XXIX

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Narrador Omnisciente

–Quisiera poder decir que si– suspiró –Pero haremos lo que podamos se lo aseguro– dijo la enfermera para después mirar fijamente a Ricardo –¿Tú fuiste quién la salvó?–

–Así es– afirmó el castaño medio rubio

–Ven conmigo, debes tener algunas heridas–

–No, estoy bien– se negó, la chica se fué de ahí

Breanna se dirigió a la vitrina de la habitación de Jade –Hermana por favor resiste, haz superado muchas cosas, estoy segura que podrás con esto– dijo a través del cristal

–Jade estará bien, estoy segura– afirmó la subdirectora dando apoyo a la castaña

–¿Cómo inició el incendio?– preguntó Lance

–Según los bomberos alguien fué a provocarlo– dijo Tania

Todos se miraron sorprendidos, un gran silencio llenó la sala de espera

–¿Ustedes son los familiares de la señorita Pettyjohn?– preguntó un chico acercándose a los presentes

De nuevo otro silencio llenó el lugar

–Ella no tiene padre ni madre, es huérfana, soy la subdirectora de su orfanato– explicó Tania

–Bien, vamos necesito que firme algunos papeles–

Ambos adultos estaban a punto de dar media vuelta, pero un médico entró rápidamente a la habitación de Jade

Los signos vitales de Jade habían cesado...

Breanna, Lance y la subdirectora de acercaron a la ventanilla

El doctor estaba con el desfibrilador tratando de volver a activar el pulso de la rubia

–Jade por favor no te vayas– gritó Breanna con tristeza

–No nos dejes Jade– exclamó la subdirectora

Ricardo estaba recargado en un muro, su piel estaba totalmente pálida, parecía que estuviera a punto de darle un ataque al corazón, trataba de reprimir las lágrimas que amenazaban en salir

Breanna en un acto de desesperación se acercó a la puerta de la habitación

–No Brea– exclamó Lance tomando de su cintura, evitando que entrara al cuarto

–Déjame– exclamó con lágrimas en sus mejillas

–Brea, debes calmarte– Tania abrazó a la castaña

–Aquí viene el doctor– anunció el pelinegro viendo al médico salir del cuarto

–¿Qué pasa doctor?– preguntó la subdirectora

–La niña está a salvo– dijo a lo que todos suspiraron aliviados –Pero su condición es grave; su pulso es algo débil– dicho esto se fue

Ricardo sonrió de oreja a oreja, el chico respiraba con dificultad, por suerte logró calmarse

[...]

Al día siguiente...

La subdirectora y Ricardo cuidaron a Jade toda la noche, Breanna tambíen quería quedarse, pero la subdirectora la obligó a volver al orfanato. La salud de Jade había mejorado y un poco después del mediodía había despertado.

Breanna al enterarse que su amiga había despedido, no asistió a su última clase y fue corriendo hacia el hospital.

La rubia estaba descansando en la incómoda camilla de su habitación. Breanna entró con un peluche en sus manos

"Huérfanas" •Jicardo And Breance•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora