte del parque.

Salimos del lugar, esta vez nos fuimos caminando, aunque me llevaba a otro lugar, pues está no era la dirección correcta.

Por un momento creí que íbamos a salir de la ciudad.

–Espera–. Se detuvo enfrente de mi, acto seguido sacó una venda de seda fina, después la poso encima de mis ojos amarrando dicho objeto por mi cara

–Ahora a dónde vamos–. Pregunté con temor

–Es una sorpresa–. Susurró sobre mi oreja

Tomó mi mano, llevándome con cuidado por la ciudad. Aproximadamente pasamos 15 minutos camino.

Al dar otro paso hacia en frente, pude sentir el césped, hojas secas y hierba alta, por un momento creí que habíamos vuelto a central Park.

Seguimos caminando, dejé de sentir el pasto, al parecer pisaba un tablón de madera.

¡¿En dónde rayos estaba?!

Nos detuvimos, seguidamente el castaño retiró la venda dejándome ver una hermosa vista...

Un inmenso lago con hierbas, plantas y árboles a su alrededor. Además de una barca.

–Es hermoso–. Sonreí de oreja a oreja

–Ven–. Subió en la lancha. Acto seguido imite su acción

Tomó los dos remos para después alejarnos de la orilla.

–Bueno, ahora explícame todo–. Exigí

–Si–. Suspiró –Ayer, recibí una llamada de mi madre, al parecer entraron a robar a la casa. Por suerte mi hermana y ella están bien; en fin, encontraron algunas huellas...–

–Y...–.

–Los oficiales las examinaron y... Al parecer concuerdan con las de tu padrastro–. Abrí los ojos como platos.

De verdad me sorprendió mucho ya que no se sabía nada de él

–¿En serio?–. Dije con asombro

–Si, las autoridades lo están buscando y seguramente no tardarán en decirle a tu madre–.

–No lo puedo creer. Creí que había salido del estado, inclusive del país–

–Si, pero al parecer aún sigue en la ciudad–

–Lo siento mucho Ricardo, me haré responsable de los daños y pagaré las cosas robadas lo prometo–. Hablé

–¿Pero qué dices?–. Rió levemente –Por supuesto que no, tú no tienes la culpa de que ese imbécil–. Acarició mi mejilla dejando de lado los remos

Mantenía la cara cabizbaja, me sentía algo culpable, si no uniera involucrado a Ricardo en el asunto de Carlos, nada de esto hubiera pasado.

Acarició mi mejilla de nuevo obligando a mirarlo a lo ojos, mis mejillas tomaron un color carmín.

Ricardo se acercó a mi boca, nuestros labios rozaron, hasta que nos besamos, nuestros labios encajaban perfectamente. En serio estaba ciegamente enamorada de ese chico.

Nos separamos por falta de aire. Volvimos a hacer contacto visual

–Jade... Me harías el gran honor de ser...–. Dijo nervioso. –Mi... Novia...–. Terminó la frase

Podía jurar que mi cara parecía un tomate.

Se formó una gran sonrisa. Una inmensa alegría me llenaba por dentro

–Claro que si–. Asentí, acto seguido nos unimos en un cálido abrazo

–Me haces tan feliz–. Dijo

–A mi igual–. Besé su mejilla

[...]

Pasamos unos minutos más en el lago, hasta que empezó a oscurecer. Así que Ricardo me llevó al orfanato.

Al entrar en la habitación, tenía una inmensa sonrisa, me acosté en mi cama abrazando mi almohada tratando de procesar todo lo que había ocurrido el día de hoy.

Definitivamente... Uno de los mejores días de mi vida









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Hasta aquí este capítulo. Espero que les haya gustado tanto como a mí❤️.

Trataré de actualizar una vez o dos por semana 😘.

Lindo día ❤️🤩🧡. Los quiero 😘💙💝💗💚

"Huérfanas" •Jicardo And Breance•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora