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Aunque fue difícil volver a acostumbrarse a la rutina, Yoongi logró tener un equilibrio en su vida, manteniendo siempre un buen promedio escolar y divirtiéndose con sus amigos. Sobretodo con un niño al que llama su mejor amigo.
Yoongi estaba muy feliz de haber podido mantener su amistad con Jimin, a pesar de su ausencia, y de compartir los mejores momentos con él, tal y como lo estaban haciendo ahora en su graduación.
— Min Yoongi.
El llamado se paró del público y, vestido con toga y birrete, camino a paso firme hasta el escenario.
Podía oír los aplausos de sus compañeros y familiares de estos, pero lo que más le emocionaba eran los gritos de orgullo de su mejor amigo.
— ¡ESE ES MI HYUNG! ¡LO HICISTE YOONIE! — gritaba Jimin eufórico, sin importar la seriedad del resto del público.
Yoongi recibió su medalla y diploma con una sonrisa en el rostro, en parte porque había salido de la estupida escuela y también por la conmoción que le generaban los gritos Jimin en el público.
( ... )
Al finalizar la ceremonia de graduación, todos los estudiantes y acompañantes en el público asistieron a una fiesta organizada por el comité escolar.
— Woa~ Hyung mire como decoraron todo... — dijo Jimin asombrado. — Espero que esté así de lindo para mi graduación.
— Aún falta para tu graduación, Jiminie. — dijo Yoongi despeinando el cabello del contrario. — Mientras, te veré sufrir en tus últimos años.
— ¡Hyung! No sea malo. — se quejó Jimin. Yoongi río y pasó su brazo por los hombros del menor.
Caminaron así hasta encontrar sillas libres donde sentarse. Y cuando Yoongi estaba a punto de hacerlo sintió un jalón en el brazo que lo llevó hasta el centro del salón.
Se dio la vuelta encontrándose con un travieso Jimin sonriendo y entendió porque lo habían arrastrado hasta la pista de baile. Quiso volver rápidamente a la mesa libre, pero ya era tarde, se encontraba rodeado por muchas personas bailando descontroladamente.
— No pienso bailar. — refutó.
— Vamos, Yoonie~ Es tu graduación, solo un baile. Complace a tu mejor amigo.
Cerró los ojos suspirando, preparando mentalmente la excusa para Jimin, pero cuando volvió a abrir los ojos el menor ya se encontraba bailando y moviéndose como bien sabía.
